Cuarentena en imágenes: “Esta nueva forma de vivir ha cambiado mucho como quiero enfrentar el futuro"

Invitamos a distintas fotógrafas a retratar su nueva realidad cotidiana durante la cuarentena. Esta es la mirada de Consuelo Ovalle.




“Al principio de todo esto no tenía muchas ganas de hacer cosas, estaba sin ánimo. Con la cabeza en blanco, no sabía qué hacer ni tampoco por dónde empezar. Pero a medida que comenzó a pasar el tiempo, me puse a revisar mis archivos olvidados y trabajos personales a medio hacer.

Esto coincidió con que mi polola, que es música, iba a lanzar un single y le hice sus fotos promocionales. Agarramos vuelo y terminamos haciendo un video clip. Esto mismo me dio para pensar: ¿Es necesario tener un estudio de fotos e invertir en ello? Esta vez logramos hacer cosas muy lindas, y con cero recursos.

Como este encierro ha sido largo, he podido ir estableciendo una rutina más clara. Pero por otro lado, ya no me preocupa dejar de hacer cosas o hacer nada en un día. Las redes sociales continuamente se encargan de recordarte qué está bien y qué está mal hacer en esta cuarentena, pero ya me cansaron. Cada cual es libre de hacer lo que quiera, sin presiones y sin culpas.

Mis días casi siempre son iguales. Me despierto, tomamos desayuno, hacemos ejercicio día por medio y me pongo a dibujar. Hay días que quiero cocinar y otros que me da lata. En la noche normalmente vemos series y hacemos nuestros aperitivos improvisados, con largas conversaciones, música y cerveza. De vez en cuando hacemos reuniones con amigos por Zoom, que son muy útiles para la cabeza y el corazón.

Soy doblemente independiente, en mi trabajo cómo fotógrafa y en mi emprendimiento @polerapaint, donde dibujo artistas bacanes en paint. Si bien estuvo parado el primer mes de cuarentena, ahora he retomado el vuelo. Empecé a hacer cosas nuevas, tomé unos cursos online que me sirven para avanzar técnicamente y me puse a full con eso.

Esta nueva forma de vivir ha cambiado mucho como quiero enfrentar el futuro. Estando encerrada y lejos de mi gente me he cuestionado todos los días cómo va a cambiar mi vida cuando pase todo. Quiero ser más consciente y tener presente todo lo que no he necesitado en estos meses de encierro, y que es lo que realmente me importa. Al final, creo que la vida nos muestra cómo valorarla en su simpleza.

A mi familia, solo quiero abrazarla y pasar el día con ellos. Ir a ver a mis papás a la playa y poder conversar. Me da pena pensar cuánto tiempo más vamos a tener que estar lejos, sin poder vernos físicamente.

Extraño mucho poder abrazar a la gente que quiero, salir a la calle sin preocupaciones, ir a ver a la mamá de la Marti a Machalí y quedarnos conversando eternamente en la cocina. Extraño poder tocar las cosas, sentir texturas y formas de la ex vida cotidiana, sin tener que correr a lavarme las manos. Extraño ver a mi gente en vivo y no a través de una pantalla, extraño tener una vida sin encierro, sin rutina en cuatro paredes; extraño poder llegar a mi casa de la calle.

Pero también estoy agradecida de pasar este encierro en pareja, de poder apoyarnos la una con la otra. Estamos sanas y tenemos el privilegio de poder trabajar desde la casa.

De todas formas, siempre pienso que quiero que mis papás estén bien. Que a la gente que quiero no le pase nada, que a la gente que no tiene acceso a una mejor salud y atención no les pase nada. Pienso en las injusticias de la vida. Ya quiero que volvamos a marchar, a gritar por un país mejor. Y ahí es cuando me baja la ansiedad de pensar en todo eso junto o pensar que va a pasar mucho tiempo antes de poder volver a abrazarnos”.

Consuelo Ovalle (@consuelovalle) vive con su polola Martina Petric y su gatita Bali.

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