Qué sí qué no

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Existen miles de formas de cuidar la piel de la cara y cada mujer puede elegir la que más le acomode. Lo importante es saber qué es recomendable según la edad. Paula entrevistó a más de diez especialistas, entre ellos cirujanos plásticos, nutriólogos, dermatólogos y dentistas, para averiguar qué funciona y qué no en cada década de la vida.




20 años

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La clave en las pieles jóvenes es prevenir el envejecimiento extrínseco causado, en orden de importancia, por el sol, el tabaco y la dieta. Además, se deben usar productos sin aceite, ya que la piel es grasa.

Cuidado diario imprescindible:

Usar jabón antigrasa: No es necesaria una limpieza profunda; basta con usar todas las noches un jabón en barra facial, llamado combar, que tiene una sal que quita la grasa sin resecar en exceso la piel. Para las pieles muy grasas se recomienda usarlo, además, por las mañanas.

Cremas sin aceite: Hidratar con productos libres de aceite. Aún no es necesario que estos contengan activos especiales.

Filtro solar en gel: Tienen un mayor porcentaje de agua, por lo que no obstruyen los poros. El factor mínimo recomendado es 30, ya que filtra más de 97% de la radiación UV. En caso de exposición al sol, hay que reaplicar cada tres horas.

Ordenarse con las comidas: Las veinteañeras suelen suprimir el desayuno, picotear alimentos ricos en grasas, azúcares y sodio, y el fin de semana suelen tomar alcohol. Una dieta diaria saludable contiene 50% de hidratos de carbono, 30% de grasas y 20% de proteínas, y dos litros de agua.

30 años

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A esta edad es crucial hidratar y proteger el cuello, formado por un músculo muy delgadito, cuya elasticidad disminuye por efectos del sol y el tabaco. El organismo deja de producir colágeno y aparecen las primeras manchas y arrugas. No hay que espantarse: aún es tiempo para prevenir.

Tratamientos opcionales:

Toxina botulínica: Más conocida como bótox, esta sustancia paraliza los músculos, por eso se usa en las arrugas dinámicas o aquellas provocadas por el movimiento. Es efectiva en el tercio superior de la cara (patas de gallo, entrecejo y frente). A esta edad se recomienda como preventivo para evitar que las incipientes arrugas se profundicen. Una vez que se inyecta la primera dosis, supervisada por el especialista, habrá que reaplicar cada seis meses para mantener el efecto. El riesgo: que sea mal aplicado y afecte a otro músculo.

Dermabrasión: Elimina la capa superficial de la piel, por lo que se borran las arrugas finas y otras lesiones como manchas y cicatrices. Se realiza de forma mecánica (con un motor de rotación con cabezales de diamantes), con ácido glicólico, o con láser. Se puede hacer en una zona específica o extensivamente en el rostro y el cuello. El riesgo: la piel se puede hiperpigmentar, ya que las primeras semanas queda muy sensible al sol.

Cuidado diario imprescindible:

Filtro solar en crema: Tiene un mayor porcentaje de aceite que los geles, por lo tanto mantiene la lubricación de la piel.

Limpieza nocturna: Antes de acostarse es esencial la limpieza con un sustituto del jabón llamado syndet, que no tiene detergente, por lo que limpia sin extraer la capa lipídica de la piel.

Cremas antiedad: Hay que comenzar a usar productos con activos especiales, como el ácido glicólico, un tipo de alfahidroxiácido que estimula la regeneración de la piel y elimina manchas. Los derivados de la vitamina C y E reducen el daño celular causado por los radicales libres. El ácido hialurónico atenúa las arrugas e hidrata.

Aumentar la ingesta de antioxidantes: El tabaco, la contaminación, los rayos UV y el estrés generan radicales libres que se manifiestan exteriormente como arrugas. Un consumo alto de antioxidantes presentes en las frutas, vegetales, té verde y el vino tinto protege de las agresiones.

40 años

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Las mujeres que cuidaron su piel, por lo general llegan bien a los 40, viéndose, incluso, más jóvenes, y las que abusaron del sol ya tienen arrugas y manchas propias de los50. Aesta edad conviene estimular el colágeno que aún queda.

 Tratamientos opcionales:

Ácido hialurónico: Sustancia producida naturalmente por el cuerpo, se usa para rellenar las arrugas estáticas de los dos tercios inferiores de la cara (los surcos que se forman entre la nariz y las comisuras de los labios y los mofletes en la mandíbula) que a estas alturas son más evidentes. Para que sea efectivo, se debe aplicar una o dos veces al año. El riesgo: en casos muy excepcionales, puede producir alergias.

Radiofrecuencia: Atenúa las arrugas y reduce la flacidez del cuello, problema que en esta etapa hay que atacar más agresivamente. Actúa a través de la generación de energía con un equipo que produce altas temperaturas en las capas superficial y profunda de la piel. Dado que el cuello es una zona sumamente delicada, ningún tratamiento es 100% efectivo.

Plasma rico en plaquetas: A principios de los 40 aún hay suficiente colágeno que estimular a través de estas inyecciones del suero obtenido de la sangre de la propia paciente. El plasma ayuda a mejorar la elasticidad y la calidad de las células ep idérmicas. El tratamiento consiste en inyectar dos veces, separadas por un mes, y luego reaplicar una vez al año. Láser no

Lipoinyección: La natural pérdida de grasa de la piel provocada por los años, y que se traduce en una disminución del volumen, se puede compensar inyectando grasa de otra zona, como la papada, en los pómulos. También se usa para rellenar los surcos que van desde la nariz hasta la comisura de los labios y para reducir los mofletes.

Blanquear los dientes: El esmalte de los dientes se desgasta con el tiempo y se tiñe por sustancias como el tabaco y el café. Las manchas se pueden prevenir utilizando pasta de dientes con bicarbonato y agua oxigenada. Si ya es tarde, lo mejor será blanquearlos. El efecto puede durar entre seis y 18 meses, dependiendo del cuidado posterior.

Cuidado diario imprescindible:

Crema nocturna: No solo hay que hidratar. La crema debe contener ácido retinoico para regenerar la piel, atenuar las arrugas y las manchas. Riesgo: es muy irritante y la piel se vuelve sensible al sol.

Limpiar, hidratar y proteger: Se mantiene la rutina de limpieza de los 30 con un sustituto del jabón sin detergente, la hidratación con activos y el uso diario de filtro solar en crema.

Reducir las calorías: A partir de los 40, el metabolismo disminuye 5% por década, por lo que se deben restringir las calorías y aumentar el ejercicio. La actividad física, además, ayudará a mantener la masa muscular, que al envejecer se transforma en grasa. En promedio, las mujeres que realizan 20 minutos al día de ejercicios deben seguir una dieta de dos mil calorías diarias, mientras que las sedentarias, deben reducir su consumo a 1.500.

50 años

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La baja de estrógeno –hormona que ayuda a formar elastina– propia de la menopausia, torna la piel más seca y acentúa las arrugas y la flacidez.

Cuidado diario imprescindible:

Cremas con fitoestrógenos: A las cremas que ya se usaban en la década anterior, hay que añadir una con fitoestrógenos para ayudar a nivelar el déficit hormonal.

Limpiar, hidratar y proteger: Continúa imperturbable la rutina de hidratar con activos en la mañana y usar ácido retinoico en la noche, como ocurría en la década anterior.

Tomar agua: A partir de los 50 años disminuye el reflejo de la sed, por lo que muchas personas se deshidratan. Es importante mantener el consumo de dos litros de agua al día.

Tratamientos opcionales:

Luz fotodinámica: Ayuda a eliminar las manchas y las células premalignas que pueden causar cáncer de piel. En el rostro y el cuello se pone una crema fotosensibilizante que capta estas células y, al aplicar una luz especial, se destruyen. Es una buena alternativa para las amantes del sol que abusaron de él en el pasado.

Blefaroplastia: Cirugía que consiste en extraer el exceso de grasa y piel acumulados en los párpados superiores e inferiores que a esta edad se marcan con mayor profundidad. Para un resultado armonioso, la corrección debe ser simétrica. El riesgo: puede producir hematomas fáciles de drenar o pequeños quistes durante los primeros meses de cicatrización que desaparecen solos.

Pexia ciliar: Levanta la cola de las cejas, mediante dos pequeñas incisiones en el cuero cabelludo.

Lifting: Cirugía para estirar la frente, levantar las cejas, eliminar los mofletes y disminuir las arrugas verticales del cuello. El nivel de agresividad dependerá de los cuidados que se hayan tenido y de los tratamientos previos realizados. Puede limitarse a estirar la piel o a reposicionar los músculos. Por ejemplo, si se aplicó toxina botulínica a los 30, seguramente las arrugas no serán tan profundas.

60 años y más

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Lo crucial a esta edad es aumentar el consumo de frutas, verduras y legumbres, ya que los órganos disminuyen su capacidad para absorber nutrientes.

Cuidado diario imprescindible:

Limpiar, hidratar: No hay cambios en la rutina diaria de limpieza e hidratación respecto de la década anterior. Siguen siendo fundamentales las cremas con activos y fitoestrógenos.

Aumentar los nutrientes: Los órganos disminuyen su capacidad para aprovechar los nutrientes y defenderse. Por eso, hay que incrementar el consumo de vitaminas, minerales y antioxidantes. Esencial, entonces, es aumentar la ingesta de frutas, verduras y legumbres respecto de la década anterior.

Tratamientos opcionales:

Cirugías combinadas: Al mezclar procedimientos como el levantamiento de cejas, la blefaroplastia y el lifting, los resultados son mucho más notorios que si solo se adopta uno. Además, estéticamente no es recomendable corregir solo una zona específica del rostro, ya que se verá poco armonioso.

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