Tener un hijo después de creer que había quedado infértil: “Tener a Santiago en los brazos fue como estar viviendo un sueño”




“Desde el nacimiento de mi segunda hija Florencia, mi marido y yo sabíamos que queríamos ser papás nuevamente, era nuestro sueño que llegara el tercero o tercera. Nos pusimos en campaña para eso, pero a diferencia de las veces anteriores, no fue tan fácil. Intentamos de manera natural, pero cuando comenzó a pasar el tiempo, pedimos ayuda. Al final estuvimos diez años tratando de quedara embarazada y pasamos por diferentes tratamientos como fertilización in vitro e inseminación intrauterina, pero ninguno nos daba resultado. Fue una experiencia abrumadora, porque como yo ya había experimentado la maternidad y en este caso buscábamos un tercer hijo; me cuestionaba y me llenaba de culpabilidades.

Una amiga me recomendó consultar un centro de medicina reproductiva que ella conocía. Quedaba en la Clínica Ciudad del Mar. Recuerdo que llegué allá un poco deprimida luego de toda la experiencia previa, pero mis ganas de volver a ser mamá me hicieron nuevamente confiar. El doctor me revisó y me pidió exámenes, y luego de varios estudios determinaron que lo que tenía era istmocele uterino, un defecto en la cicatrización del útero producto de una cesárea anterior. En palabras simples se trata de una hernia que impide la unión de los espermatozoides con el óvulo porque altera la ruta de los espermios. La solución era una cirugía para resecar la cicatriz de la cesárea y resuturarla.

Apenas se pudo, entré a pabellón y gracias a Dios todo salió bien. Al poco tiempo volví a tener menstruaciones normales y al tercer mes, quedé embarazada de manera natural. Cuando nos enteramos, no lo podíamos creer. Teníamos mil emociones y queríamos gritar de felicidad, recuerdo ese momento con mucha alegría, que nos trajo paz y tranquilidad. Volver a ser mamá después de tanto tiempo ha sido una experiencia maravillosa; tener a mi hijo en mis brazos ha sido como estar viviendo un sueño, con nuevas rutinas y diversiones que esperaba con ansias. Para mi tener a este ‘conchito’ era un sueño y gracias a que los doctores llegaron al diagnóstico correcto lo pude concretar. Hoy solo puedo dar gracias a la vida”.

Marcela Arancibia tiene 38 años y es madre de 3 hijos.

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