1 de cada 10 adolescentes entrega sus datos en la red “sin pensarlo mucho”

La sexta entrega de la Radiografía Digital a niños, niñas y adolescentes, estudio realizado por ClaroVTR y Critera a 1.000 encuestados entre 8 y 17 años de todo Chile, revela que hay más conciencia en este grupo etario sobre lo responsables que deben ser al entrar en el mundo virtual, pero aún falta que los adultos hagan un acompañamiento más inmersivo. “Así como les enseñamos a cruzar la calle solos -no los mandamos a hacerlo de un día para otro-, en el uso de internet es lo mismo", dice Paolo Mefalopulos, representante de Unicef en Chile.


-¿Crees que el internet es seguro?

-A veces sí y a veces no, porque hay personas que lo ocupan para lo que no se debiera ocupar -dice León Viveros, de 11 años, quien está con su mamá y su papá disfrutando la mañana en uno de los jardines del Museo Interactivo Mirador, donde se dieron a conocer los resultados de la sexta edición de la Radiografía Digital a niños, niñas y adolescentes.

En este estudio, realizado por ClaroVTR y Criteria a 1.000 encuestados de todo Chile entre los 8 y 17 años, se le tomó el pulso al comportamiento que este segmento etario tiene con la tecnología; específicamente, con las redes sociales, el internet y los juegos en línea. Y sus resultados arrojan varias cifras muy interesantes.

Por ejemplo: el 81% de niños y niñas consultados entre 8 y 12 años tiene un teléfono móvil. El 74% de los encuestados tiene una cuenta de TikTok (la red social que más ha crecido en usuarios), y tres de cada diez entrevistados entre 13 y 17 años declara tener el criterio suficiente para saber cuándo entregar sus datos personales, por ejemplo, a través de un formulario online.

En el caso de León, él no tiene teléfono propio, pero cuenta que a veces ocupa el de su mamá para comunicarse con sus compañeros de colegio a través de WhatsApp, una herramienta muy útil para esta generación: un 90% declara comunicarse por esta vía -y por redes sociales- con sus padres. También ha aumentado el uso de videollamadas y el envío de correos electrónicos.

Mil niños, niñas y adolescentes de todo Chile fueron entrevistados en esta sexta versión de la Radiografía Digital. Foto: Ángel Quinteros.

“Uso internet para ver Youtube y TikTok”; “La pantalla es demasiado adictiva y peligrosa para la vista”; “La mayor parte del tiempo paso conectada a mi celular”, fueron las confesiones de otros niños y niñas cuyos testimonios abrieron la entrega de los resultados de la Radiografía Digital. Muchos de ellos estaban entre el público presente, y sus caras delataban el nervio de verse proyectados ante la audiencia.

Muchos de ellos, también, se asombraron cuando Cyntia Soto, gerenta de Responsabilidad Corporativa y Sostenibilidad de ClaroVTR -y encargada de dar a conocer algunas de las cifras de la encuesta, preguntó cuántos conocían el significado del concepto “Huella digital”: “Cada posteo, cada foto, cada like que yo subo va a quedar para siempre. No se borra. Vamos haciendo un currículum vitae... currículum vitae... una palabra de nuestra época...”.

El objetivo de la Radiografía Digital es poner sobre la mesa la enorme potencialidad de internet como herramienta de conocimiento y entretención, pero también sus riesgos, explica Cyntia Soto. Foto. Ángel Quinteros.

Esa brecha -esa distancia entre papás e hijos, entre adultos y niños, niñas y adolescentes- es la que este estudio busca disminuir, explica Cyntia Soto. El objetivo es poner sobre la mesa la enorme potencialidad de internet como herramienta de conocimiento y entretención, pero también sus riesgos, para que se generen políticas públicas y conciencia en las familias sobre la necesidad de enseñar buenas prácticas.

Por ejemplo, en la Radiografía Digital se identifica a un 10% de adolescentes que entrega sus datos personales en la red sin cuestionarse nada. La cifra no es alta, pero indica un potencial mal uso de esa información por parte de quienes la recaban. Antes de la pandemia, ocho de cada diez les preguntaban a sus padres y madres antes de revelar cualquier tipo de información. Ahora, solo cinco de cada diez lo hacen.

“Hay que escuchar la voz de los niños”

Por lo pronto, el Ministerio de Educación hace ya un tiempo que recogió el guante, especialmente luego de la masificación de las clases online durante el período más duro de la pandemia. Según cifras entregadas por la subsecretaria de Educación Parvularia, Claudia Lagos, más de 2.400 docentes han sido capacitados para aumentar sus capacidades digitales y poder hacer frente a esta generación 100% nativa tecnológica.

La cartera también es parte de una Campaña Nacional de Ciberseguridad que espera aumentar la cifra de profesores preparados en el tema a 6.000. “Asumimos que los niños y niñas, desde muy pequeños, deben aprender a relacionarse con las tecnologías de forma sana y adecuada, y tenemos que reconocer que muchos de los adultos no tienen estas herramientas para enseñar porque no son nativos tecnológicos”, dice la subsecretaria.

Según cifras entregadas por la subsecretaria de Educación Parvularia, Claudia Lagos, más de 2.400 docentes han sido capacitados para aumentar sus capacidades digitales. Foto: Constanza Oetiker.

¿Qué hubiera pasado durante la pandemia con los niños y niñas sin la conectividad para poder aprender? Si esto hubiera ocurrido en mi tiempo, habríamos perdido uno o dos años de clases”, agrega Paolo Mefalopulos, representante de Unicef en Chile, para recalcar la enorme importancia de infancias y adolescencias con un acceso garantizado al mundo en línea.

Sin embargo, este acceso garantizado requiere también de mamás y papás presentes, que acompañen a sus hijos e hijas en la entrada al mundo virtual de la misma forma en que lo hacen al mundo real, dice Mefalopulos.

“No hay una edad para empezar la educación digital, pero hasta los cinco o seis años sería mejor no darles un tablet", dice Paolo Mefalopulos, representante de Unicef en Chile. Foto: Ángel Quinteros.

“Así como les enseñamos a cruzar la calle solos -no los mandamos a hacerlo de un día para otro-, en el uso de internet es lo mismo. Es un proceso que pasa por un balance entre el uso de medios digitales y socialización en espacios reales”, cree el representante de Unicef.

“No hay una edad para empezar la educación digital, pero hasta los cinco o seis años sería mejor no darles un tablet, porque es la etapa en la que están en pleno proceso de desarrollo. Antes les daban un chupete; ahora, un tablet, pero sería bueno no hacerlo. Luego de esa edad hay que promover el uso de tecnología de manera gradual, con acompañamiento de parte de los padres”.

“Como se dice en el mundo de los negocios: Lo que tú no ves, no lo puedes administrar. Hay, entonces, un llamado de atención a los papás, un llamado a la acción, a tener una conversación con sus hijos", dice Miguel Oyonarte. Foto: Constanza Oetiker.

A Miguel Oyonarte, VP de Legal y Asuntos Corporativos de ClaroVTR, lo que más le sorprendió del estudio es que tantos niños y niñas menores de 12 años estén conectados. Ellos y ellas, en este momento, son los que marcan las pautas de este mundo virtual “que tiene todos los riesgos del mundo real; que sean ellos, que aún no conocen este mundo real, quienes definan las reglas del virtual, me parece riesgoso”, dice el ejecutivo.

Sin embargo, en este riesgo también ve una oportunidad. “Como se dice en el mundo de los negocios: Lo que tú no ves, no lo puedes administrar. Los niños ya están ahí, no van a parar de jugar ni de conectarse a redes sociales, porque hoy puedes hacer cualquier cosa a través del teléfono. Hay, entonces, un llamado de atención a los papás, un llamado a la acción, a tener una conversación con sus hijos, a sentarse a revisar contenidos y preguntarles: ¿Te parece que está bien lo que dice esta persona? Hay que escuchar la voz de los niños”.

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