3 cosas que hay que saber de Ubilla

visa Sur Ministro del Interior Mario Fernandez recibe al futuro ministro del Interior Andres Chadwick
1 de marzo de 2018/SANTIAGO El ministro del Interior, Mario Fernandez junto al Subsecretario del Interior Mahmud Aleuy, reciben al futuro ministro del Interior, Andres Chadwick y al futuro subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla. FOTO: SEBASTIAN BELTRÁN GAETE/AGENCIAUNO

Apaga incendios

Rodrigo Ubilla fue uno de los pocos inquilinos de La Moneda que acompañó a Sebastián Piñera durante todo su primer mandato. Pocos meses después de terminado el gobierno, el sociólogo de 60 años se recluyó en la Universidad Autónoma y salió de la primera línea política, salvo en contadas ocasiones en las que irrumpió con algunas opiniones en materias de seguridad pública.

Su "retorno" se concretó casi cuatro años después y se fraguó en menos de 24 horas. La noche del 19 de noviembre, después de la primera vuelta, su nombre surgió en el piñerismo a la hora de buscar fórmulas para revertir el frustrante 36% de votos que obtuvo el candidato. Al día siguiente, Ubilla ya se había convertido en el nuevo jefe territorial de la campaña, encabezando un rediseño integral que tuvo como hito principal un puerta a puerta simultáneo en 100 ciudades, graficando un despliegue en las calles que fue reconocido transversalmente como factor crucial en el triunfo definitivo de Piñera.

Duro de matar

Promediando la primera administración de Piñera, todos los focos se posaron sobre su figura, a raíz del escándalo de los sobreprecios en la compra de artefactos utilizados en el marco del plan Frontera Norte, dependiente de su repartición. Poco antes de la elección municipal de 2012, debió declarar dos veces ante la Fiscalía, mientras toda la oposición pedía su renuncia. Pese a que el caso incluso terminó con el paso del mediático ex fiscal Alejandro Peña por la subsecretaría, Ubilla fue respaldado públicamente por el ministro del Interior de aquel entonces, Rodrigo Hinzpeter.

También recibió fuego "amigo". Tras concurrir a reuniones de la naciente disidencia a la directiva de RN comandada por Carlos Larraín, se convirtió en blanco de críticas permanentes del entonces senador, quien lo sindicó como uno de los instigadores de un movimiento desestabilizador en contra de su conducción. Aunque el abogado pidió en varias ocasiones la cabeza del subsecretario a Piñera, su permanencia nunca estuvo en riesgo.

En la línea de fuego

Ubilla será una de las tres autoridades principales de La Moneda -junto a Andrés Chadwick y Cecilia Pérez- que se repetirán el plato en los mismos cargos que ocuparon hace cuatro años. Y desde ya, sabe que estará en la línea de fuego en temas que han copado la agenda pública de los últimos meses, donde deberá fijar posturas que inevitablemente lo pondrán en el foco de la discusión pública. Uno de ellos es la controvertida Operación Huracán, donde el gobierno de Piñera no sólo hereda los cuestionamientos al desempeño de los organismos como la fiscalía y carabineros en el combate a la violencia en la zona, sino también la compleja decisión en torno a la situación del general director de Carabineros, Bruno Villalobos. El otro flanco es el debate sobre los inmigrantes, donde el Presidente electo ha fijado como principio el impulsar una ley que establezca mayores restricciones en ese ámbito. Como guinda de la torta, Ubilla seguirá siendo uno de los rostros de un combate contra la delincuencia que -a diferencia de los discursos triunfalistas del primer gobierno- hoy es visto con mucho más realismo desde el piñerismo, donde saben que las cifras poco valen frente a la sostenida sensación de vulnerabilidad que manifiesta la ciudadanía en las encuestas de ese rubro.

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