Política

Catalina Pérez, presidenta de Revolución Democrática: “El FA tiene que prepararse para gobernar y eso no se construye en solitario”

La diputada sostiene que hablar de un gobierno de unidad con la ex Nueva Mayoría no es un tema tabú en el bloque, pero que se debe revisar si existen coincidencias de proyectos políticos.

Catalina Pérez, presidenta de Revolución Democrática. Foto: Sebastián Beltrán Gaete / Agencia Uno. Sebastian Beltran Gaete

Para la presidenta de Revolución Democrática (RD), diputada Catalina Pérez, la posibilidad de alcanzar la unidad de la oposición requiere etapas. La primera, dice, es que logren un triunfo contundente del “apruebo” en el plebiscito del 25 de octubre, para luego conversar sobre los contenidos que como sector quieren plasmar en una nueva Constitución. Con esas cartas sobre la mesa, se podría conversar sobre las elecciones municipales y, eventualmente, sobre un gobierno de toda la centroizquierda.

Sin embargo, y en medio de la discusión al interior del Frente Amplio (FA) respecto de sus políticas de alianzas, la timonel asegura que aún falta que “corra harta agua bajo el puente” y que, por ahora, cada sector debe reflexionar sobre sus proyectos para luego ver si hay coincidencias.

¿Por qué la oposición no ha podido capitalizar el bajo respaldo del gobierno?

La crisis no es solo del gobierno, es mucho más profunda y hay una responsabilidad compartida en cómo se han hecho las cosas en los últimos 30 años. El gobierno de Sebastián Piñera vino a acentuar una crisis que se venía gestando hace mucho tiempo.

Pero no han aprovechado eso...

En eso estamos, pero cuando la crisis es algo estructural, de modelo, es difícil que quienes han sido responsables de alguna manera puedan capitalizar dicho descontento. La única manera de mirar hacia adelante es anteponiendo el nuevo modelo que quieres y en ese sentido el proceso constituyente es donde se deberán definir los partidos.

¿Hay mezquindad en la oposición?

Puede ser. Hay una descomposición importante de las fuerzas políticas y una falta de reflexión en algunos que hace complejo el escenario de proyección futuro. Y por eso digo que el plebiscito ordena.

¿Ve probable la unidad?

Hay que preguntarse cuál es el objetivo de esta idea de unidad. Cuando pones el objetivo por delante, que es defender los derechos de la gente, eso significa frenar las políticas injustas de un Presidente que es incapaz e indolente, mañana va a significar que ganen el “apruebo” y la convención constitucional. El 2021 va a significar ofrecer un proyecto de país que mire hacia al futuro.

¿Se puede hablar de unidad en lo presidencial?

Sí, pero primero, y un aprendizaje que han dejado estos últimos meses, es que Chile Vamos no puede volver a gobernar, pero tampoco quienes quieran seguir recorriendo el camino de los últimos 30 años. El proceso constituyente es una buena oportunidad para que los partidos tradicionales se vuelvan a conectar con lo que la gente demanda. Ahí espero que tengamos coincidencias.

¿Hubo un giro en el FA de abrirse a la ex Nueva Mayoría (NM)?

El FA de hoy siempre ha tenido vocación de mayorías. Nuestro objetivo es cambiar las condiciones materiales de nuestra gente y para eso estamos dispuestos a jugárnosla.

Pero antes del estallido estaban en contra de esta idea. ¿Qué pasó?

No sé si pasó algo en específico, la vocación de coordinación con otras fuerzas políticas es parte del ethos de quienes hoy somos el FA.

¿Se pusieron pragmáticos?

Para hacer tortillas hay que quebrar huevos y este FA ha tenido siempre vocación transformadora y de mayoría.

¿Cuáles son los mínimos comunes que tiene que cumplir la ex NM?

El frenteamplismo tiene que estar preparado para ser gobierno, tenemos esa responsabilidad hoy. Eso significa convencer a otros de nuestras ideas, construir mayorías e implica convocar más allá de nosotros mismos. La definición de con quién vamos a ser gobierno no es solamente un pegoteo de siglas, es una reflexión profunda del país que queremos construir.

¿El requisito es que se acerquen a las posiciones del FA, entonces?

La unidad está definida en función de momentos políticos y de objetivos. En los convencionales constituyentes son los 2/3, y eso requiere un diálogo respecto de cuál es la Constitución que queremos. En municipales el FA va a estar disponible a omitirse si es que existe un mejor candidato del que podemos ofrecer. Sobre la unidad para ser gobierno, es el frenteamplismo el que tiene que estar preparado para serlo. Evaluemos si tenemos coincidencias.

¿Y los ve acercándose?

Tanto la ex NM como Unidad por el Cambio comprenden, así como lo hace el FA, la oportunidad histórica que se abre. No puede ser la mezquindad y la política pequeña la que terminen primando en un tránsito histórico tan importante.

Pero el FA también va a tener que ceder. ¿Están dispuestos a dejar algo de su identidad?

El FA no tiene vocación identitaria, tiene la responsabilidad de ofrecer un proyecto político de país alternativo, pero entiendo también eso como una invitación a otros actores. Eso es algo que otros deberán recoger y espero que ahí la disposición de construcción colectiva esté.

¿No hay espacio para ceder?

Lo que se abre con el proceso constituyente es una invitación a dicho diálogo y ahí el FA tiene que tener la disposición de ceder y de dialogar con otros, siempre y cuando eso signifique garantizar que la política no puede volver a ser igual como antes y que la dignidad de las personas sea el centro de un nuevo Estado.

¿Se puede llegar a un gobierno de unidad?

Falta todavía que corra harta agua bajo el puente. Tengo la convicción de que el FA tiene que estar preparado para ser gobierno hoy y eso no se construye en solitario. El FA tiene una hipótesis de proyecto país y necesitamos escuchar la de los demás.

¿Hay disposición a hablar de eso?

Hay disposición a conversar sobre los contenidos constitucionales que vamos a empujar y, a partir de ahí, quizás puede abrirse una puerta a ver cómo se garantiza el resultado del proceso constituyente.

¿Un gobierno de unidad no es un tema tabú?

No. No es un tema tabú hablar de cómo vamos a ser gobierno y eso tiene miles de fórmulas. Espero que un gobierno frenteamplista liderado por Beatriz Sánchez sea capaz de convocar a la más amplia diversidad de actores.

Sánchez ha ido a la baja en las encuestas y han surgido críticas internas. ¿Pueden reemplazar ese liderazgo?

Es necesario que del FA surjan muchos liderazgos, más allá de que espero que el proyecto frenteamplista sea liderado por Beatriz Sánchez. El trabajo que ha hecho con la coordinación de figuras de oposición para impulsar el “apruebo” ha sido clave.

Daniel Jadue se hizo disponible para ser candidato presidencial. ¿Hay temor de que se les meta por la izquierda?

En ningún caso. Pero espero que este proceso lo lidere Beatriz Sánchez.

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