Jaime Quintana (PPD): "El Senado va a ser el dique contra cualquier medida de La Moneda que retroceda en justicia social"

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Jaime Quintana. Foto: Richard Ulloa

Presidente del Senado advierte que la oposición en la Cámara Alta enfrentará de forma articulada la agenda del Presidente Piñera en materia tributaria y previsional, a diferencia de lo ocurrido en la Cámara de Diputados.


En una semana marcada por el cónclave que logró reunir a todo el arco opositor en el Senado y que él mismo organizó desde la presidencia, el legislador por La Araucanía Jaime Quintana (PPD) aborda los desafíos de la centroizquierda ante la agenda -a su juicio- "regresiva" del gobierno del Presidente Sebastián Piñera. Así, cuestiona el rol que ha jugado la mesa de la Democracia Cristiana e, incluso, el tono que ha asumido el presidente de su propio partido, Heraldo Muñoz, ante las iniciativas que impulsa La Moneda en materia tributaria y previsional. "Antes de mirar al gobierno y sus propuestas, que tienen un apoyo cada vez más minoritario, hay que pensar en el vecindario", sostiene, y advierte que, a diferencia del escenario que se ha dado en la Cámara de Diputados, el Senado jugará como muro de contención. "A lo que no estamos dispuestos es a abandonar las banderas tradicionales de la centroizquierda", dice.

¿Con qué sensación se quedó luego del cónclave de la oposición?

Pocos pensaban que podríamos reunir desde el FA hasta la DC en un mismo espacio de reflexión. Yo diría que fue el hito de unidad más importante de la oposición desde hace mucho tiempo. Hemos comenzado la construcción de un camino común y esperamos que los partidos también avancen en esa dirección.

Uno de los puntos que marcó el cónclave fue la autocrítica del sector. ¿Cuál debiese ser el rol de los partidos para enfrentar la dispersión de la centroizquierda?

Pusimos la primera piedra para construir este camino de unidad. ¿Adónde nos pueda llevar? Bueno, va a depender de la voluntad de toda la centroizquierda en el Senado y, por supuesto, también de los partidos. Los partidos tienen una responsabilidad enorme. Hubiéramos querido hacer esto con ellos y también con los diputados, eso no fue posible por ahora. Hay que entender que ya no tenemos a Bachelet como la eventual carta presidencial que nos aglutinaba; el proceso de buscar entendimientos es mucho más complejo, pero también es más genuino y cada avance en unidad, como el del cónclave, es un hito sin vuelta atrás.

Pese a eso, dos senadoras DC advirtieron que no conocían el documento de los jefes de bancada. ¿Teme que pueda terminar en una mera declaración de buenas intenciones, como ocurrió en la Cámara?

No tenemos el mismo escenario que la Cámara. En el Senado hay unidad de todos los actores de la centroizquierda, todos los comités estuvieron presentes, estuvieron todos los senadores DC y todos intervinieron. No recuerdo haber escuchado ningún planteamiento de alguna senadora que estuviera en desacuerdo con algún aspecto del documento. Quiero ser superclaro: este es un insumo más al debate, yo valoro mucho que lo tengamos, porque no teníamos nada. Esto nunca ha pretendido ser una biblia, pero claramente marca una hoja de ruta común. Estamos hablando, por ejemplo, de un seguro único en salud, de un ente público con potencial de administrar toda la cotización previsional, de oponernos a la reintegración tributaria.

En ese sentido, ¿qué rol debiese jugar el Senado?

Estamos en una primera etapa de acuerdo de mínimos comunes para enfrentar la agenda contrarreformista del gobierno, pero también para proponer nuestros temas. Efectivamente, el Senado va a ser un dique de contención contra cualquier medida de La Moneda que retroceda en justicia social, pero también de cualquier actor político que haya estado tradicionalmente vinculado a la centroizquierda y que hoy día venga a ofrecer fórmulas asociativas con La Moneda. No digo que no haya que dialogar, pero a lo que no estamos dispuestos es a abandonar lo que han sido las banderas tradicionales de la centroizquierda.

¿Se refiere a la DC?

No comparto lo que ha hecho la mesa de la DC, prefiero quedarme con lo que ha sido el actuar unitario de los senadores democratacristianos y, por lo tanto, no tengo ninguna duda de que ellos van a privilegiar, cuando llegue el momento, actuar con la totalidad de la oposición. Cuando una bancada se propone avanzar sola o un grupo de diputados o la mesa de un partido y va a ofrecer diálogo, puede incidir en los márgenes o en aspectos secundarios, pero no va a poder incidir como lo podría hacer junto a toda la oposición, que tiene mayoría en ambas cámaras, para transformar el núcleo de estas reformas que son regresivas. Por ejemplo en pensiones, no nos vamos a prestar, y aseguro que en esto represento a todos los senadores, para ir a blanquear una fórmula del gobierno que lo que busca es consolidar el sistema de las AFP.

Pero el propio presidente de su partido, Heraldo Muñoz, se mostró abierto a lograr acuerdos con el gobierno en pensiones. ¿Se equivoca?

Lo que yo le digo a Heraldo es lo que le hemos dicho a la DC y a otros partidos: antes de mirar al gobierno y sus propuestas, que tienen un apoyo cada vez más minoritario, hay que pensar en el vecindario, en el barrio común, que es la centroizquierda. Llamo a los partidos también a tomar nota de lo que ocurrió en el cónclave. Hoy es tiempo de definiciones políticas y programáticas. Después vendrá el tiempo de definiciones electorales. Estoy seguro que si seguimos avanzando en unidad, el próximo gobierno puede ser progresista. Valoro que Heraldo haya planteado propuestas nuevas en materia de pensiones, pero creo que antes de llevarlas al gobierno debiera conversarlas con sus senadores.

¿Cuál es su postura en torno a la política de alianzas de cara a las elecciones?

Ese diálogo es fundamental, pero no puede ser solo utilitario. Francamente, en eso no creo. Creo en los mínimos comunes, en avanzar en base a las coincidencias. Pero, en lenguaje futbolístico, todavía nos quedan 15 minutos del primer tiempo y el segundo completo. La centroizquierda está comenzando a jugar como equipo, así es que el resultado está completamente abierto. Sin embargo, si nos comparamos con el segundo año de oposición del primer gobierno de Piñera, estábamos mucho más avanzados, teníamos, desde el PC hasta la DC, documentos en materia legislativa, tributaria, educacional, que fueron avances de transformaciones que se hicieron. Hoy día estamos muy lejos de eso, porque hay actores que han privilegiado negociar con la derecha.

¿En qué alianzas ve al PPD?

La base es eliminar el "anti", desterrarlo. Aquí no puede haber anticomunismo ni anti DC ni antisocialismo. Tiene que haber disposición, buena fe, un interés genuino a privilegiar el diálogo nuestro y después hablar con la derecha. No digo que no haya que conversar, pero para poder influir no se puede hacer mediante contratos de adhesión a iniciativas que tienen la firma ideológica de la derecha.

Vamos en la quinta semana del paro de profesores. ¿Cómo evalúa la actitud del Mineduc?

En este conflicto el resultado es desolador porque, finalmente, Cubillos no encara el problema y deja al subsecretario solo durante cuatro semanas. No me cabe ninguna duda de que la ministra se sienta a conversar porque se estaba desplomando incluso su apoyo en las encuestas, porque, si no, habría seguido apostando al desgaste del movimiento. Espero que en las próximas horas haya una nueva propuesta del Mineduc y el gobierno asuma su responsabilidad en la prolongación de este conflicto. Junto a una eventual resolución del conflicto, sería pertinente que el ministerio asuma su responsabilidad sobre el clima de la discusión. Una parte del gobierno intentó relativizar la movilización y sus demandas, y empleó un discurso, por momentos bastante violento, nunca antes visto.

¿El informe de Bachelet le da la razón a la forma en que este gobierno ha enfrentado la situación de Venezuela?

Todo lo contrario, la solidez del informe de Bachelet es un hecho concreto que ayuda mucho más a defender las libertades y la democracia en Venezuela que todas las acciones comunicacionales que ha hecho el oficialismo chileno, incluida la visita a Cúcuta del Presidente Piñera, que terminó en el olvido y en la más absoluta irrelevancia e ineficacia. Quedó en el olvido, no sirvió de nada, la ayuda anda a saber tú dónde fue a parar, entonces es momento de que la derecha se trague sus palabras. La centroizquierda siempre ha tenido la defensa de los derechos humanos como prioridad. Entonces, la tesis de "chilezuela" vuelve a enterrarse.

El martes el Senado debe pronunciarse por la designación de la jueza Repetto a la Suprema. ¿Comparte la crítica del senador Huenchumilla (DC) de que con la fórmula impulsada por el Ejecutivo se vulnera el espíritu de la Constitución?

Es importante, independientemente de los méritos de la postulante, ver qué es lo que el gobierno pretende hacer en adelante con respecto a otros nombramientos. Cuando hay un nombramiento amarrado a tres poderes del Estado, no veo otra forma de proceder que no sea el diálogo. Y aquí claramente no ha existido diálogo, el Presidente pasó a llevar un procedimiento de diálogo.

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