Patricio Melero: "Nos falta tener más convicción, nos tenemos poca fe"

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El parlamentario hace un llamado a la confianza en su sector, y remarca que "Chile, claramente, es mucho más un país moderado y de centroderecha que un país de izquierda".


El diputado UDI Patricio Melero forma parte de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja. En ese rol, formó parte de las tratativas para lograr aprobar la idea de legislar la reforma tributaria, luego de ocho meses desde que ingresara el proyecto.

En esta entrevista aborda ese proceso y las lecciones aprendidas, y se declara optimista respecto de otro de los desafíos del gobierno: aprobar la reforma previsional.

¿Cuál es su evaluación tras el triunfo del gobierno, al aprobar la tributaria en general?

Más que un triunfo, es un primer paso que nos permite avanzar en una reforma urgente y necesaria para generar mejores condiciones de crecimiento, mayores certezas a los contribuyentes y mayores facilidades a las pymes y los adultos mayores. Y digo que es un primer paso, porque se generó desde el gobierno un equipo potente, bien coordinado con los parlamentarios de Chile Vamos, para convencer a la DC que, al final, se allanó y logró desmarcarse del resto de la oposición, que estaba sumida en una visión muy crítica, un eje muy de lucha de clases y de ensañamiento ideológico de lo que hay que hacer, y una mal entendida lealtad a la reforma de Bachelet.

¿Cree que la DC se convenció? Algunos parlamentarios ya comenzaron a decir que van a rechazar la reintegración, por ejemplo.

Hay que esperar las indicaciones que el gobierno va a hacer. La DC se diferencia de la oposición, porque el Frente Amplio y el PC no quieren la integración por una visión ideológica. Pero hay sectores más moderados que creen que se puede avanzar en la integración si las compensaciones son adecuadas para que el efecto recaudatorio sea neutro. La DC logró salirse de la dinámica en que estaba captada por la izquierda en torno a un proyecto electoral para reposicionarse como un proyecto político de centro, articulador de acuerdos y con capacidad de darle gobernabilidad al país. Ese es el gran cambio que, espero, no sea golondrina de un verano, sino una conducta permanente en las relaciones con el gobierno y sin abandonar su rol opositor.

En su opinión, ¿esta determinación de la DC se va a traducir en una decisión de largo plazo?

No hay posibilidad de avanzar en Chile si, al menos, una mayoría de la dirigencia política no estamos dispuestos a pagar costos por un grado de incomprensión transitoria del electorado, que está muy permeado por la ansiedad más que la defensa de un modelo. La ansiedad está consumiendo a mucha dirigencia política, tanto de izquierda como de derecha, y lo que nos falta es defender más nuestras convicciones. Incluso en Chile Vamos, a veces nos tenemos poca fe, porque Chile, claramente, es mucho más un país moderado y de centroderecha que un país de izquierda. Sin embargo, muchas veces no estamos hablándole a ese electorado. Ese fue el gran error del diagnóstico de la Nueva Mayoría y la razón por la cual perdieron la elección: diagnosticaron mal el Chile que existía y lo que estaban buscando los chilenos.

¿En qué situaciones o personas ha visto esta ansiedad en Chile Vamos o cierta falta de convicción para defender sus propuestas?

No obedece a una sola persona, tiene que ver con la forma en que a veces reaccionamos a la primera situación en que vemos complejidad o rechazo por parte de la opinión pública. Nos pasó con el tema de los medidores, nos ha pasado también con algunas materias que es más complejo defender. Nos falta tener más convicción, nos tenemos poca fe en lo que creemos. El Presidente Piñera y Chile Vamos leyeron muy bien lo que Chile necesitaba y lo que la mayoría de los chilenos buscaban, por algo ganamos la elección.

¿Y cuál es su diagnóstico respecto de lo que ocurre en la oposición?

La oposición está muy influida por el Frente Amplio y no es porque sea un polo de atracción ideológica, sino que es, más bien, por el estilo frívolo, antisistémico, más de izquierda que ellos expresan y que hace que algunos se sientan atemorizados. El ejemplo más elocuente de esto fue la votación del TPP; la muestra más nítida de cómo el Frente Amplio logró amedrentar a parlamentarios de la Nueva Mayoría, que lo habían aprobado incluso en las comisiones, y dejaron de lado a Bachelet y a Heraldo Muñoz. Yo, presidente del PPD, después del bochorno de no haber conseguido ningún voto, habría renunciado. No sé cómo puede seguir siendo presidente del PPD alguien que no logra convencer a ningún diputado de su bancada para un tratado en que él fue el principal gestor y el más entusiasta impulsor.

¿Qué expectativas tiene respecto de las próximas reformas, la previsional, a la salud?

El primer paso de la reforma tributaria me deja muy optimista respecto de lo que va a ser la reforma previsional, aunque hago sí la diferencia en que la previsional aborda el problema social y económico más grave de occidente y prolongarlo mucho sin solución puede tener consecuencias muy nefastas para las futuras generaciones. Rechazar la reforma previsional tiene un costo mucho más alto para quienes lo hagan que la reforma tributaria.

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