Primero debemos entender de qué hormonas hablamos: oxitocina, dopamina, endorfina y serotonina.

Oxitocina

La primera se relaciona directamente al parto y la lactancia. De hecho, el término tiene su origen etimológico del griego τόκος tokos (“nacimiento”).

La oxitocina es un péptido que se produce en el hipotálamo y que se almacena en la hipófisis, y además de relacionarse con la maternidad está íntimamente ligada a otras funciones que hacen que se le conozca popularmente como “la hormona del amor”. Evelyn Benavides, neuróloga de Clínica Dávila, ejemplifica: “Se le llama de esa manera porque tiene funciones en regular el despertar sexual, confianza, crear lazos emocionales. Esta hormona se eleva, por ejemplo, al abrazar a una persona o durante los orgasmos”.

La endocrinóloga de la Clínica Indisa, Maritza Vivanco, destaca algunos de los efectos de esta hormona: “La oxitocina disminuye el estrés y favorece la formación de vínculos, ya que disminuiría la ansiedad en la interacción con otros; además, se produciría fuertemente en los primeros meses de las relaciones de pareja favoreciendo la fase de enamoramiento”.

¿Qué comportamientos, actividades o hábitos permiten generar oxitocina?

Benavides nos entrega algunas claves que podemos incorporar en nuestro día a día. “Se ha visto que, por ejemplo, cenar con amigos, ver o conversar con la madre, pasar tiempo con hijos, los abrazos, acariciar a tu mascota, recibir masajes pueden aumentar los niveles de oxitocina. También se ha visto que la actividad física, practicar yoga y escuchar música pueden incrementarla”.

Dopamina

La dopamina, habitualmente llamada “hormona del placer” es un neurotransmisor, es decir, una sustancia que funciona como mensajera dentro del sistema nervioso y que es liberada por el hipotálamo. Algunas de las funciones de la dopamina son el comportamiento, la recompensa —es decir, la sensación positiva al lograr un objetivo—, el sueño, el humor, la atención, el aprendizaje y el movimiento, entre otras. Su relación con esto último es fundamental, lo que se hace evidente al identificar que el déficit de dopamina está directamente asociado al Parkinson. Vivanco además comenta que actualmente se plantea que esta hormona tendría un rol no solamente en la sensación de placer sino en la generación de motivación, es decir “de las ganas de hacer algo”.

¿Qué comportamientos, actividades o hábitos permiten generar dopamina?

Maritza Vivanco explica que la producción de dopamina se estimula ante diversas actividades placenteras, así también las situaciones que causan sorpresa. Benavides también detalla: “En general, todas las actividades que tengan emociones fuertes, como saltar en paracaídas; además, la actividad física, meditar y una buena alimentación la pueden aumentar”. La especialista además señala que algunos suplementos alimenticios como la curcumina y el magnesio pueden elevarla.

Endorfina

La endorfina es quizás la hormona que más comúnmente se relaciona con sensaciones placenteras, una sustancia que el cuerpo emana para aliviar el dolor y dar un estado de bienestar. Ésta también es un neurotransmisor, producido por el hipotálamo y la hipófisis, que tiene una estructura similar a la de la morfina, lo que le da origen a su nombre.

Cuando el nivel de endorfina es alto en una persona, aumenta la sensación de felicidad, además “disminuye la ansiedad, mejora el humor, retrasa el envejecimiento, potencian la función inmunitaria y reduce la presión sanguínea”, explica Evelyn Benavides. Vivanco recalca que “también se le ha postulado un rol antiinflamatorio”.

¿Qué comportamientos, actividades o hábitos permiten generar endorfina?

La endocrinóloga Maritza Vivanco señala: “Podría estimularse con el ejercicio, la danza, la música, la meditación, el sexo, comer chocolate amargo (con más de 70% de cacao) y la acupuntura”, entre otros.

La neuróloga Evelyn Benavides agrega que a ello se sumarían actividades como los masajes y la risa. Cantar también es una acción que potenciaría el aumento de endorfina.

Serotonina

A la serotonina también se le conoce como la “hormona de la felicidad”, y ello se puede entender de una manera casi literal ya que, por ejemplo, situaciones de ausencia o bajo nivel de esta sustancia se relaciona con la depresión. Además, tiene un papel muy relevante en relación al control de las emociones, los estados de ánimo, la regulación del peso, la conducta sexual, el aprendizaje, la memoria y los ciclos del sueño, entre otros. A ello se le suma que este neurotransmisor tiene como funciones controlar la temperatura corporal y la actividad motora.

¿Qué comportamientos, actividades o hábitos permiten generar serotonina?

—El consumo de alimentos como huevos, plátanos, frutos secos, brócoli, espinaca, cacao y chía podría ayudar a producirla.

—Tener hábitos de sueño saludables, durmiendo la cantidad de horas necesarias en el momento adecuado.

—Hacer actividad física.

—Practicar meditación.

—Además, según el neurocientífico estadounidense Alex Korb, una manera simple de aumentar la serotinina en el organismo es pensar en recuerdos felices. Él también postula que abrazar, exponerse al sol y el ejercicio físico aeróbico podrían ayudar al incremento de esta hormona.