Editorial de The Wall Street Journal: Powell consigue su deseo de inflación

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, testifica ante el Cómite Bancario del Senado en una audiencia en Capitol Hill, Washington, Estados Unidos. 1 de diciembre del 2020. Susan Walsh/Pool via REUTERS/File Photo

El presidente de la Fed quería precios más altos. Esperemos que sea “transitorio”.


El barco de inflación del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, ha llegado, aunque probablemente más fuerte de lo que él esperaba. El índice del precio al consumidor subió un notable 4,2% en una tasa anual en abril, y un 3% en la medida central que excluye a la comida y la energía. Powell quería más inflación, y ahora la tiene.

La subida en precios no sorprenderá a la mayoría de los estadounidenses, quienes han estado pagando más en todas partes, desde los kioskos y minimarkets hasta los automóviles y el mercado inmobiliario. Los precios en abril subieron en todos los ámbitos, pero específicamente para los bienes y servicios de poca demanda durante las cuarentenas. Los precios de Hotel subieron un 8,8% en el mes y 8,1% anualmente. El incremento mensual de 0,9% sin la comida y la energía fue el más grande desde 1982.

A medida que las vacunas se distribuyen, más personas están saliendo a gastar sus ahorros y sus bonos de estímulo. La demanda está creciendo al mismo tiempo que los problemas de suministros bloquean el negocio. El precio de los autos y camiones usados saltó un 10%, lo que contó como el tercer incremento del IPC en el mes. La producción de autos nuevos se ha ralentizado en medio de una escasez mundial de chips de computador. Pero eso no es consuelo para la clase media, los estadounidenses que compran autos usados. Los ricos compran autos Tesla nuevos.

Las materias primas también han estado subiendo e influyendo en los precios al consumidor. El precio del maíz está arriba un 50% este año y más o menos un 125% interanualmente. En general, el precio de la comida creció un 0,4% desde marzo y un 2,4% en los últimos 12 meses. Los precios de los productos frescos y la carne subieron aún más.

La escasez de trabajadores está haciendo subir los salarios—el promedio de ganancias por hora subió un 0,7% en abril— y quizás haga que los precios al consumidor suban más. Muchas pequeñas empresas se mostraban reacias a repercutir el creciente costo de bienes y mano de obra cuando la demanda era baja. Pero puede que eso ahora este cambiando, ya que los consumidores están gastando más libremente.

La explicación benigna para la subida de precios en abril es que es “transitoria”, como le gusta decir a Powell. El aumento de abril se compara con un descenso de precios en la primavera pasada en el pick de las cuarentenas por la pandemia, y la comparación se verá menos fea en los próximos meses. Los precios del petróleo también estaban tocando mínimos la primavera pasada cuando la demanda se desplomó. Elimine esos factores y el incremento del IPC se ve apenas sobre el 2%.

El vicepresidente de la Fed, Richard Clarida, reiteró el miércoles la visión de la entidad de que la economía se mantiene lejos del pleno empleo y que los precios se moderarán una vez que los problemas de oferta se calmen. La Fed ha dicho que permitirá que la inflación exceda el 2% siempre que su “promedio” a “largo plazo” sea del 2% y no planea ajustar sus políticas hasta que el país se acerque al pleno empleo, lo que en el pasado ha sido un objetivo móvil de la Fed.

Sin embargo, la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario, como lo decía Milton Friedman. Durante más de un año, la Fed ha seguido una política expansiva para estos tiempos. Ha mantenido las tasas cerca de cero y ha expandido sus hojas de balance a niveles récord con compras de bonos en una economía que lleva más de nueve meses creciendo a buen ritmo. La predicción de GDPNow (estimado de la tasa de producto interno bruto) de la Fed de Atlanta para el crecimiento del segundo trimestre es del 11%.

La oferta monetaria ha estado creciendo rápidamente y el efectivo está persiguiendo mayores rendimientos en la economía en medio de tasas de interés cercanas a cero. La emisión de bonos basura este año está a un ritmo récord. Los precios de los activos se han disparado. El peligro es que las expectativas de una inflación más alta aumenten y se incrusten en las decisiones comerciales y de los consumidores. Entonces, lo transitorio se vuelve más largo y la Fed podría no tener más remedio que poner fin a la fiesta, tal vez más abruptamente de lo que quiere.

El riesgo se ve agravado por la situación política de la Fed, en parte por culpa del propio Powell. El presidente ha sido un animador de la explosión fiscal del año pasado, especialmente la agenda de Joe Biden-Nancy Pelosi. La Fed ha monetizado casi la totalidad de la nueva emisión de deuda federal del año pasado, y los demócratas cuentan con la Fed para mantenerla en los próximos años. Esto dificulta que la Fed reduzca sus compras de bonos o aumente las tasas de interés.

Powell necesitará que el actual aumento de la inflación sea transitorio, o se encontrará en un aprieto político si los mercados lo obligan a ajustarse. Es mejor para la Fed reafirmar su independencia moderando su política ahora, en lugar de arriesgarse a sufrir más daños en el futuro.

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