Empresas siguen sorteando los vaivenes económicos: solicitudes de quiebras caen casi 24% en julio

De acuerdo a la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, en julio los procesos de liquidación de empresas totalizaron 80 solicitudes, mientras que entre enero-julio la tendencia es la misma, con una caída de 33,8% y 614 solicitudes. La realidad de la insolvencia de las personas es similar: en el séptimo mes del año retrocedieron 31,7%.


Una paradoja resulta mirar las cifras de liquidación de empresas y personas. Al mismo tiempo que las cifras de crecimiento de la economía van a la baja, la inflación al alza y el gobierno tramita en el Congreso un nuevo Fogape para aliviar la situación financiera de las micro, pequeñas y medianas empresas, las solicitudes de quiebras han mostrado una tendencia a la baja durante el primer semestre de este año, lo que se sigue apreciando en julio.

Así, de acuerdo a la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, en el séptimo mes del año los procesos de liquidación de empresas cayeron casi 24%, al registrar 80 solicitudes. Entre enero-julio la tendencia es la misma, con una caída de 33,8% y 614 solicitudes.

La explicación a este hecho no es una sola, pero la que se viene señalando desde mediados del año pasado apunta a que las medidas de liquidez entregadas por la administración anterior y los retiros de los fondos de pensiones, han servido como oxígeno para sobrellevar los efectos de la pandemia, las que el actual gobierno ha mantenido con su plan Chile Apoya.

“Todavía hay muchas pymes que han podido mantenerse gracias a las ayudas estatales y financiamiento que se otorgó con motivo de la pandemia. Habrá que esperar si esta ayuda les permite sortear de manera adecuada el difícil escenario que enfrenta nuestro país en lo político, social y económico. Generalmente, los efectos de insolvencia suelen evidenciarse varios meses posteriores a un estado crítico de una unidad económica y pareciera que esta no es la excepción”, sostiene Diego Messen, abogado y socio de Moraga & Cía.

Alfredo Niklitschek, abogado del estudio jurídico Palma, añade que “la baja de las liquidaciones puede ser multifactorial: en pandemia se iniciaron más procesos para limpiar deudas y aprovechar de ordenar esas deudas. Además, los acreedores están más abiertos a dar soluciones de pago, porque prefieren un pago menor o tardío que no recibir pago alguno, como ocurriría en las liquidaciones”.

La situación de insolvencia para las personas también muestra una buena perspectiva. Esto, porque cayeron 31,7% en julio en 12 meses, al registrar 194 solicitudes. Entre enero y julio, en tanto, se desplomaron más de 40%, con 1.382 registros.

Perspectivas inciertas

No hay certeza de cómo seguirán fluctuando las cifras durante los próximos meses, ya que, a juicio de los expertos, todo dependerá del escenario económico y político. “Es altamente probable que muchas de las empresas que se encuentran con problemas financieros, estén esperando el escenario político posplebiscito, lo que podrá determinar una decisión definitiva de liquidación o seguir manteniendo su funcionamiento. Probablemente habrá que esperar el último trimestre del 2022 para poder tener una evaluación más precisa de la situación concursal en nuestro país”, subraya Messen.

El mismo experto complementa su análisis afirmando que “lo más probable es que esta reducción en las cifras muestren una tendencia adversa en el último trimestre de este año, con un alza importante en los procesos concursales”. Mientras que Niklitschek puntualiza que “si el escenario económico y de inversiones no mejora, estos números de liquidaciones de personas y empresas debiesen aumentar a fines de este año, o quizás a principios del próximo”.

Pedro Eguiguren, socio de Eguiguren Abogados, agregó que “en agosto, ya ha existido más movimiento y preguntas sobre eventuales insolvencias o incapacidad de pago de parte de personas y empresas, dado que los proyectos están paralizados, las ventas y consumo han bajado, por lo que ellos ven una baja en la proyección de flujos futuros”. Asimismo, acotó que “lo que queda de este año y durante el 2023, los indicadores de solicitudes debieran aumentar en forma considerable, ya que la recesión global y local, ya es de conocimiento público, lo que muy pronto se manifestará en los flujos y liquidez de las personas y empresas”.

Guillermo Troncoso Vidal, abogado experto en insolvencia, y quiebras aseveró que “si bien se podría esperar que esto ocurra a fines de año, esto dependerá de muchos factores tanto externo como internos. Entre los primeros menciona “la economía mundial, como lo es el precio del dólar, los combustibles, el riesgo de un conflicto bélico, y el manejo de la pandemia. Internamente, el alto valor de la UF, la fuerte inflación que ya supera los dos dígitos, y un escenario de absoluta incertidumbre que propicia el plebiscito de salida, marcará la pauta para gatillar o no una eventual explosión de este tipo de procedimientos”.

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