Johnson, Nixon, Trump, los antitecnócratas y Marcel

A partir de diciembre el Banco Central publicará nuevos datos sobre la actividad económica

"Es relativamente fácil reconocer que el Banco Central hoy no tiene una tarea fácil. Sin embargo, más allá de las eventuales presiones fuera del ámbito técnico, la Tasa de Política Monetaria real actual sigue siendo de las más bajas de la región latinoamericana".


A fines de agosto el Banco Central en Chile remeció al mercado con la inesperada alza en la Tasa de Política Monetaria de 75 puntos base, llevándola a 1,5%. A esto se sumó un agudo, pero necesario análisis de la situación económica contenido en su Informe de Política Monetaria del mes de septiembre, dejando las bases para un acelerado camino de futuras alzas de tasas en su horizonte de política. Este nuevo escenario advierte de los riesgos de eventuales desequilibrios financieros relevantes ante el aumento excesivo de la liquidez en la economía local, sin embargo, no han sido pocos quienes han salido a cuestionar el accionar del instituto emisor. Algunos han puesto en entredicho lo adecuado de la medida, mientras que otros más osados, la necesaria revisión de los alcances de autonomía del organismo.

Esto no es nuevo en Chile, llevamos varios meses escuchando a propulsores de eventuales cambios en la autonomía de la institución, pero tampoco es aislado a la realidad local. Si vemos la historia reciente de Estados Unidos, podemos recordar las innumerables ocasiones donde el expresidente Trump cuestionó el accionar de la Reserva Federal liderada por Jerome Powell. A través de su canal oficial (Twitter), el expresidente de la mayor economía global acostumbraba a recalcar que bajo su análisis, la principal amenaza para la sostenibilidad del crecimiento económico no era la guerra comercial con China, sino la timidez del Banco Central americano para recortar la Tasa de Política Monetaria. En este sentido, la aproximación de Trump tampoco es inédita en la balanza del poder político versus el poder de los técnicos. Lyndon Johnson en 1965 y Richard Nixon en 1971 fueron presidentes que, de acuerdo con los registros oficiales, buscaron contrarrestar el accionar independiente de las autoridades monetarias. En el primer caso, el representante demócrata buscaba un apoyo en el canal monetario a su programa de gobierno basado en recorte de impuestos, aumento del gasto en defensa por la guerra de Vietnam y la ampliación de la base de seguridad social. En el segundo caso, el representante republicano buscaba maximizar la posibilidad de ganar la reelección de 1972 privilegiando una mayor preponderancia del estímulo monetario sobre el fiscal, pero con una economía que daba signos de exceso de liquidez y sería la antesala de la peor década inflacionaria en Estados Unidos en más de 30 años.

Volviendo al escenario local, es relativamente fácil reconocer que el Banco Central hoy no tiene una tarea fácil. Sin embargo, más allá de las eventuales presiones fuera del ámbito técnico, la Tasa de Política Monetaria real actual sigue siendo de las más bajas de la región latinoamericana. En este sentido, bajo ningún modo podríamos decir que el accionar del Central lleva a un nivel de tasas de interés de corto plazo que consideremos contractivo. Es más, el reciente movimiento sólo da inicio a una sincronización con las economías latinoamericanas que son justamente las que enfrentan un mayor riesgo de persistencia inflacionaria en los próximos años. Finalmente, si en verdad existe una real preocupación por el aumento de las tasas de interés y el efecto nocivo que esto tendría en la sustentabilidad de la recuperación económica local, es el momento de prestar mayor atención al efecto que han tenido los sucesivos proyectos de retiros de 10% de las AFPs, que hasta ahora han llevado a que las tasas de interés de largo plazo en Chile registren un incremento equivalente a cuatro veces lo realizado hace unos días por el Banco Central.

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