La Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP) propone que Chile aproveche la actual discusión de una reforma previsional para adoptar Mecanismos de Ajuste Automáticos (MAA), que permitan dar sostenibilidad al nuevo sistema.

En su último informe, “MAA: Rol y Lecciones para los Sistemas de Pensiones”, la entidad sostiene que una forma de poder abordar ese desafío, “es hacer ajustes discrecionales en las tasas de cotización y/o edades legales de jubilación, que consideren las mejoras en la longevidad de los futuros pensionados”, especialmente tras los retiros de fondos de las AFP durante la crisis del Covid-19, que se traducirán en una reducción de las pensiones que se pueden financiar con los mismos saldos acumulados.

Según cifras de la entidad, que reúne a las asociaciones gremiales y entidades que administran fondos de pensiones de 15 países, los tres retiros de fondos de pensiones han alcanzado en Chile un monto total de US$ 51.008 millones, lo que “implica que en promedio las personas tendrían que cotizar 5,9 años adicionales para recuperar los saldos que tenían antes de estos retiros”, indicó la entidad al ser consultada por Pulso. “Debido a esto y a las tendencias demográficas, económicas y financieras que enfrenta el país, se hace urgente el ajuste de los parámetros, de manera de acercar el monto de las pensiones a las expectativas de las personas”, sostuvo.

Actualmente en el país se discute una reforma previsional, cuya mesa técnica no ha logrado alcanzar acuerdos y quedan pocos días para que este 18 de abril la Cámara de Diputadas y Diputados pueda volver a discutir un nuevo retiro, tras el rechazo de abril del año pasado. En espera están dos proyectos, uno de Pamela Jiles (PH), y otro del RN Eduardo Durán.

Según la FIAP, los mecanismos de ajuste automático garantizan la sostenibilidad del sistema de pensiones en varios países de la OCDE, y en Chile, donde el sistema de ahorro individual es la base del modelo, los parámetros más importantes a considerar son la edad de pensión y la tasa de cotización. Por eso propone que, siguiendo la experiencia de los países europeos, “los ajustes paramétricos sean paulatinos y posteriormente se definan ajustes automáticos vinculados a las expectativas de vida”.

La entidad añade que el aumento en la edad de pensión no debería afectar a las personas que están próximas a pensionarse, sino a las generaciones futuras, y que el incremento en la tasa de cotización también debiera hacerse de manera escalonada para no afectar el empleo.

En la actual discusión de la reforma previsional no se ha definido aumentar la edad de jubilación, pero sí la tasa de contribución, mediante un 6% adicional que sería financiado por el empleador. El destino de ese aporte -si a cada cuenta individual o a un fondo solidario- no está completamente zanjado aún.

Sobre ese 6%, la entidad reiteró que si se destinara a un pilar solidario o de reparto, los ajustes para disminuir el monto de las pensiones o aumentar la edad de jubilación tendrían que ser más pronunciados y periódicos en la medida que la tasa de fertilidad cae: “Esto se ha visto frecuentemente en el mundo, donde en los últimos 27 años, 82 países con sistemas de reparto aumentaron la tasa de cotización, 65 aumentaron la edad de jubilación y 67 ajustaron la fórmula de beneficios o los disminuyeron de plano bajando el monto de las pensiones”.

La entidad, con sede en Uruguay, reconoce las dificultades políticas que tendría aumentar la edad de jubilación. En Chile las mujeres se jubilan a los 60 años y los hombres a los 65 años. Hace algunas semanas en Francia, su presidente Emmanuel Macron aumentó por decreto la edad de jubilación de 62 años a 64 años, desatando graves protestas en todo el país.

“Es posible y sería pertinente” establecer en la reforma una institucionalidad técnica que garantice la aplicación de los ajustes automáticos, según la FIAP, la que en más de una oportunidad ha considerado la inexistencia de ajustes como una debilidad del sistema chileno de pensiones vigente.