Un nuevo traje para la empresa en el Chile que viene

"Hay que asegurar que haya un adecuado espacio en la empresa para las mujeres, para los migrantes, la diversidad sexual, personas de distintos orígenes sociales, pueblos originarios y religiones. Buscar que la foto de cada uno de los equipos refleje la diversidad de nuestro Chile actual".


El 40% de los líderes empresariales piensa que las grandes firmas aportan a la sociedad, pero solo el 15% de los colaboradores lo cree. El 93% de los gerentes cree que en sus empresas la opinión de los trabajadores le importa a la alta administración, pero solo 43% de los trabajadores de grandes empresas están de acuerdo.

El 55% de los líderes empresariales confía en las empresas, pero solamente un exiguo 27% de los colaboradores y de la opinión pública opina igual.

Estos son algunos resultados del estudio realizado por Cadem y PwC Chile sobre la relación de la empresa con sus stakeholders. Muestran con claridad el divorcio de percepciones entre los líderes y colaboradores al interior de las grandes empresas. Parece reproducirse también al interior de ellas el fenómeno de desconexión que existe entre las élites y el ciudadano de a pie, del cual tanto hemos escuchado desde el inicio del estallido social.

Lleva a preguntarme, ¿No estará pasando con los grupos gerenciales al interior de las empresas lo mismo que al emperador y su traje nuevo? Según este famoso cuento de Hans Christian Andersen, el emperador está seguro de que su traje era el adecuado, nadie de su entorno inmediato contradice esto, pero el emperador en realidad está desnudo.

¿No estará sucediendo algo similar? Los resultados sugieren que los líderes al interior de las organizaciones empresariales consideran que el traje que los viste, llámese valor de la empresa en la sociedad, se ajusta con propiedad a los tiempos, pero para nuestra sorpresa sus stakeholders más cercanos no lo ven de la misma manera.

¿Estaremos los líderes de las empresas enfrentando un fenómeno de sesgo cognitivo que nos induce a mirar la realidad selectivamente? A la luz de los resultados del estudio, parece evidente que sí.

Y entonces, ¿Cómo reconectamos a la empresa con la sociedad? ¿A los líderes con sus colaboradores?

Los resultados del estudio también nos dan algunas luces de cómo hacerlo.

Primero, tenemos que aumentar la escucha. Convertir a los gerentes en personas conectadas con la realidad amplia de los colaboradores. Ya no basta con preocuparnos del clima laboral mirando números: también debemos entender otras variables que afectan las vidas de nuestros colaboradores, tales como tiempos de desplazamiento al trabajo, dificultades del cuidado de sus hijos, problemas de salud en sus familias, entre otras. Sistematizar esta escucha es razonablemente fácil de implementar y de alto impacto para cerrar esta brecha cognitiva.

Segundo, debemos revisar las características del grupo de colaboradores de nuestras empresas y buscar activamente que éste represente a la diversidad de Chile. Hay que asegurar que haya un adecuado espacio en la empresa para las mujeres, para los migrantes, la diversidad sexual, personas de distintos orígenes sociales, pueblos originarios y religiones. Buscar que la foto de cada uno de los equipos refleje la diversidad de nuestro Chile actual.

Por último, hacernos cargo de la importancia que tiene hoy la diferencia generacional entre los sub 30 y los mayores. Sabemos que la sensibilidad de esta nueva generación es radicalmente distinta a la de las generaciones más antiguas en temas valóricos, de relaciones laborales, de cuidados del medio ambiente, entre otros.

La enumeración puede ser extensa, por lo que un desafío importante que tiene el actual liderazgo de las empresas para conectar con el nuevo Chile es incorporar personas jóvenes en posiciones donde se toman realmente las decisiones.

Cada día se torna más urgente ocuparnos de cerrar la brecha entre gerentes y colaboradores, para construir empresas cohesionadas, conectadas con la sociedad y, por tanto, sustentables, donde el traje que viste al emperador es también visto por todos los stakeholders.

*La autora de la columna es gerente general CADEM y directora de empresas

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