Brasil pedirá a los países desarrollados que ayuden a financiar los esfuerzos para contener la deforestación y promover actividades económicas sostenibles en la Amazonía durante una conferencia sobre cambio climático de las Naciones Unidas en diciembre.

El ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, expresó el miércoles que su país hará un llamado a las naciones ricas durante la conferencia de dos días, conocida como COP25, para proporcionar US$100 mil millones al año para ayudar a Brasil y otros países en desarrollo a preservar sus recursos naturales. Defendió el récord de Brasil en la lucha contra la deforestación y dijo que los fondos prometidos en virtud de pactos mundiales como el Acuerdo de París de 2016 están atrasados.

"Es necesario que los fondos compatibles con el desafío de preservar la Amazonía comiencen a fluir hacia los países en desarrollo", afirmó a los periodistas. "Las personas que cuidan el bosque deben ser compensadas", dijo.

La cumbre climática COP25 tendrá lugar en Madrid en diciembre luego de que Chile se retiró como anfitrión después de varias semanas de violentos disturbios.

Los comentarios de Salles llegaron dos días después de que la agencia espacial brasileña dijera que el ritmo de la deforestación en la Amazonía del país se aceleró durante el año pasado. La agencia precisó que un área del tamaño de Rhode Island y Delaware juntos perdieron la cubierta arbórea en los 12 meses hasta julio. Ese fue un aumento del 30% durante el mismo período que terminó en julio de 2018 y el mayor nivel de deforestación desde 2008.

Casi toda la nueva deforestación tuvo lugar después de que el presidente Jair Bolsonaro, un político a favor de las empresas que promueve la ganadería y la agricultura en la Amazonía, tomó posesión en enero.

La administración de Bolsonaro ha dicho que en lugar de castigar a los agricultores, ganaderos y mineros por violar las leyes ambientales de Brasil, debería ofrecer formas para que los residentes amazónicos prosperen sin talar árboles.

"La deforestación está aumentando porque la Amazonía es rica en recursos naturales pero tiene indicadores sociales muy malos", incluidos bajos ingresos y una infraestructura deficiente, dijo Salles. "No cambiará hasta que los residentes del Amazonas estén incluidos" en los esfuerzos para proteger el bosque, explicó.

Salles afirmó que Brasil está acelerando los esfuerzos para legalizar la propiedad de la tierra en la Amazonía para que los agentes de protección ambiental puedan enjuiciar de manera más eficiente a las personas involucradas en la tala ilegal. Dijo que el gobierno federal está trabajando con los gobernadores para proporcionar más alternativas económicas a los habitantes de los bosques.

El ministro no proporcionó detalles de los planes del gobierno, pero los expertos propusieron apoyar a actividades como el cacao y la piscicultura que no requieren la limpieza de tierras a gran escala.