Empresarios, políticos y creativos revelan su Navidad inolvidable

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Desde la última gran celebración de Virginia Demaria con su padre, hasta la Noche Buena en que Evelyn Matthei y sus hermanos recibieron una bicicleta cuando estaban en EEUU, varios personajes destacados cuentan sus experiencias. Miguel Mata de Santander dice por qué espera con ansias este fin de semana, Francisco Chahuán relata una anécdota y Roberto Angelini detalla cómo festeja el 24 de diciembre.




Chahuán y el "jojito atolado"

A la hora de hacer balances, el 2017 ha sido un buen año para el senador Francisco Chahuán. Luego de conseguir una victoria aplastante en las últimas elecciones, cuenta que una de las anécdotas que más recuerda fue cuando el día de Navidad, llegando a Limache, "vimos en una casa, un adorno donde el viejito pascuero estaba entrando por la chimenea, dando la impresión de que estaba atascado. Ante esa imagen, el más pequeño de mis hijos, Fernandito, estalló en llanto y desesperado gritaba: 'El jojito está atolado (por atorado)'. Tuvimos que hacer todo una parafernalia para simular que auxiliábamos al viejito".

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A la hora de pensar en la Navidad más significativa, señala que probablemente fue una en que con sus hijos salieron a regalar todos sus juguetes. "Fue muy emocionante, porque tenían 4 y 5 años y por iniciativa propia nos pidieron a Sandra -mi señora- y a mí que los lleváramos con sus cosas para repartirlas a niños que no hubieran recibido lo que esperaban".

Respecto a regalos comenta que siempre recuerda con especial cariño las navidades celebradas en campamentos durante su juventud. "Durante los años en que fui misionero, esas fechas marcaron profundamente mi vida y lo que quería hacer en el futuro. Por otra parte, la posibilidad de reunirnos en familia, no importando dónde estemos, siempre es un regalo".

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Hugo Grisanti y una expresión de fe

Cada año, devotos de la Virgen del Rosario llegan a Andacollo para la misa de Navidad... Considerado como uno de los mejores, el arquitecto y diseñador Hugo Grisanti tiene dos navidades grabadas a fuego en su memoria. En términos espirituales, dice que hace siete años pasó una celebración única. Invitado por un programa de televisión llegó a Andacollo a pasar la Navidad. "Yo nunca he sido muy creyente, pero cuando ves a peregrinos que llegan de todas partes de nuestro país a cumplir con sus promesas, resulta inspirador. Ahí conocí a Ester y Segundo, dos feligreses de la localidad que vivían su fe de manera extraordinaria. Sólo el hecho de verlos, le dio un sentido maravilloso a esa celebración. Bailes, la peregrinación y la atmósfera que se respiraba me hizo sentir recogimiento", reconoce Grisanti. La otra, relata, fue cuando su madre los invitó a viajar como núcleo. "Fue simplemente el regalo más lindo que pudo darnos".

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La maleta de Virginia Demaria

La Navidad que más la marcó -cuenta Demaria- fue la del '87, tanto la celebración como el regalo. "Tenía siete años y es, sin duda, la Navidad que más recuerdo porque fue la última que pasé con mi papá. Llevaba enfermo cerca de cuatro años y fue la última gran celebración con él. Además, no sólo se trata del momento, sino que me dio la impresión de que con su regalo, me validaba", dice la chef.

Virginia cuenta que siendo la menor de sus hermanos, desde temprana edad demostró una inclinación al mundo artístico, aquel donde disfrutaba de hacer cosas con sus manos, sello que conserva hasta la actualidad. "Mi papá llegó con una enorme maleta negra. Cuando la vi, no sabía qué pensar. No tenía claridad de lo que podía haber adentro, si es que había algo. Cuando la abrí, me di cuenta que eran materiales de arte: óleos, trementina y pinceles. Fue como: 'ok, Virginia, te compro tu cuento artístico' y me marcó profundamente. Siento que me dio el impulso a ser lo que soy".

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Sin embargo, con la maternidad, confiesa Demaria, ha pasado por altos y bajos. "Al principio, era como el Grinch, no quería inculcar el espíritu consumista a mis hijos, por lo que era reacia con la celebración. Después me di cuenta que decorando, haciendo galletas y envolviendo los regalos la pasaba muy bien. Hoy estoy en una etapa distinta. Mi hija mayor tiene 10 y está en la disyuntiva si creer o no el cuento de la Navidad".

La Navidad americana de Evelyn Matthei

Corría el año 1965, cuando el general de la Fuerza Aérea, Fernando Matthei, se trasladaba a Alabama (EEUU) con su familia, al ser distinguido como mejor alumno. "Había sido un año muy duro; mi hermano Robert había tenido cáncer, yo venía saliendo de una fiebre reumática y, finalmente, mi padre había sufrido una úlcera gástrica. Sumado a la realidad que vivía el país, donde nos dábamos cuenta que mi padre hacía malabares para tener bien a una familia con cinco hijos, llegar a EEUU fue una experiencia increíble", cuenta Matthei.

Relata que su primera Navidad con frío fue un bálsamo para las inquietudes vividas. "Los médicos nos habían dado comentarios favorables de la salud de mi hermano y con mi padre nos habíamos recuperado. Esa Navidad, los tres hermanos mayores recibimos bicicletas; un regalo tan bonito, que nos alentaba a la aventura y nos alejaba de la angustias pasadas".

Matthei comenta que hoy sus celebraciones mantienen el espíritu de ese año. "Todo es siempre muy familiar. Yo disfruto mucho de cocinar ese día. La casa se llena de tradiciones alemanas, con canciones y gastronomía. Aunque bueno, somos amantes del pan de pascua que es una especialidad inglesa", reflexiona la alcaldesa de Providencia.

El regalo perfecto de Roberto Angelini

Si hay algo que tiene claro Roberto Angelini es la importancia de la familia. El presidente de Empresas Copec experimentó en carne propia -a pesar de que era muy pequeño cuando ocurrió- lo que significaba el dejar un país por otro, donde con el trabajo de su familia consiguieron forjar uno de los grupos económicos más grandes de la región.

El empresario cuenta que "en la medida en que el tiempo avanza, uno va comprendiendo que la vida es una colección de momentos únicos y memorables. Desde hace ya varios años se ha ido haciendo tradición que la noche de Navidad la celebramos en casa. Cada año nos preparamos para recibir a la familia en pleno: a nuestros hijos y, muy especialmente, a nuestros nietos, que con su luz y vitalidad hacen de la noche del 24 un encuentro inigualable. Esta experiencia es, sin duda, el regalo perfecto", señala Angelini.

El "tesoro" de Miguel Mata

Miguel Mata, subgerente general de Banco Santander, cuenta que espera con ansias esta Navidad en particular. "Mi hija está estudiando en Barcelona y llegará mañana. Siento que estoy contando los instantes para esto pase. Además, su hermano chico la extraña mucho y no tiene idea de que viene. Entonces, creo que su llegada va a ser el regalo más importante".

Miguel relata que una de las navidades que recuerda con mucha alegría fue una en que su abuelo le regaló un auto a control remoto. "Era un regalo tan inesperado, pero a la vez demasiado genial para la época. Probablemente si hoy lo viera diría 'no puedo creer que esto me dejara tan encantado', pero lo cierto es que recuerdo que lo atesoré muchísimo tiempo con demasiado cariño. Lo cuidaba como si fuera un tesoro".

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