Estudio revela que la desigualdad infantil comienza a evidenciarse a los 10 meses de vida

El cuidado de los hijos, la particular situación de las madres ante el mercado del trabajo y las diferencias entre niños ricos y los más pobres, parecen irreversibles si no se actúa a tiempo.
Esa es parte de la conclusión que arrojó la Encuesta Longitudinal de la Primera Infancia (ELPI) de 2012, encargada por el Ministerio del Trabajo al Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, que dibuja un escenario según el cual un 49,5% de las mujeres del sondeo se declara ocupada; 23,4% inactivas blandas (que han trabajado antes); un 24,1% de inactivas duras (que jamás han trabajado); y sólo un 3% desocupadas.
Los resultados que más alarmaron al gobierno fueron que dentro de las mujeres que no nunca han participado del mercado laboral, el 36% no trabajaría bajo ninguna circunstancia. Para la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, esta cifra conduce a la necesidad de repensar en cómo integrar a la población femenina al mercado laboral.
Entre las mujeres que son madres y que habían dejado su trabajo, el 39,6% lo dejó por cuidar a sus hijos o porque quedó embarazada. Esto plantearía un desafío en relación a las alternativas que tienen, más aún si se tiene en cuenta que el estudio arrojó que sólo el 10,3% envía a sus hijos al jardín o sala cuna.
No obstante ello, la ministra Matthei, celebró el informe y lo catalogó como un instrumento esencial para generar política sociales que debería ser tenido en cuenta por el Ejecutivo y los parlamentarios.
DESIGUALDAD INFANTIL
La encuesta incluyó una batería de estudio psicológicos para evaluar los niveles cognitivos y sociales de los niños y las diferencias socioeconómicas, dependiendo del segmento social.
De ellos, la encuesta reveló que la desigualdad surge en la infancia temprana. David Bravo, director del Centro de Microdatos, explica que la brecha entre los más pobres y lo más ricos del país comienza a notarse a partir del décimo mes.
Para el economista, estas diferencias se incrementan rápidamente, por lo cual parece más razonable, en lugar de buscar cómo intervenir la desigualdad del mercado laboral, "pensar que una intervención temprana, que complemente lo que se hace en el hogar y que apunte a que esos niños puedan tener estimulación tempranamente".
En ese sentido, Matthei destacó el trabajo que se está haciendo para ampliar el derecho a sala cuna para el 60% más vulnerable de la población, que calificó de prioritario, aunque sin adelantar cuándo ingresaría el proyecto que reformula su diseño. Esto, eso sí, desde la perspectiva que "las salas cunas no son una guardería, no es un lugar a donde se lleva a los niños para que lo alimenten y le cambien los pañales, sino que sea un estímulo, enseñanza, cariño y cuidado".
Bravo coincidió en la importancia de estos establecimientos tanto para apoyar y mantener a las madres en el mercado laboral, pero plantea que hay un factor que podría llevar a que la participación laboral femenina aumente: el financiamiento.
"Creo que hay que sacar el mecanismo discriminatorio contra las mujeres que tiene el artículo del Código del Trabajo que le impone el costo de las salas cuna a las mujeres y genera que tenga que financiar la sala cuna y eso hace que sea muy costoso contratar a las mujeres", afirmó el investigador.
Debes saber
¿Qué ha pasado?
La desigualdad en nuestro país comienza en los primeros 10 meses vida. Lo que implicaría un replanteo de las políticas públicas para abordarla.
¿Por qué ha pasado?
Se dieron a conocer los resultados preliminares de la Encuesta Longitudinal de la Primera Infancia (ELPI) 2012 que analiza la realidad de la infancia y la situación laboral de las madres en el país.
¿Qué consecuencias tiene?
La ministra Evelyn Matthei apuntó la necesidad de crear políticas para mejorar la experiencia de los niños más pobres en etapa temprana.
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