La historia de conflictos entre las Bolsas: cascada, interconexión y demandas




Más de dos décadas de conflictos han cruzado la historia de las tres plazas bursátiles que operan en el país. Un mercado donde la Bolsa de Comercio de Santiago (BCS) domina más del 98% de las transacciones combinadas de renta fija y variable, manteniendo a la Bolsa de Valparaíso (Bovalpo) y la Bolsa Electrónica (BEC) relegadas a un segundo plano. Esto, a pesar que los accionistas de la primera y la última son, en la práctica, casi los mismos y que la segunda es la más antigua del país. En los últimos meses, la tensión ha escalado. No sólo por la investigación que desde octubre de 2012 la Fiscalía Nacional Económica (FNE) lleva a raíz de la interconexión de los mercados, sino que también por los coletazos del Caso Cascada.

“Acá lo primero que hay que destacar es que 8 de las 10 transacciones multadas por la SVS fueron realizadas en la Bolsa Electrónica. Sólo 2 en la Bolsa de Comercio. En cuanto al volumen de las operaciones, el 92% fue realizado en la BEC y solamente el 8% en la Bolsa de Comercio. Yo estoy dando la cara porque me parece que las cosas hay que hacerlas bien”, señaló el 26 de septiembre a Pulso el presidente de la BCS, Juan Andrés Camus, causando escozor al interior del directorio de la BEC.

El tema no es menor. Las Órdenes Directas (OD) cuestionadas por la SVS en el Caso Cascada representan el 98% del mercado de acciones de la BEC (en la BCS sólo es el 13%) y si bien reconocen en la plaza electrónica que 8 de 10 operaciones multadas se realizaron en su rueda, argumentan también que la mayoría de las transacciones cuestionadas se hicieron en la de Santiago, pero que al momento de sancionarse habían caducado.

En la BEC había crispación, pero pese a ello no hubo respuesta. Por lo menos no a través de la prensa. Fernando Cañas, presidente de la institución -ex gerente general de Banco de Chile, entidad que a su vez colocó a Rodrigo Manubens como director en la BCS-, quería salir a responder, pero sus ánimos fueron calmados por un miembro de la mesa. La decisión era no hacer pública una discusión que debía seguir en privado.

Sin embargo, éste es sólo el último episodio de décadas de cuestionamientos y conflictos. La misma creación de la Bolsa Electrónica a fines de los 80 se produjo luego de que las corredoras de la plaza santiaguina -la única luego de que Bovalpo, fundada 1880, fuera declarada en quiebra en 1983, y reiniciara de manera incipiente sus operaciones en 1987-, se negaran a dejar entrar a los bancos, tras lo cual éstos últimos decidieron formar su propio centro bursátil. Si bien a mediado de los 90 lograron ingresar a la BCS, y hoy cuentan con un tercio de los 48 votos, nunca han logrado colocar a uno de los suyos en la presidencia o vicepresidencia de la mesa.

2013 fue un año de cuestionamientos por el Caso Cascada, pero también marcado por la investigación de la FNE. La entidad encabezada por Felipe Irarrázabal inició, a petición de la Bolsa de Valparaíso, una investigación por posible abuso de posición dominante en el mercado de valores local por parte de la Bolsa de Comercio de Santiago. Con esto, se buscaba revisar si se está dando cumplimiento a las resoluciones de las entidades antimonopolios emanadas en 2000 y 2002, las que buscaban que el mercado propendiera a ser unificado, equitativo y ordenado.

En este escenario fue que Cañas pidió una reunión con el entonces presidente de la BCS, Pablo Yararrázaval, y el vicepresidente, Leonidas Vial. La cita no era común, ni casual. El ex gerente general de Banco de Chile, dicen fuentes conocedoras de la cita, “estaba haciendo su pega”. La idea era plantear la necesidad de interconectar plenamente ambas plazas, algo que también les solicitó por escrito. Sin embargo, tras conocerse la reunión en la mesa de la plaza santiaguina se cuestionó a los representantes de los bancos el por qué, si ya eran corredores de la BCS, querían interconectar la plaza con la BEC. La respuesta habría sido que representan a entidades distintas.

En el marco de la investigación de la FNE, la BEC también presentó un informe realizado por Alexander Galetovic, alegando que fragmentar el mercado es “anticompetitivo”, debido a que las reglas que lo restringen tratan a una operación interbolsa “menos favorablemente” que una hecha en una plaza determinada, y que esto “no tiene fundamento económico”.

La demanda

En paralelo, la Bolsa de Valparaíso presentó una demanda durante este año por “competencia desleal e indemnización de perjuicios” contra la Bolsa Electrónica y la de Santiago, alegando que hace más de 22 años sus pares mantienen “conductas desleales y abusivas”. Esto, por la eliminación de las operaciones interbolsas en 1999, luego impidiendo que éstas se materialicen en 2002, para finalmente imponer “arbitrariamente” el cobro de peajes. Todas “conductas que no obstante haber sido denunciadas, sancionadas y ordenado su remoción por los Tribunales de la Competencia y la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), se mantienen a la fecha en abierta infracción a las normas legales pertinentes”.

En las presentaciones iniciales, la BEC planteó que comparte la preocupación de Bovalpo “por la situación actual del mercado bursátil en lo referente a la necesidad que se reanuden las operaciones interbolsas en términos que sean eficaces. Ello permitiría a los inversionistas adquirir y/ o vender sus acciones al mejor precio disponible en todo el país, aumentando así la liquidez en el mercado, sin incrementar los costos transaccionales”, añadiendo que “ha sido  más proactiva que la propia demandante y ha instado para que se modifique el actual status quo que afecta al mercado”. Con esto, ambas plazas dejaron sola a la Bolsa de Santiago.

Ésta última, alegó que la “verdadera finalidad de la demanda deducida” es un intento por “aprovecharse ilegítimamente de los ingentes esfuerzos e inversiones desarrollados por la BCS a lo largo de su historia”, pues “pretende obtener un pronunciamiento que ordene en definitiva a nuestra representada permitir que los corredores de dicha bolsa puedan, más allá de las operaciones interbolsas actualmente vigentes y en funcionamiento, ingresar órdenes directas y vinculantes a la BCS y/o a la Bolsa Electrónica, para de ese modo aprovecharse finalmente, de forma desleal y abusiva, de los legítimos esfuerzos e inversiones de la BCS”.

En junta de accionistas de abril de 2013, el presidente de Bovalpo, Carlos Marín, señaló que “las perspectivas que se abren a esta Bolsa al imponerse definitivamente el restablecimiento de las operaciones interbolsas, son inmensas y nos permitirá aspirar a recuperar el 30% a 40% del mercado que mantuvimos hasta antes de que éstas fueran impedidas por la Bolsa de Comercio”.

Con todo, la demanda aún no ha pasado de las presentaciones iniciales, y si desconoce si la investigación de la FNE, iniciada hace dos años, será archivada o será presentada ante el Tribunal de la Libre Competencia.

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