Brand & Label: la startup que se dedica al negocio de la basura digital

Sebastián era gerente de marketing en Groupon y tenía sobre la mesa una oferta en Ripley. Pero dejó todo y se fue tres meses a aprender una tecnología a Alemania. Volvió y abrió una startup para ayudar a las empresas a depurar sus datos. Hoy B&L está en Chile, México y Perú, y van por Colombia y EEUU.


"Si estamos en la era donde los datos son el nuevo petróleo, nosotros somos la refinadora". Con esa frase, Sebastián Hercovich, CEO de Brand & Label explica cuál es el principal objetivo de esta startup: procesar grandes volúmenes de información y depurarla, para que tenga sentido.

Pero vamos a sus inicios, para entender mejor el modelo. En 2014 Sebastián era gerente de marketing de Groupon. "Hacíamos un trabajo bastante manual. Nadie hablaba mucho de automatización", dice. Fue ahí cuando conoció a la empresa alemana Ax-semantics que era especialista en una tecnología denominada Natural Linguistic Generation (NLG), la que, a partir de datos, genera una estructura capaz de crear información de productos, "que era algo que necesitábamos en Groupon", comenta Sebastián.

"Justo me ofrecieron un muy buen trabajo en Ripley, pero los alemanes me siguieron persiguiendo. Finalmente, dejé Groupon, no me fui a Ripley y viajé a Alemania donde me quedé tres meses para entender la tecnología de Ax-semantics. Si te vas a dedicar a algo, hay que hacerlo. Los emprendimientos a medias siempre terminan en resultados a medias".

Volvió a Chile pensando que tenía una especie de mina de oro. "Me reuní con algunas empresas y me decían que era maravilloso, que les solucionaría un gran problema, pero… no tenían datos o información estructurada o no estructurada que se pudiera utilizar".

Fue cuando se dio cuenta, junto a Nicolás Krauss y Javiera Álvarez (los nuevos socios) donde estaba el verdadero negocio: "El gran problema de las empresas es que todos los datos que tenían estaban sucios. No servían. Es lo que se denomina dirty data. El negocio era limpiar la basura digital y crear valor real con la que existe", cuenta Nicolás.

Brand & Label (B&L) comenzó en 2014 con un capital personal de US$50 mil y en 2015 ya estaban cerrando sus dos primeros grandes contratos con Sodimac y Dimerc. Fue cuando entró el primer inversionista ángel con US$60 mil. Se trata de Juan José Lasen, de la constructora UPC, quien pertenece a una familia de empresarios que, entre varios negocios, tienen la concesión de Marley Coffee en Chile.

Ya con programadores a su haber y un gerente de operaciones recién contratado, empezaron a crear su propia herramienta de software: Bill, el Constructor de Datos, haciendo alusión a la serie animada Bob el Constructor. "Bill fue un desastre. Se incendió, especialmente cuando comenzamos a correr y generar alrededor de 100.000 campos de datos. Necesitábamos algo más escalable", dice el CEO de B&L. Llamaron a Alfredo Irarrázaval quien trabajaba en la FAO haciendo proyecciones de producción de trigo y otros alimentos y tenía el mismo problema con los datos sucios. Empezaron a enfocarse cada vez más en la depuración de la información y lograron escalar de 100 mil datos a 300 mil. Luego a 600 mil y a 1 millón. "En realidad, ahora el límite solo lo ponen los clientes", asegura Sebastián.

Cada vez más incorporaron Inteligencia Artificial, Machine Learning y estructuración automática, entregando información valiosísima a las empresas para tomar decisiones o generar contenido automatizado, enfocados principalmente en el e-commerce y el retail. El modelo es simple: primero cobran por una puesta en marcha del sistema y luego, un costo mensual. Han logrado venderle a prácticamente todos los grandes retailers en Chile y se están abriendo otras áreas como la industria minera. Ya están instalados también en Perú y México. "La ventaja de haber tenido un inversionista que tiene una constructora es que los bancos te dan más relevancia. Como startup no te pescan mucho".

Pero en 2018 quisieron crecer más aún y partieron un proceso de levantamiento de capital proyectado en US$1 millón por el 20% de la propiedad. "A pesar de que estábamos avaluados en US$5 millones no fue fácil. Era una tarea nueva para nosotros y teníamos mucho que aprender", reconoce Sebastián. Comenzaron a aparecer algunos interesados como Digital Ventures (de Ramón Heredia) y Wayra, de Movistar. Como sea, lograron una ronda inicial de US$300 mil y planean subirla a US$500.000.

Hoy tienen cerca de 27 clientes y el abandono es cercano al 10%, cifra bastante baja en este rubro. Tenían pensado facturar cerca de US$1,2 millones este año, pero el estallido social hizo que se atrasaran algunos pagos, por lo que ajustaron la cifra a US$800.000. Como sea, el 2020 esperan crecer un 30%. "Pesa a que Chile está medio golpeado, creemos que seguiremos creciendo, pero también tenemos que mirar otros países. Nuestros inversionistas tienen que sentir que no están en riesgo porque estamos en varias partes", comenta el fundador de B&L.

De hecho, el próximo año esperan abrir oficinas en Colombia y en el estado de Delaware, para comenzar a probar en el mercado estadounidense.

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