Unos días antes de dejar el gobierno, el ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, firmó un decreto que provocó un dolor de cabeza a los funcionarios públicos, pero que al parecer no ha molestado al ministro entrante, Felipe Larraín, porque no lo ha revertido.

El documento en cuestión modificó un concepto llamado macrozonas, que provenía desde 1998, que determina a qué distancia de su lugar de trabajo los funcionarios públicos tienen derecho a recibir viático. El cambio amplió la superficie de las macrozonas con el consiguiente efecto de una restricción de los viáticos.

Este tema no fue negociado y sorprendió a la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, Anef. "Este cambio ha generado problemas y ha imposibilitado las tareas regulares y de organismos fiscalizadores, como los servicios de educación, el Serviu, ejecución de obras", indica el presidente de esta entidad, Carlos Insunza. De hecho, comenta que en la VII Región, cuando un funcionario del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) viajaba desde Talca a Molina tenía viático y ahora no, independiente de cuán lejos de la carretera vaya.

Por eso, acudieron al ministro actual y lo incluyeron en una mesa de negociación a propósito del primer ajuste que realizó Larraín en viajes y viáticos.

Lo cierto es que el gobierno de Piñera no había sido informado del decreto en cuestión, ni siquiera cuando se realizaron las reuniones de traspaso de mando. No obstante, tampoco la autoridad de Teatinos 120 ha dispuesto una vuelta a la situación anterior. Es que, sin lugar a dudas, este legado de Eyzaguirre ayuda al ahorro de caja que este gobierno quiere ejecutar.