Del gran acierto al gran compromiso ambiental

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En el año 2019, uno de los mayores desafíos viene por cómo poder balancear el desarrollo de las personas con una sustentabilidad medioambiental y gran parte de las acciones viene por ir reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.


Al comenzar el siglo XIX, Londres era visto como el epicentro del crecimiento del mundo al ser el motor de la revolución industrial y albergar una migración campo-ciudad sin precedentes. Las personas que buscaban mejores trabajos y mejorar la calidad de vida alimentaban toda una expectativa que al mismo tiempo contrastaba con lamentable calidad de vida de una clase obrera. No fue sino hasta el "Gran Hedor" o Peste de 1858 en donde el olor a descomposición y residuos humanos no tratados unido a una alta tasa de muertes por cólera e infecciones forzó a las autoridades a encontrar una solución que finalmente llegó con la construcción de una titánica red de alcantarillado y tratamiento de aguas nunca antes vista. El efecto en la salud de las personas fue probablemente el gran acierto en materia de fomento a política pública urbano-sanitaria de los tiempos modernos, configurándose así un estándar emulado en la actualidad por prácticamente toda megápolis referente.

En el año 2019, uno de los mayores desafíos viene por cómo poder balancear el desarrollo de las personas con una sustentabilidad medioambiental y gran parte de las acciones viene por ir reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. Si bien nuestro país emite menos del 1% de los gases de efecto invernadero a nivel mundial, es un país con una alta vulnerabilidad climática. Ahora bien, al momento de lanzar una política pública que persigue mermar esta vulnerabilidad, es recomendable hacer algunas reflexiones numéricas, como que en el año 2017 los incendios forestales prácticamente duplicaron las emisiones que todo Chile emite en un año o que la totalidad de gases emanados de la quema de leña residencial es más de un 20% mayor a todas las emisiones industriales. Si realmente queremos dar un salto para mitigar los efectos del calentamiento global con una creciente tendencia de vulnerabilidad climática y sequías, la política pública más allá de gravar a las fuentes existentes, debe considerar mecanismos equivalentes de premio o incentivos a tanto la disminución de probabilidad de incendios como al mejoramiento de sistemas de calefacción residencial más eficientes que reemplace a la leña húmeda.

Si las autoridades Británicas luego de la Gran Peste no hubiesen reaccionado atacando la fuente del problema, habrían sido cómplices en profundizar un problema de carácter crónico, pero afortunadamente hoy día el desafío no es de subsistencia, sino de sustentabilidad en donde en buena hora contamos con la información a favor como para contribuir con un compromiso ambiental que sea necesario y efectivo en atacar la causa del problema.

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