Dilemas éticos en directorios

Si los movimientos sociales de octubre de 2019 tuvieron un fuerte impacto en las empresas, gremios empresariales y centros de estudio, generando un amplia reflexión y discusión sobre el rol de las empresas en el nuevo contexto político, económico y social del país, la pandemia del Covid-19 que vive el país ha venido a plantear nuevos dilemas éticos para los directorios de las empresas.


Si los movimientos sociales de octubre de 2019 tuvieron un fuerte impacto en las empresas, gremios empresariales y centros de estudio, generando un amplia reflexión y discusión sobre el rol de las empresas en el nuevo contexto político, económico y social del país, la pandemia del Covid-19 que vive el país ha venido a plantear nuevos dilemas éticos para los directorios de las empresas.

No cabe duda que las prioridades de los directorios durante los últimos años han cambiado radicalmente, privilegiando más recientemente una agenda centrada principalmente en la manera cómo la empresa -en cuanto a actor social- se hace cargo y participa proactivamente en conocer, entender y aportar a la solución de las necesidades de los chilenos. De súbito el contexto social para las empresas cambió radicalmente a partir del 18/O. Atrás quedaron transitoriamente los temas estratégicos de largo plazo, copando la agenda de trabajo de los directorios asuntos tales como el nuevo contexto político, temas de diversidad y género, relacionamiento con los stakeholders, entre otros. Fruto de la tensión e inestabilidad política y de la discusión constitucional, los ojos de los directorios estaban puestos en marzo y en el plebiscito constitucional.

Aún no se ha logrado salir de la crisis política y el país es nuevamente azotado por una crisis sanitaria, que ha obligado a las empresas -y sus directorios- a diseñar y aplicar protocolos para enfrentar esta difícil coyuntura, en especial en aspectos de seguridad y salud, continuidad operacional y financieros. Es decir, a la crisis política se le suma ahora una crisis sanitaria, que ha implicado modificar radicalmente la forma en que se realiza el trabajo diario. Para apoyar el desempeño de los trabajadores, muchas empresas ha privilegiado el teletrabajo como un esfuerzo por mantener las dotaciones. Pero junto con la crisis política y sanitaria, se ha venido incubando una severa crisis económica que golpeará fuertemente a las empresas chilenas y el empleo. Según la última encuesta del Banco Central, el 76% de las empresas afirma que reducirán su dotación.

El incierto futuro económico del país, abrirá nuevos dilemas éticos para las empresas. La necesidad de mantener un equilibrio financiero en tiempos turbulentos generará tensiones a nivel de directorios y de equipos ejecutivos. ¿Es justo reducir dotaciones para rebajar costos en medio de una recesión económica? ¿Es justa una reducción parcial de la dotación para mantener las fuentes de trabajo del resto? ¿Dónde está el límite ético entre un despido justificado y uno injustificado? ¿Es una crisis económica el mejor momento para despedir a alguien? ¿Debemos privilegiar los valores y ética de la empresa o bien los resultados financieros? Son algunas de las inquietudes que empiezan a surgir en las empresas y que los directorios deberán abordar, reflexionar y responder. Cualquiera sea la respuesta a estas interrogantes, no hay que olvidar que estamos hablando de personas y ellas son el capital más importante de una empresa.

-El autor es director de empresas

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