División en APEC por rivalidad entre China y Estados Unidos

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Las divergencias quedaron plasmadas en los discursos pronunciados el sábado por el presidente chino, Xi Jinping, y el vicepresidente estadounidense, Mike Pence.


Los dirigentes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) no lograron ponerse de acuerdo en una declaración común al término de una cumbre en Papúa Nueva Guinea dominada por la guerra verbal entre Estados Unidos y China por su influencia en la región.

"Los dirigentes decidieron que, en vez de la tradicional declaración de líderes, Papúa Nueva Guinea, presidente de la reunión, publique una declaración de la presidencia en nombre de todos los miembros", afirmó Zhang Xialong, portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino, al término de una cumbre de dos días en Port Moresby.

Pekín y Washington están inmersos en una guerra comercial potencialmente devastadora para la economía mundial, según los expertos.

Las divergencias quedaron plasmadas en los discursos pronunciados el sábado por el presidente chino, Xi Jinping, y el vicepresidente estadounidense, Mike Pence.

Este domingo, los 21 países miembros (que representan en conjunto el 60% del PIB mundial) trabajaron en vano para lograr un comunicado conjunto.

A lo largo de la jornada, fuentes diplomáticas daban por descontado que no habría una declaración común debido a la falta de consenso en torno a las políticas comerciales.

'Conversación franca'

Pese a los encendidos discursos, la cumbre comenzó sin sobresaltos y los dirigentes terminaron la jornada con la tradicional foto de familia, vestidos este año con camisas amarillas o rojas estampadas.

Xi y Pence hablaron brevemente en la cena de gala.

"Hablé dos veces con el presidente Xi durante esta conferencia. Tuvimos una conversación franca", declaró el domingo a los periodistas el vicepresidente estadounidense.

Por otro lado, Washington anunció el domingo un proyecto conjunto con Australia, Japón y Nueva Zelanda para acelerar la red de electricidad en Papúa Nueva Guinea y que el 70% de la población tenga acceso a ésta (frente al 13% actual).

Papúa Nueva Guinea es uno de los escenarios de la guerra de influencias librada por Estados Unidos y China en el Pacífico. Xi, por su parte, inauguró el viernes en Port Moresby un "Bulevar de la Independencia" financiado por Pekín.

En los últimos meses, Washington, y después Pekín, impusieron aranceles aduaneros punitivos sobre sus respectivas importaciones, pero el excedente bilateral chino no ha hecho más que seguir rompiendo récords.

El líder chino se erigió en paladín del multilateralismo al atacar directamente al "proteccionismo y al unilateralismo".

Combativo, Pence respondió que Washington no cederá sobre las cuestiones aduaneras "hasta que China cambie sus modos".

Ante la ausencia de Trump, la cumbre tiene un perfil relativamente bajo y el foco se puso en la elección como sede de Port Moresby, una ciudad con unas altas tasas de criminalidad.

Como medidas de seguridad, pero también por razones logísticas, funcionarios y periodistas se alojan en tres enormes cruceros atracados en el puerto, procedentes de Australia.

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