Dom Pérignon apuesta por experiencias de lujo sobre los 700 euros

Dom Pérignon

La marca de champán organiza una experiencia efímera de la mano del chef Quique Dacosta en Ibiza


Las experiencias efímeras son una de las grandes apuestas de Dom Pérignon. Si el pasado invierno, la estación de esquí de Baqueira acogía The Dom Pérignon Lodge, un espacio a pie de pista para disfrutar de sus mejores champanes; esta temporada, la isla ibicenca de Sa Ferradura es el escenario de Dom Pérignon Island, la nueva creación fugaz de la marca.

Los jardines paradisíacos de una de las islas más inaccesibles del mundo -se alquila por un precio de 200.000 euros la semana- son el idílico marco de una experiencia única que solo podrá disfrutarse hasta el próximo 20 de junio. Aún quedan plazas disponibles y se puede reservar en el mismo día a través de su página web. El chef de tres estrellas Michelin Quique Dacosta se desplaza desde su restaurante en Denia para preparar dos menús inspirados en los productos de la isla y exclusivos para la ocasión.

Al mediodía, los asistentes podrán deleitarse con The Lunch (700 euros por persona), una experiencia maridada con las diferentes calidades de Dom Pérignon, que comienza con entrantes como pétalos de rosa, servidos en la zona de las rocas con unas vistas espectaculares al mar Mediterráneo, u hojas secas y raíces de olivo con aceitunas arbequinas heladas. Por su parte, los platos principales, como el salmonete de roca entre el sol y la sombra, se sirven en la azotea de la casa. Para finalizar, los asistentes pueden relajarse en el Spa o en las piscinas de la finca acompañados de petit fours, como un macarron de buganvillas o caviar de chocolate.

Por el contrario, quienes opten por The Ultimate Diner Experience (800 euros) comenzaran la velada con un cóctel en la terraza para contemplar el atardecer al ritmo de un DJ. Este menú, que también se sirve en distintos espacios de la isla, incluye platos como cubalibre de foie gras, ostra Dom Pérignon macerada y arroz de anguila ahumada y cerezas con flores de romero. El postre, fresitas de Sa Ferradura con kéfir seco, y los petit fours del menú de mediodía ponen el cierre a una cena maridada con Dom Pérignon Segunda Plenitud.

Desde el inicio, una de las aspiraciones de la marca ha sido mantenerse fiel a su compromiso de ser un vino exclusivamente de añada. Esta es la idea que subyace a sus experiencias efímeras: crear espacios singulares e inéditos del mismo modo que lo son sus champanes.

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