Estudio LyD: brecha de distribución de ingresos se redujo casi 1 punto en 5 años

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El Campamento Felipe Camiroaga, en Colina. Foto: Archivo

El análisis del centro de estudio se basa en las encuestas realizadas por el INE. Este tambiénrevela que la brecha en gastos (entre 20% más rico y 20% más pobre) baja en 2,8 puntos.


La última Encuesta de Presupuesto Familiar (EPF) realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), reveló que el 60% de los hogares en Chile gastan más de lo que son sus ingresos y que el 80% de la población sufre del mismo problema.

Frente a este panorama el centro de Estudios Libertad y Desarrollo (LyD), realizó un análisis respecto a las brechas de distribución de ingresos y de gastos entre el 20% de menores ingresos (quintil I) y el 20% de mayores ingresos (quintil V).

El estudio muestra la evolución que han tenido estas brechas (ver gráficos). En el caso de los ingresos la brecha entre el primer y quinto quintil se reduce 0,9 puntos porcentuales en 5 años (2012 -2017), pero en 10 años ésta aumenta en 1,6 puntos.

De esta manera, la brecha en distribución de ingresos alcanza el 13,1% a 2017.

Respecto al gasto que realizan los hogares, la brecha entre los de mayores y menores ingresos tuvo un descenso mayor, de 2,8 puntos en 5 años, pasando de 8,5% a 5,7% (2017), representando la mayor baja de los últimos 10 años.

Al revisar las versiones previas de la EPF de los años 1997, 2007 y 2012 "se encuentra que en todas ellas ha habido mayores gastos que ingresos en los quintiles, con excepción de la medición de 2012, en que los hogares del tercer y cuarto quintil reportaron más ingresos que egresos, debido a una caída en sus gastos (ver gráficos).

Ante estos datos, el análisis de LyD señala que se observa que la brecha es menor para el caso de los gastos que de los ingresos, lo que permite concluir que las diferencias en calidad de vida son en realidad menores de lo que indican las mediciones basadas en el nivel de ingresos (que es lo que tradicionalmente se considera). En definitiva, las diferencias en el gasto refleja una desigualdad menor en el bienestar material medido como acceso a bienes y servicios.

"Más aún, al gasto faltaría agregar todavía las transferencias no monetarias que el Estado realiza a los hogares de bajos ingresos a través de prestaciones en salud y educación, las que les permiten liberar recursos propios para otros fines. De incluirse, es esperable que la brecha -o desigualdad- fuera aún menor", señala el estudio.

Para la investigadora de LyD, María Paz Arzola, estos resultados de ingresos podrían ser un indicio de cómo podrían venir los resultados de Casen 2017, en cuanto al indicador de igualdad y desigualdad de ingresos (coeficiente Gini).

"Uno podría tratar de aproximarse a lo que podría venir en la Casen 2017 (en octubre es la entrega de resultados) mirando la EPF, y la verdad es que no se ve un cambio de tendencia o que vaya a haber una sorpresa de que las mejoras sean altas o demasiado buenas", señala Arzola.

Origen de ingresos. El análisis también muestra que los ingresos de los hogares dependen en gran medida del ingreso del trabajo de sus miembros, siendo el nivel educativo un factor fundamental en la remuneración percibida.

En la última EPF -dice el estudio- se registra que un sustentador principal del hogar con sólo educación básica recibe sobre $ 1 millón menos mensualmente que otro que tiene un título profesional, y que de hecho la diferencia es mayor mientras más sofisticado sea el nivel educativo

Al mismo tiempo, sostiene el documento de LyD, el ingreso total de los hogares del quintil más pobre es casi el doble del ingreso recibido por el trabajo. "Ello da cuenta de la relevancia que tiene el apoyo del Estado para complementar los ingresos de estos hogares y en particular, el impacto de la política social focalizada en los hogares con mayores carencias", se argumenta en el texto.

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