Exministro de Economía argentino: "La única manera que salgamos de esto es que sepamos a qué atenernos"

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Para Ricardo López Murphy, ocurrido el descalabro de los mercados tras el sorpresivo resultado de las elecciones primarias en su país, se requiere urgente tener certezas sobre cuál será el programa económico de la fórmula que encabeza Alberto Fernández en dupla con Cristina Fernández. Asegura que no hay semejanzas entre la situación de Argentina y la de Chile.


Ricardo López Murphy, el respetado exministro argentino de Economía, atribuye a lo sorpresivo del arrollador triunfo de la fórmula opositora que encabeza Alberto Fernández y que acompaña la exmandataria Cristina Fernández en las primarias PASO del domingo, el profundo descalabro que siguió en los mercados financieros trasandinos, que anticipa más inflación y un impacto en una economía que por el momento no tiene luces de reanimarse, justo cuando la espiral de precios comenzaba a dar señales de moderarse.

Ahora, dice, lo importante es que el gobierno del mandatario Mauricio Macri calme las aguas y que los vencedores revelen sus prioridades económicas de cara a las elecciones presidenciales de octubre. "Lo que existe hasta ahora es un vacío informativo enorme y muy peligroso, porque hay una idea de que nadie sabe a qué atenerse y eso es lo que está detrás del pánico", señala López Murphy. Según sus números, el PIB de Argentina caerá un 1,5% en 2019, con una inflación cercana al 50%.

Cuando aún no era el candidato, Alberto Fernández aseguró a algunos empresarios en Chile que la expresidenta Cristina Fernández había aprendido lecciones sobre cómo tratar a los inversionistas de cara a un posible retorno a la Casa Rosada. ¿Usted cree que eso es así?

- El tema ahí es que se acabó el tiempo de la retórica. Ahora hay que explicar en detalle cómo lo van a enfrentar. No son temas tan difíciles, pero hay que ser muy precisos sobre cuál va a ser el sendero hacia adelante en materia fiscal, monetaria y regulatoria. Ahora, si tanto el candidato que fue exitoso en las primarias o sus equipos técnicos explican con cuidado lo que van a hacer, me parece que eso generaría por lo menos un nivel de certezas del que hoy carecemos.

¿Qué ocurrirá con la economía ahora, tras el descalabro de los mercados y el desplome del peso?

-Va a tener un impacto recesivo, porque se puso una dosis de incertidumbre y riesgo extraordinaria. O sea, el programa que viene necesariamente debe ser de mayor ajuste y de mayor receso que el que estaba vigente, porque la única manera de atenuar eso sería dando confianza, aunque hasta ahora no ha habido ningún mensaje en esa línea.

¿El gobierno de Macri debiera ser más proactivo en sus mensajes hacia la población?

-Sí, claro. Lo que se necesita es clarificar el horizonte. Del lado del gobierno creo que sería bastante sencillo hacerlo en los próximos tres o cuatro meses que tiene por delante. En cuanto al candidato opositor, bueno, hay ahí muchas preguntas sobre lo que va a hacer hacia el futuro y parte del voto ha dependido de especulaciones y promesas. Si él clarifica, los votos se le caen, por eso entonces también es comprensible que no quiera hablar. Pero lo que hoy se necesita es que él hable.

¿Cómo ve a Argentina después de las elecciones presidenciales de octubre?

-Con mucha incertidumbre, lo cual siempre es muy negativo para la economía. La economía lo que busca son certezas. Argentina no tiene mucho espacio para hacer otra cosa que no sea crecer en exportaciones. Hace 15 años que no crecen las exportaciones y tiene que haber un esfuerzo ahí, en inversión y en creación de empleo privado. No ha sido esa la narrativa del discurso de los candidatos. Ahora, no veo escapatoria, no hay recursos para otro camino, pero en la campaña se ha hablado de otras cosas. Hay que corregir y eso va a ser traumático.

¿El principal error de Macri fue no haber cumplido con las altas expectativas?

-Creo que no enfrentó al comienzo de su mandato los problemas que tenía y al no enfrentar y financiarse, con un enorme endeudamiento, creó una fragilidad extraordinaria que le estalló cuando se le acabó el crédito y lo obligó a hacer el ajuste en el año de las elecciones. Siempre usted hace el ajuste al principio y llega a las elecciones holgado y acá se hizo todo al revés.

¿Preocupa una estampida de los inversionistas previo a las elecciones?

-No, porque yo creo que ya salieron, ya se produjo en los mercados. Piense usted que Chile tiene un riesgo país de 100 y nosotros tenemos uno de 2.000. Ya está, eso ya ocurrió. Ya colapsaron los precios. El costo para nuestras empresas, para el Estado y para la gente ya se incurrió. Ahora, la posibilidad es revertirlo, pero lo primero para revertirlo es saber, bueno, qué va a hacer usted en los próximos cuatro años. Si usted dice lo que va a hacer en los próximos cuatro años, los votos que obtuvo se van, porque los votos se obtuvieron bajo ciertas fantasías. Ahí viene el problema.

¿Usted le ha dado consejo a alguno de los candidatos?

-Yo los conozco, aunque no he estado trabajando en los equipos de ellos. El tema allí es que las expectativas de la sociedad argentina están amarradas sobre niveles de vida y de precios internacionales de nuestros productos que no existen. O sea, la gente sueña con una soja que se cotizaba a US$ 700 por tonelada y tenemos una soja en US$ 300, entonces el nivel de vida que es factible con una soja a US$ 700 no es factible con una a US$ 300 y como en el gobierno anterior la soja estuvo a US$ 700, la gente cree que si vuelven también va a volver el precio de US$ 700. Y es claro que la soja no va a volver a ese precio, independientemente de quién gobierne.

Es parecido a lo que ha pasado en Chile, donde el gobierno se ha enfrentado a un precio del cobre más bajo que el que tuvo en el primer mandato...

-Por eso. Esa corrección de las condiciones internacionales afecta mucho y el problema es que cuando usted está en una campaña electoral lo puede ignorar, pero no lo puede ignorar cuando se gobierna. Por eso está derrumbado el mercado de capitales, las acciones. Piense usted que las compañías, la gente, han perdido un 50% o 60% del valor de su capital.

¿A quién escucha más Alberto Fernández en cuanto a lo económico?

-No lo sé, y sería una gran ayuda que él estableciera con claridad quiénes son sus voceros y los integrantes de su equipo.

¿Aún no parece haber alguien que se esté vislumbrando como posible ministro de Economía si se impone en los comicios de octubre?

-En realidad no ha habido una discusión sobre esos temas. Yo creía, como mucha gente, que en unas primarias digamos no tan disparejas como ocurrieron, eso iba a ser el núcleo de la discusión entre este momento y el 27 de octubre. Eso es lo que esperábamos.

¿Y no tiene que ver con el papel más discreto de los ministros de Economía de la era Kirchner, donde primaba el liderazgo presidencial?

-Ahora empezaron las preguntas, pero no ha habido respuestas. Vamos a ver. En los próximos días habrá que hacer preguntas y precisiones más grandes. Es como si usted entrara en una zona de total oscuridad. Esa incerteza genera una pérdida de valor, de actividad y de nivel de vida y de empleos enorme.

¿Qué le diría a los empresarios e inversionistas chilenos con negocios en Argentina?

-Como todos, hemos estado tremendamente sorprendidos por la falla de las encuestas, de los focus group y de los estudios sociológicos. Estamos con una inmensa incertidumbre. La única manera que salgamos de esto es que se corrija y sepamos a qué atenernos. Es cierto que eso está trabado porque la campaña electoral hace que si usted ha ganado en base a que nadie sabe qué es lo que va a hacer, después viene el problema que los mercados le piden que clarifique. Hubo de todo un poco, pero ahora, ocurrido eso, está el punto de qué es lo que van a hacer y yo diría que la incerteza y la falta de clarificación producen un enorme vacío que hay que resolver lo más pronto posible.

Dada la cercanía de amistad, historia empresarial y también política de los presidentes Macri y Sebastián Piñera, ¿qué lecciones cree que debiera sacar el gobierno de Chile de lo que está ocurriendo en Argentina?

-Creo que Chile tiene una institucionalidad que no tenemos nosotros. Cuenta con un Banco Central autónomo y una moneda estable. Es un país organizado, que ha crecido, que ha logrado mucha credibilidad. A mí me parece que no tienen nada que ver los temas de Chile con Argentina. Chile tiene un sistema político relativamente previsible y tiene una institucionalidad monetaria, fiscal y organizativa muy fuerte. Nosotros carecemos de ello y esa es la razón del grueso de los problemas que tenemos.

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