Exsubsecretario de Economía de Macri: "Hubo un optimismo inicial que no transmitió las dificultades de lo que había que hacer"

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-Aunque señala que la causa de los males de Argentina es la herencia kirchnerista, ve margen de esperanza con Alberto Fernández. -En ese marco plantea que, de ser presidente, Cambiemos lo tiene que apoyar si sigue el camino, a su juicio correcto, del actual gobierno.


LE SOLICITARON estar en el gobierno por un año y desde Estados Unidos accedió. Aclara en entrevista con PULSO el ex secretario de Política Económica de Mauricio Macri, Sebastián Galiani, en un afán por afirmar que no salió por discrepancias con la Casa Rosada, declarándose un militante de Cambiemos.

De todos modos, destaca que sus opiniones son personales y no representan las del gobierno, por ello se da margen para las críticas, apuntando particularmente al optimismo con el que partió la administración, a sabiendas de que corregir la situación del país sería difícil y tomaría tiempo.

Aun así, para él, lo más importante es el legado de una economía ordenada y de un respeto por las instituciones que deja el actual mandatario.

¿A qué atribuye los problemas actuales de la economía argentina?

-Lo principal es la herencia que recibió. El gobierno anterior tuvo el boom de los commodities y aumentó muchísimo el gasto público, pero cuando cayeron los precios en lugar de dejar que la moneda se devaluara puso un cepo.

Con eso aumentó la brecha entre el dólar paralelo y el oficial, llevando al Banco Central en esos años a perder US$50.000 millones en reservas. Además, están las tarifas de servicios públicos que no fueron ajustadas durante los tres períodos del kirchnerismo. Se les cobraba a las familias lo que no cubría a veces ni el 10% del costo, mientras que los subsidios se daban a las empresas sin un proceso regulatorio adecuado.

Habían distorsiones que el gobierno estaba corrigiendo por un buen camino, pero era muy difícil resolverlo todo en 4 años. En ese proceso, es innegable que la población ve malos resultados, porque la inflación es más alta y la economía hace dos años que está en recesión.

¿Ante esos resultados atribuye alguna responsabilidad al gobierno de Macri?

-El gobierno fue muy optimista de entrada, primero al decir que era fácil bajar la inflación en un país que arrastra hace mucho tiempo una alta inflación. No iba a ser fácil, más aun considerando un contexto en el que había que corregir el tipo de cambio y las tarifas. En general, hubo un optimismo inicial que no logró transmitir las dificultades de todo lo que había que hacer.

Pero hay un mensaje que tiene que quedar claro. Pese a los resultados de inflación y crecimiento, los fundamentos de la economía mejoraron muchísimo. El déficit fiscal ha bajado bastante, las tarifas distorsionadas se han corregido en buena medida, el tipo de cambio hoy es muy competitivo y el Banco Central que venía emitiendo 5 puntos del producto para financiar al Tesoro ya no lo hace. Estamos ya con las condiciones para volver a bajar la inflación y volver a crecer.

En esta transición se tomó deuda, como la única forma de bajar el financiamiento del Banco Central, sino se tendría que haber seguido con el financiamiento del kirchnerismo, que llevaría a una inflación incluso mayor a la de hoy.

Esta deuda si el presidente Macri es reelecto y se sigue con el Fondo es totalmente sostenible. Por supuesto, si es electo presidente Alberto Fernández y también continúa con el programa con el Fondo, también va a ser sostenible, pero no ha dado señales de que esa va a ser su política.

¿Faltó una política dirigida a los votantes para aumentar la opción de reelección del gobierno?

-Para un gobierno que hereda una situación en la que tiene que bajar el gasto público todos los años, en la que tiene que dar malas noticias, porque tiene que subir las tarifas de lo que la gente paga en servicios públicos y que además recibe un shock y la inflación se le acelera, esa tarea no era fácil. El gobierno tenía muchas restricciones para seducir a los votantes.

Pero hay que destacar que hubo muchísimas cosas bien hechas en este gobierno. Mejoró sus relaciones internacionales, se fue enormemente respetuoso de la división de poderes, ha nombrado dos jueces en la corte calificados, ha gobernado con minoría en las dos cámaras.

¿Qué le parece la instalación de controles de capital que el gobierno criticó en otros momentos?

-Para poder responder esa pregunta se tiene que estar dentro del gobierno. Es muy difícil desde afuera ver qué cosas se han negociado con el FMI y con la oposición para poder llevar tranquilidad.

El gobierno por un lado está en una campaña, que legítimamente aspira a ganar, y por otro lado tiene la responsabilidad de estabilizar la situación.

¿Cuáles son sus perspectivas si se concreta el triunfo de Alberto Fernández en las presidenciales?

-El candidato da señales muy contradictorias, por lo que hoy hay mucha incertidumbre. Como militante de Cambiemos espero que la coalición se mantenga unida y si un presidente Fernández busca políticas en las que creemos hay que apoyarlo, sin hacer oposición por oposición, como se ha hecho siempre en Argentina.

Si no nos toca gobernar tenemos que hacer una oposición constructiva. Tenemos que seguir trabajando para ese cambio que sabíamos que tomaría tiempo. No hay que bajar los brazos.

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