Gerente general AFP Cuprum, Martín Mujica y la reforma de pensiones: "Se acabó el tiempo de los discursos, llegó el momento de actuar"

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-La administradora de fondos de pensiones del Grupo Principal se ha estado preparando para la reforma contactando a sus clientes y pidiendo audiencia con el presidente de la Comisión para el Mercado Financiero para modificar el sistema de Ahorro Previsional Voluntario Colectivo (APVC).


En la administradora de fondos de pensiones (AFP) chilena del conglomerado estadounidense Principal Financial Group, Cuprum, están preparados para los cambios que se avecinan en el sistema de pensiones, que vendrán al alero de una propuesta de reforma legal inminente y, al mismo tiempo, postergada en los últimos años.

Recientemente, el gerente general de Cuprum, Martín Mujica, les dijo a sus afiliados vía carta que "el anunciado y necesario aumento de la tasa de cotización con cargo del empleador debe ir directamente a su cuenta individual".

Mujica inició sus funciones como gerente general de Cuprum en marzo y anteriormente se desempeñó como responsable de operaciones de Principal Chile, el holding de la AFP en Chile y que también tiene una compañía de seguros. Justamente, Principal podría administrar el futuro aumento de cotización previsional (vía productos de Ahorro Previsional Voluntario Colectivo, APVC) que prevé implementar el gobierno con cargo a los empleadores.

Principal ha intensificado el lobby con el gobierno en el último mes, específicamente con el presidente de la Comisión para el Mercado Financiero, Joaquín Cortez, quien recibió en su despacho el 20 de agosto a algunos de los líderes de la compañía: Pedro Atria (presidente de Cuprum), María Alicia Montes (gerenta de estudios de la AFP) y Daniela Zecchetto (gerenta de asuntos corporativos y servicio al cliente de Principal), quienes le hicieron llegar una propuesta de APVC.

Doce días antes de esta reunión, Cortez ya había recibido en sus oficinas a Pedro Atria, quien estuvo acompañado de Roberto Walker, presidente de la compañía de seguros de vida del grupo y de Luis Valdés, el CEO de Principal International. Diecinueve días antes, el ya habitual Pedro Atria había visitado a Cortez junto a pesos pesados del grupo Principal a nivel mundial: Karen Shaff, la vicepresidenta ejecutiva y secretaria del consejo general, y Julia Lawler, vicepresidenta senior y responsable de inversiones.

En entrevista con Pulso Domingo, el gerente general de la AFP de Principal profundiza su postura frente a la reforma.

En su carta a los cotizantes indica que el alza de cotizaciones con cargo al empleador tiene que ir a las cuentas individuales. ¿Por qué no se podría administrar al menos una parte de ese aumento de forma solidaria?

- Porque la solidaridad se hace con los impuestos generales y no con el ahorro de las personas. Pese a que no siempre sea popular, diremos la verdad de las cosas, aunque no sea lo que los ciudadanos quieren escuchar. Los chilenos ahorramos poco y el 10% de cotización obligatoria es insuficiente, y lo será más todavía en el futuro. Chile tiene una expectativa de vida equivalente a la de los países desarrollados, pero, a diferencia de ellos, en promedio ahorramos solo la mitad.

En la carta también habla del costo cero de la administración de la cotización adicional. ¿Por qué no podría tener un costo extra, que sea bajo, pero que sirva para que una entidad distinta a una AFP lo pueda administrar?

- Esta reforma debería tener un principal y quizás único objetivo: aumentar las pensiones. Si de verdad nos tomamos en serio ese propósito, ¿por qué habríamos de introducir gastos adicionales para las personas, los que repercutirán en el monto final de su pensión? Cualquiera que sea la decisión que se adopte, creemos que no se debe descontar un peso de esa cotización adicional, la que, además, debe ir íntegramente a la cuenta individual de los trabajadores.

¿Le parecen suficientes los cuatro o cinco puntos de aumento de aporte en las cotizaciones previsionales que se comenta que tendrá la reforma a las pensiones?

- Es un paso necesario, pero no suficiente. Así como hace dos décadas no fuimos capaces de prever los impactos que tendrían los cambios demográficos y del mercado laboral, esta vez sí debemos anticiparnos a los que ocurrirán en los próximos 20 años. En los hechos, eso significa comenzar a pensar en tasas de ahorro para hombres y mujeres, de 18% y 23%, respectivamente, las que, además, deben corregirse según como vayan variando las expectativas de vida de la población. De igual manera, es imprescindible mejorar la regulación actual del APV (Ahorro Previsional Voluntario) Colectivo, para dar más incentivos al ahorro voluntario y las personas puedan complementar lo que les falta.

¿Le molestaría la propuesta de una entidad administradora o recaudadora independiente, distinta a las AFP?

- Para nada. Pese a que esta es una industria muy dinámica, estamos a favor de la máxima competencia. Por lo mismo, bienvenidos todos los actores posibles, siempre y cuando nos sometamos todos a las mismas reglas y condiciones.

¿Ha faltado voluntad política para solucionar las bajas pensiones?

- Más que un problema de voluntad política, me parece que no todos los actores han puesto siempre la mejora de las pensiones en el centro del debate. Nos hemos pasado demasiado tiempo haciendo y revisando diagnósticos que están meridianamente claros y consensuados hace más de una década. Se acabó el tiempo de las palabras y los discursos; llegó el momento de actuar.

¿Le parece necesario que se suba la edad de jubilación de hombres y mujeres en esta reforma? ¿Debiese ser con gradualidad?

- Se trata de una decisión que tarde o temprano habrá que adoptar. (…) Partamos con incentivos voluntarios para atrasar la jubilación, sigamos después con la necesaria gradualidad que se requiere, pero sobre todo, no creamos que ahí termina nuestra responsabilidad. Pese al notorio impacto de postergar la jubilación -un aumento en la pensión de 7% y 8% por año- hay mucho que hacer en torno al trabajo, la salud o uso y goce del tiempo libre de quienes jubilan.

¿Cómo se les podrá compensar a corto plazo a las generaciones más jóvenes que tengan que aportar más solidaridad en el sistema de pensiones que se prevé reformar?

- Queremos un pilar solidario más fuerte y robusto, financiado con los impuestos que pagan las personas, donde jóvenes, y los que ya no lo somos tanto, aportamos en proporción a nuestros ingresos; los que ganan más contribuyen a quienes lo hacen menos.

¿Le parece que se suban los impuestos generales para financiar las mejoras en pensiones?

- Es una de las tantas alternativas que hay sobre la mesa. Me parece que lo primero es preguntarse cuán eficiente estamos siendo en el uso de los recursos públicos. Los últimos años hemos sido testigos de innumerables casos que muestran la urgente necesidad de mejorar en esta materia. A continuación, creo también debe evaluarse la distribución que se está haciendo de los recursos actualmente existentes, ya que el Estado de Chile, respecto de su PIB, destina un porcentaje bajo a pensiones, especialmente si lo comparamos con los países de la Ocde. Y si aun así no fuera posible incrementar recursos a mejorar las pensiones, subir los impuestos es también una alternativa.

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