Hacienda baja proyección de crecimiento a 3,5% para 2019 y prevé mayor déficit efectivo

En línea con las señales que ha dado en las últimas semanas, el Ministerio de Hacienda bajó su estimación de crecimiento para 2019 desde el 3,8% (previsto en octubre del año pasado) hasta un 3,5%, el punto medio del rango estimado por el Banco Central en su Informe de Política Monetaria de marzo.

En el nuevo Informe de Finanzas Públicas entregado a la comisión de Hacienda del Senado -desde ahora de carácter trimestral- por el jefe de las finanzas públicas Felipe Larraín y el director de Presupuestos (Dipres) Rodrigo Cerda, se señala que el ajuste a la baja obedece a "los efectos del deterioro del escenario internacional y de un inicio de año menos dinámico, especialmente debido a las dificultades enfrentadas por el sector minero".

Con todo, para el mediano plazo se prevé que el crecimiento del PIB entre 2020-2023 promedie 3,6%, manteniendo el escenario de cifras del año pasado.

Asimismo, se bajó la estimación para la demanda interna desde un 4,6% hasta un 4,2%, ajuste de la proyección hace eco de la debilidad del mercado laboral, se mantiene la previsión de precio del cobre en US$3 la libra y se ajusta en forma importante la estimación de inflación desde un 3% con la que se elaboró la Ley de Presupuestos 2019, a un 2,2%. El dólar en tanto, se ajuste levemente al alza desde $650 a $656.

Respecto del escenario fiscal, los ingresos efectivos del Gobierno Central crecerán 3,2% real, 0,4 puntos porcentuales por debajo de lo previsto en el erario aprobado el año pasado, consecuencia del ajuste a la baja de los ingresos tributarios no mineros (por menor crecimiento) y los componentes mineros (tributación minera e ingresos por cobre bruto de Codelco, por menor producción), "que presentarían traspasos al Fisco algo menores a los proyectados".

Desde la perspectiva del gasto, éste crecerá 4% frente a lo ejecutado en 2018 -superior al 3,2% de la proyección previa- lo que obedece fundamentalmente al ajuste a la baja de la inflación.

Así, se prevé para 2019 un mayor déficit efectivo de -1,8% del PIB, superior a la estimación previa de -1,7% del PIB, en tanto que se mantiene la meta de déficit estructural en -1,6%, superior al del año pasado (de -1,5%) que estuvo favorecido por los ingresos de la operación Tianqui que aportó al Fisco sobre los US$1.000 millones de recursos no contemplados.

Para 2019 se prevé un aumento desde 25,6% que fue el cierre del año pasado, hasta 26,8%, mientras que, en el escenario de largo plazo, se prevé una estabilización a niveles de 26,6% en 2023, dos años después de finalizada la administración Piñera, que proyecta terminar con una deuda bruta de 27,4%.

En el documento también se proyectan los gastos comprometidos de mediano y largo plazo y las holguras fiscales. En ese contexto, se incorporan los informes financieros de los proyectos presentados desde octubre a marzo de este año, entre ellos, la reforma previsional, y holguras por US$6.400 millones entre 2020 y 2023.