¿Inversión de la curva o en ella?

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Los mayores niveles de spread en renta fija corporativa tras las caídas recientes en los mercados generan oportunidades en emergentes.


Los mercados han estado marcados este 2018 por la incertidumbre respecto a la guerra comercial, lo que ha generado aumentos en los niveles de aversión al riesgo, finalmente provocando caídas en todas las clases de activos de riesgo. Pero este fin de año no solo nos trajo noticias poco convincentes sobre el cese de la guerra comercial desde la cumbre del G20, sino que se sumó la reciente "inversión de la curva" de los bonos del tesoro de EE.UU., lo que en las últimas cinco décadas ha sido señal casi inequívoca de recesión.

La señal de inversión de la curva ha sido más específicamente el tramo entre 2 y 5 años, donde la pendiente alcanzó un nivel marginalmente negativo. Los mercados han reaccionado negativamente estos días al combinarse lo anterior con los temores de un recrudecimiento en la relación entre China y EE.UU. Respecto a la señal que supuestamente está entregando la inversión de la curva, surge la duda sobre si estamos realmente en un momento o contexto previo a una recesión, sobre todo al contrastar dicho hipotético escenario con los niveles de crecimiento actual en EE.UU., las bajas presiones inflacionarias y las tasas reales todavía bajas en un contexto histórico en esta economía. Los agentes en el mercado y los bancos de inversión, en general, esperan niveles de crecimiento en torno al potencial para EE.UU. en 2019, aunque se reconoce cierta moderación hacia el segundo semestre.

¿Qué explica entonces la inversión en un segmento de la curva de treasuries y qué oportunidades surgen de cara al 2019? Sobre la explicación más técnica de dicho movimiento, es importante tomar en cuenta la caída paulatina en estos últimos años de los premios por plazo en para los bonos del Tesoro en EE.UU., tanto por motivos regulatorios que han obligado a los bancos a tomar posiciones de mayor plazo como, además, producto de los niveles absolutos bajos de las tasas en el mundo y la necesidad de institucionales a nivel global de posicionarse en instrumentos de mayor duración. Con todo, si se anticipa un 2019 con crecimiento económico todavía robusto para EE.UU., lo que por un lado permite a la Fed continuar subiendo la tasa corta, pero al mismo tiempo augura cierto soporte para la economía global, los mayores niveles de spread en renta fija corporativa luego de las caídas recientes en los mercados generan oportunidades en emergentes, particularmente aquellos de bajo riesgo.

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