Jorge Desormeaux: "Es posible que  la economía requiera de un segundo estímulo monetario"

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Jorge Desormeaux, presidente Consejo Fiscal Asesor.

El economista considera correcta la acción que ejecutó el viernes el BC, pero le sorprendió el momento en que lo hizo. Afirma que el deterioro del escenario externo es significativo.


Sorprendido estaba el viernes el exvicepresidente del Banco Central, Jorge Desormeaux, luego de conocer la decisión que adoptó el Banco Central de recortar la tasa de interés en 50 puntos base para situarla en 2,5%. Si bien afirma que la dosis de estímulo aplicada por el Central era la adecuada, el momento en que se hizo no estaba en su escenario, y por cierto, de otro economista o agente de mercado.

¿Qué le pareció la decisión del Banco Central?

-Tenía la expectativa de que el BC bajara la tasa de interés en una magnitud como la que se determinó, pero no lo esperaba para esta oportunidad ni esperaba un recorte de 50 puntos base en una reunión. Esto, por una vieja costumbre de los bancos centrales de explicar por qué se hacen los cambios, para luego actuar moviendo la tasa en alguna dirección. Y ajustes de 50 puntos base se reservan normalmente para circunstancias extraordinarias. Ahora, respecto al movimiento propiamente tal, lo considero correcto. La justificación que da el Banco Central es interesante. El comunicado dice que revisaron los parámetros estructurales y que el crecimiento del PIB potencial está 25 puntos por arriba de lo estimado en septiembre del año pasado, mientras que el del PIB efectivo ha estado por debajo de lo estimado. Todo esto se une a que también se reestimó la tasa de interés neutral, la que ahora se ubica 25 puntos más abajo, es decir, entre 3,75% y 4,25%.

¿Esto hizo que bajara la tasa de interés?

-Esto llevó a que el BC recalibrara el impulso monetario y concluyera que era necesario recortar en 50 puntos base la tasa para tener el impulso monetario requerido para la convergencia inflacionaria. El comunicado destaca el deterioro del entorno externo y la mayor debilidad de la economía chilena, pero su decisión la plantean como el resultado de un proceso de recalibración de parámetros estructurales.

¿El principal problema del BC fue que calibró mal la brecha de capacidad, principalmente por información incompleta del mercado laboral?

-Indudablemente, el mayor crecimiento potencial y la debilidad de la economía chilena han dado lugar a una brecha de capacidad abierta, lo que no estaba en los cálculos del Banco Central hasta hace poco tiempo atrás. Ello se une a un menor impulso monetario, por la corrección de la tasa neutral. Por ello, la economía requiere ahora de un mayor estímulo monetario. Parte del problema es que nuestras estadísticas subestiman la fuerza laboral, al no considerar la migración reciente. La gran lección de este episodio es que no se debió dar tanta importancia a la brecha de capacidad en la conducción de la política monetaria, cuando existían problemas importantes de medición.

¿Cuánto influyó la mayor desaceleración de la economía en la decisión del Central?

-No hay duda que el recorte de la tasa también tiene que ver con la desaceleración de la economía. El deterioro del escenario externo es significativo, y posiblemente no lo hemos percibido en toda su dimensión todavía. Cuando lleguen los datos del segundo trimestre vamos a encontrarnos con la sorpresa de que la economía americana ha perdido parte de su dinamismo, que la economía china tendrá dificultades para crecer al 6%, y eso podría tener un impacto significativo sobre los flujos comerciales, los precios de los commodities. Por ello, es posible que la economía chilena requiera de un segundo estímulo monetario. Sin embargo, por el momento este es un escenario de riesgo.

En su escenario base, ¿usted prevé una nueva baja de la tasa de interés?

-Tengo bastante preocupación por el escenario externo. Por lo tanto, existe el riesgo de que la brecha de capacidad se cierre más lento de lo previsto y, como resultado, de ello la economía chilena podría requerir de un estímulo adicional, pero eso lo tenemos que ir viendo en el camino.

Varios economistas, incluido usted, dijeron que el BC se estaba apresurando en subir tasas precisamente por este factor de la medición de la brecha de capacidad.

En ese escenario veíamos que la inflación estaba muy débil, especialmente la subyacente, y creíamos que ese indicador sugería que la brecha de capacidad estaba abierta, a lo que se agregaba la evidencia de una importante migración. Por lo tanto, no había una buena razón para la premura en la normalización de la política monetaria.

El BC además ajustó su proyección de crecimiento a entre 2,75% y 3,5%, ¿comparte esa visión?

-El escenario base es que la economía crezca 3,1% este año, pero para eso debe haber una aceleración importante de la economía a partir del segundo trimestre. En la medida que el escenario externo se deteriore adicionalmente, es posible que esta aceleración de la actividad interna no se materialice.

¿Ve que el crecimiento estará más cerca del piso del BC?

-No tengo grandes discrepancias con el escenario base del BC, pero para mí ese escenario tiene un sesgo a la baja. Hay una probabilidad no menor de que terminemos alejados del centro de este rango, considerando el escalamiento reciente de la guerra comercial y las sanciones a empresas tecnológicas. Aparentemente los aranceles a las exportaciones de México han sido suspendidos, pero siguen pendientes a los aranceles a las exportaciones de autos de la Unión Europea.

¿Cuánto ayudará a apuntalar el crecimiento esta reducción de tasa?

-Medidas como esta tienen efectos de mediano plazo. Se estima que una baja de 50 puntos base impacta en el PIB después de dos años en 0,5 puntos porcentuales. El efecto en los próximos seis meses será muy pequeño.

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