La verdadera pandemia a erradicar detrás de la crisis

La Moneda, ícono del Gran Santiago, que entrará en cuarentea total a partir de este viernes.
La Moneda, ícono del Gran Santiago, que entrará en cuarentea total a partir de este viernes.

Nuestro país ha diferenciado por tener instituciones que le permiten enfrentar y salir delante de esta pandemia, donde la única manera de poder avanzar está en apoyar y mejorar nuestra institucionalidad cambiando el discurso de demonización y bloqueo por el de la cooperación.


En toda su historia moderna, el mundo no ha conocido de un período más negro a nivel económico y político como lo ha sido la crisis de los años 30. Fue durante esos años que el mundo sufrió la mayor caída del producto documentada, se gestó el origen de una guerra mundial sin precedentes y en el caso de Chile, la destrucción de la economía encadenó una crisis política que significó la caída del gobierno de Ibáñez y posterior anarquía ante la cual bien se merece una reflexión. En los momentos más difíciles de la crisis, todos los sistemas en Europa, América y Asia estuvieron en jaque, pero mientras en Latinoamérica algunos países enarbolaron las banderas del populismo como forma de entrar en sintonía con la ciudadanía como lo fue el legado de Cárdenas en México, Vargas en Brasil o el surgimiento de Perón en Argentina, hubo otros que ante el mismo dilema lograron desarrollar instituciones económicas y políticas inclusivas que configuran la gran mayoría de las naciones desarrolladas del mundo de hoy.

Si bien los analistas y expertos hoy día debaten si la recesión o depresión que estamos navegando va a seguir una “V; “U”, “W” o “L”, no podemos dejar de plantear que estamos viviendo una de las crisis más profundas, donde la evolución futura va a depender de cómo nosotros cooperamos y solidarizamos para enfrentar un desafío en común. En pocas palabras, el legado de esta crisis no está en la caída o duración que para muchos va a ser profunda y dolorosa, sino en cuál va a ser la manera que defina la gobernabilidad en Chile por los próximos años. En ese sentido, nuestro país ha diferenciado por tener instituciones que le permiten enfrentar y salir delante de esta pandemia, donde la única manera de poder avanzar está en apoyar y mejorar nuestra institucionalidad cambiando el discurso de demonización y bloqueo por el de la cooperación y en ese espíritu replantear las mejores preguntas de fondo que requieren de reformas voluntarias, normativas, legales o constitucionales que nuestro país merece.

Hace 90 años muchos países cuestionaron su razón de ser y en vez de abrazar el canto de sirena del populismo para caer en decepcionantes espirales de violencia y pobreza, algunos decidieron solucionar el problema potenciando una institucionalidad con inclusión política y económica que en este momento es el mejor seguro para poder encarar adecuadamente esta crisis.

-El autor es Consejero Sofofa

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