Las fracturas económicas que develaron las elecciones en EEUU

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Los distritos más ricos del país quedaron en manos del Partido Demócrata, mientras que entre los más pobres predomina el Partido Republicano. En base a estas diferencias, se anticipa un complejo panorama legislativo, con una oposición más partidaria de una economía orientada a lo digital, que no comparten los representantes del oficialismo.


Las divisiones en la sociedad estadounidense son múltiples, pero algunas pasan más inadvertidas que otras. Con la figura de su presidente, Donald Trump, en el centro de las polémicas, suelen advertirse las confrontaciones en temas como inmigración, género, derechos de la diversidad sexual y conflicto racial.

Pero cuando se mira en detalle los resultados de la última elección legislativa, sale a la luz otra gran fractura: la socioeconómica, que da como resultado a ricos votando por demócratas y pobres inclinándose por los candidatos republicanos.

Concentrándose específicamente en los comicios de la Cámara de Representantes, Mark Muro y Jacob Whiton, investigadores de Brookings, alertan de "una masiva división económica", que se alinea con las diferencias culturales y se encuentran "vivas y en buen estado".

En un trabajo que desarrollaron junto al periodista de CNBC, John Harwood, analizaron los 228 distritos que consiguieron la oposición y los 200 del oficialismo (para el viernes aún faltaban por dilucidar siete escaños). El resultado les pareció "sorprendente".

Aunque la diferencia de 28 asientos de un total de 428, no es muy relevante, los distritos en poder de los demócratas anotan un PIB de US$10,2 billones (millón de millones), lo que representa el 60,9% del Producto Interno Bruto de Estados Unidos.

Por otra parte, las localidades que quedaron en las manos de los republicanos totalizan un PIB de US$6,2 billones, equivalentes al 37,6% de la primera economía mundial.

Estas diferencias también saltan a la luz cuando observan los 20 distritos más ricos del país. En ese grupo figuran, entre otros, cinco de California, cuatro de Nueva York y dos de Texas, Washington y Massachusetts, todos ellos teñidos de un uniforme azul, el color con el que se identificar al Partido Demócrata. Al otro extremo predomina el rojo republicano.

Entre los 20 distritos más pobres del país, solo uno de Carolina del Sur, otro de Arizona y Nueva York y dos de Texas respaldaron a los candidatos de la oposición.

El panorama no cambia cuando se analiza la diferencia en el PIB real por trabajador, que da como resultado US$130.527 para los que votaron por los representantes demócratas, mientras que los que se inclinaron por los compañeros de fila de Donald Trump anotan US$106.832. Así, aunque la oposición alega que las políticas de Donald Trump favorecen a los ricos, lo cierto es que a la hora de votar, los de más ingresos se inclinan por su partido.

Más diferencias

"El resultado de estos perfiles contrastantes de la Cámara es inconfundible", señalan los expertos de Brookings, quienes dan crédito al análisis de New York Times, donde aseguran que la división entre el "Estados Unidos de alto rendimiento y el de bajo rendimiento sigue siendo un hecho revelador y desconcertante de la vida económica y política moderna" del país.

En efecto, las otras cifras que develó el estudio, publicado a fines de la semana pasada, son las diferencias entre los tipos de trabajo a los que acceden los partidarios de lado y lado.

Un 6,4% de los habitantes de distritos republicanos trabajan en manufactura no avanzada, es decir, empleos en la industria de textil, de comida o papelera, casi el doble del 3,8% de los que quedaron en poder de los demócratas. Por el contrario, las localidades opositoras que trabajan en servicios digitales llegan a 2,5%, superando el 1,1% que registran los de su contra parte.

La fotografía antes descrita guarda relación con los niveles de estudio de cada sector, donde destaca el 35,2% de los distritos demócratas que cuentan con estudio universitarios o grados superiores, versus el 28% de los republicanos.

Dificultades para legislar

De esta manera, la economía que defenderá la oposición en el Congreso, ahora en posición de mayoría "está más orientada a los servicios digitales de aprendizaje en el futuro y, por lo tanto, depende de soluciones a problemas importantes como la financiación de la I + D, la revalorización de los trabajadores para una era digital, la inmigración, la atención médica, la desigualdad de ingresos y la cooperación internacional", aseguran Muro y Whiton a quienes este enfoque no les parece inadecuado.

Así, advierten que existe una paradoja en el Capitolio. "A pesar de que el crecimiento económico se está concentrando en prósperas comunidades urbanas y suburbanas, los republicanos arraigados en lugares no urbanos alejados de los ecosistemas que se inclinan hacia el futuro continúan ejerciendo un poder desproporcionado en Washington".

Harwood también destaca el complejo panorama legislativo que se avecina, considerando el equilibrio de poder entre los correligionarios de Trump y sus opositores.

"Entre los partidos, la divergencia económica enfrenta a los demócratas que promueven inversiones en investigación, capacitación e infraestructura contra los republicanos que resisten los impuestos y el gasto. Esos enfrentamientos nublan las perspectivas para impulsar la productividad, el crecimiento y la competitividad global", sostuvo.

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