Los instrumentos financieros que combinan el atractivo y riesgo de las hipotecas subprime

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Las denominadas CLO batieron récords en EEUU y Europa en 2018, con clientes japoneses incluidos.


Las obligaciones de préstamos garantizados (CLO, por sus siglas en inglés) fueron todo un éxito el año pasado, con ventas superiores a los US$125.000 millones en EEUU, mientras que JPMorgan anticipa US$135.000 millones para el presente ejercicio. Con ventas récord también en Europa, US$31.800 millones en 2018, son muchos los expertos que giraron su mirada a estos instrumentos y no pocos los que encendieron las alarmas.

Estos paquetes, que funcionan como valores únicos, están respaldados por un conjunto de deudas corporativas, usualmente de baja calificación crediticia. Esta crucial característica es la que comparten con las obligaciones de hipotecas garantizadas (CDO), lo que resulta un pésimo antecedente, considerando que éstas últimas son las responsables de la detonación de la crisis financiera de 2008. "Una desaceleración en EEUU está en camino y si estallan los CLO entonces sí estamos hablando de una más complicada", señala a PULSO Carmen Rainhart, economista de la Universidad de Harvard.

En una línea similar, en diciembre la ex presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen indicó que "los altos niveles de apalancamiento corporativo puedan prolongar una desaceleración y llevar a muchas quiebras en el sector corporativo no financiero". En ese marco, destaca que "gran parte de la suscripción de esa deuda es débil y creo que los inversionistas la guardan en paquetes de alto riesgo ... lo mismo ya ha sucedido. Se llama CLO".

Las inquietudes que levanta, se explica por las grandes proporciones de este riesgoso mercado, cuyas emisiones superan a las de tarjetas de crédito, valores respaldados por activos de préstamos estudiantiles y a los valores respaldados por activos de préstamos para automóviles. En ese marco, incluso ha captado la atención de la actual administración de la Reserva Federal, donde mencionaron el creciente crecimiento de este mercado como una razón para "tener en cuenta las vulnerabilidades" y los posibles riesgos para el sistema financiero.

Reinhart detalló que una de las similitudes con las hipotecas subprime es que "quienes hacen la paquetización de esta deuda se la sacan de su portafolio, es decir, ellos juntan distintas corporaciones como lo hacían con las hipotecas, lo venden y ganan las comisiones. De esta manera, ellos no tienen exposición directa, lo cual implica que si la calidad de esos préstamos va cayendo, si la calidad de esas corporaciones se va deteriorando, no tienen incentivos para detenerse".

De acuerdo a Bloomberg, quienes más administran CLO en Estados Unidos son Credite Suisse Asset Management (US$21.700 millones), GSO (US$18.900 millones), Carlyle (US$16.800 millones) y CFIC (US$16.300 millones). Adicionalmente, basados en las estimaciones de Freeman Consulting Services, consignan que las tarifas de estructuración de CLO también alcanzaron un récord en 2018, registrando un monto de US$2.800 millones.

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