Los sectores más expuestos en la UE a un Brexit sin acuerdo

Industria automotriz, agricultura, servicios financieros, estarían entre los principales.


Industria automotriz, agricultura, servicios financieros. Varios sectores de la Unión Europea (UE) se verían especialmente afectados en caso de un divorcio entre Reino Unido y sus 27 socios sin acuerdo.

Un 'no deal' tendría como consecuencia la introducción de barreras a los intercambios comerciales con la reimposición de derechos de aduana y el no reconocimiento mutuo de las normas en materia medioambiental o sanitaria, por ejemplo.

La industria automotriz es el sector donde los daños podrían ser más importantes. Los profesionales alertaron en varias ocasiones de los eventuales efectos desastrosos en un sector que emplea casi 12,2 millones de personas en el continente.

Alrededor del 10% de las exportaciones de la industria automóvil europea se destinan a Reino Unido, recuerda Vincent Vicard, economista del Centro de Estudios Prospectivos y de Informaciones Internacionales (CEPII).

Además, las industrias automotrices de Reino Unido y de la UE están muy integradas. "A veces, algunas autopartes cruzan la frontera entre Reino Unido y el continente cinco o seis veces", explica Carsten Brzeski de ING Diba. Cualquier disfunción en la cadena de suministro, como el paso de las aduanas, les perjudicaría.

Un divorcio brutal afectaría especialmente a la industria automóvil alemana, muy implantada en Reino Unido. "Si nuestra cadena de suministro debe detenerse en la frontera, entonces no podremos seguir produciendo en Reino Unido", advirtió Stephan Freismuth, de la alemana BMW.

En tanto, el sector de los químicos también se vería afectado. "Muchas empresas alemanas, francesas, holandesas o belgas tienen sitios de producción" en Reino Unido, señala Brzeski. Por tanto, la cadena de producción también se vería especialmente afectada.

Además, las multinacionales como el grupo petroquímico angloholandés Shell o el angloamericanoholandés LyondellBasell también se enfrentan a problemas específicos, vinculados a su gobernanza.

Agricultura y pesca tampoco se quedarían atrás. Actualmente, sólo el 60% de las necesidades alimentarias británicas están cubiertas por su propia producción, el resto se importa sobre todo de Francia, Bélgica, Holanda e Irlanda.

Si se reintroducen los derechos de aduana, las mercancías serán más caras y podría retrasarse su entrada en Reino Unido. "Podemos imaginar que hay camiones bloqueados en Calais y que, a fuerza de esperar, la leche que transportan se agria antes de llegar a Dover", sugiere Brzeski.

La entrada de muchas mercancías y de animales podría prohibirse, salvo si se inscribe a Reino Unido en la lista de terceros países autorizados. Esta inscripción podría llevarse a cabo rápidamente, con condiciones, para un antiguo miembro de la UE.

La pesca podría representar también un problema para Francia, España, Portugal, Dinamarca u Holanda, cuyas flotas faenan habitualmente en las aguas territoriales británicas.

La industria aeronáutica también estaría entre las afectadas. Airbus, que fabrica sus aviones en diferentes lugares de producción a través de la UE, ya ha dado la voz de alarma en caso de un Brexit sin acuerdo.

El grupo europeo, que emplea directamente a casi 15.000 personas en Reino Unido donde fabrica las alas de sus aparatos, ya ha advertido que una salida abrupta del bloque será "catastrófica" y le obligaría a cuestionar sus inversiones en el país.

En julio, el alemán Tom Enders, director ejecutivo de Airbus, expresó su preocupación por una salida de Reino Unido de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (AESA). "A partir del próximo mes de abril, las certificaciones de miles de piezas de nuestros aviones dejarían de ser válidas, lo que podría suponer un parón en nuestra producción", aseguró.

El temor a un repentino freno del tráfico aéreo entre Reino Unido y el continente lo convierten en un sector especialmente sensible.

La Comisión Europea quiere garantizarse que las compañías puedan sobrevolar el territorio europeo y que los certificados de seguridad sigan siendo válidos por un período limitado. Esto necesita un acuerdo de Reino Unido.

Por otra parte, los servicios financieros también miran con precaución los eventos tras el Brexit. Los operadores instalados en Reino Unido perderán su derecho ('pasaporte financiero') a prestar sus servicios en los 27 países del bloque sin estar presentes.

La Comisión ya celebró que muchos operadores hayan realizado lo necesario para "ajustar sus contratos y relocalizar" actividades en el continente.

El viernes, el gobernador del Banco de Francia llamó a mantener la vigilancia en el sector de la compensación, ya que un divorcio sin acuerdo podría "representar un riesgo" para la estabilidad del sistema financiero.

Las empresas británicas tienen un casi monopolio en esta actividad, que consiste en llevar la contabilidad de los intercambios entre agentes financieros en los mercados mundiales y garantizar la correcta ejecución de las transacciones entre todos los operadores.

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