Luis Eduardo Escobar, economista y director del CED: "La depreciación instantánea es pan para hoy y hambre para mañana"

Luis Eduardo Escobar
12 de noviembre 2014 Luis Eduardo Escobar Foto: Alejandra De Lucca FOTO: Alejandra De Lucca V. / PULSO

Anticipa: "El próximo gobierno tendrá que ver qué diablos hace, porque se invertirá en 2 años lo que se iba a hacer en cuatro". Señala: "Pese a lo que se decía en campaña ahora están sufriendo del mismo mal porque se estancó la inversión minera y no pueden reimpulsar la economía".


Luis Eduardo Escobar, quien fuera el economista del candidato Alejandro Guillier, ve al gobierno complicado con el nuboso escenario actual. "En términos económicos el Gobierno se ha llevado una sorpresa y no tiene muy claro cómo reaccionar. Al principio de este año las cosas perfilaban de manera distinta porque había una recuperación interesante y el precio del cobre se había recuperado fuertemente; pero a raíz de las tensiones comerciales provocadas por Trump, esa expectativa se ha derrumbado y el principal motor de la economía que era la inversión minera está suspendida. Eso los ha obligado a ser más agresivos en la parte doméstica", comenta el director del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED).

¿Cómo ve el escenario mundial?

-El panorama se enredó y eso demuestra algo que el gobierno no estaba dispuesto a aceptar: que la economía chileno en gran medida es un yoyo del precio del cobre, y que no es lo mismo un cobre en US$ 2,70 que uno sobre US$3.

¿Ve un empeoramiento?

-Nouriel Roubini piensa que hay condiciones para una nueva recesión a partir de 2020; y cuando los analistas empiezan a hablar de ello, quienes toman decisiones de inversión empiezan a retrasarlas, por eso el gobierno está haciendo un esfuerzo importante por resucitar la inversión doméstica.

¿Cuáles son sus proyecciones para este y el próximo año?

-Es posible que este año estemos con un crecimiento entre 4% y 4,3% y el próximo más cerca de 3,5%.

¿Cómo afectará al empleo?

-La desocupación sube porque hay más gente buscando empleo por las expectativas que creó el propio gobierno, pero cuando la gente sale y se encuentra con que no hay tanto trabajo, es posible que se desencante y en consecuencia veamos una disminución de la tasa por retiro de la fuerza de trabajo.

¿Cuánto afectará ese menor dinamismo en la aprobación del gobierno?

-Es posible que venga un desencanto y la aprobación siga disminuyendo, aunque no drásticamente. Las declaraciones por La Haya de que el gobierno defenderá la soberanía, es un cambio de discurso desde lo económico a la defensa del territorio, a pesar de que todos sabemos que en este juicio no hay territorio en juego.

Sobre el crecimiento potencial, ¿ve factible aumentarlo a 4%?

-La medida del gobierno de tratar de aumentar la inversión me parece razonable, y por ello el proyecto tributario incluye la depreciación instantánea por 2 años que los empresarios apoyan. La evidencia indica que ese instrumento tiene un efecto positivo en el corto plazo.

¿Y por dos años, ayudaría al potencial?

-Son medidas puntuales. El problema de Chile que nadie resuelve es que dependemos de la gran minería del cobre, y pese a lo que decía este gobierno en campaña ahora están sufriendo del mismo mal porque se estancó la inversión minera y no pueden reimpulsar la economía. Entonces andan buscando remedios y están acelerando la inversión pública, echaron a andar el Fondo de Infraestructura y la depreciación, pero ninguno resuelve el problema estructural.

¿Qué opina del proyecto tributario?

-Es un proyecto muy bien estructurado, inteligente, bien planteado con un sesgo claro: beneficia fuertemente al capital sobre el trabajo y especialmente a los grandes accionistas por encima de las pequeñas y mediana empresas, está lleno de detalles en ese sentido.

¿Pero eso se necesita que sea proinversión?

-Eso se podría haber hecho sólo con la depreciación instantánea, todo lo demás está destinado a aumentar la tasa de rentabilidad de la inversión, pero en la medida que Chile no tenga proyecto de largo plazo, esos beneficios van a ir a parar a los paraísos fiscales e inversión a otros países.

Si se quiere mayor inversión, ¿no habría sido positivo bajar el impuesto a las empresas?

-Salvo que las tasas sean expropiatorias, no hay evidencia de que bajarlas del rango actual, en 1 o 2 puntos, tenga algún impacto. Como el ministro Felipe Larraín es un buen economista sabe que lo única que tiene es la depreciación temporal porque le sirve para adelantar inversiones. Esta medida tiene mucho que ver con hacer exitoso este gobierno, de tratar de recuperar la economía, para en consecuencia decir: "mi gobierno salió bien parado, con una tasa de crecimiento más alta", eso es perfectamente legítimo como gobernante pero no cambia las condiciones estructurales de la economía.

¿Y al próximo que le queda?

-El próximo gobierno tendrá que ver qué diablos hace para mantener la tasa de inversión, porque se invertirá en 2 años lo que se iba a hacer en cuatro. La depreciación es pan para hoy y hambre para mañana. Piñera en su primer gobierno tuvo el precio del cobre más alto de la historia, y en éste va a tratar de compensar la baja del cobre con la depreciación.

¿Qué le parece la idea de subir el impuesto personal, como ha dicho el presidente de la CPC, Alfonso Swett?

-En un sistema integrado es tal el crédito fiscal en favor de los grandes accionistas que en la práctica no pagan impuestos, y por eso a Swett no le importa que le suban el impuesto personal porque le sobra crédito fiscal, y nunca va a pagar el impuesto, porque ya lo hizo la empresa. Esa es una jugada política para vender el sistema integrado, que en apariencia beneficia a todos pero el 80% del costo se lo llevan los de mayores ingresos, Alejandro Micco dice eso, y le creo.

¿Qué espera del Presupuesto 2019

-Un crecimiento modesto de 3,5% real, cuando mucho, porque el discurso es que no hay espacio fiscal. No creo que se cierren programas, sino que creo se retrasarán algunos en educación.

En términos más políticos, ¿cómo ha visto a la oposición?

-El gobierno se equivocó en el salario mínimo, subvaloró la importancia que tiene para la oposición el responder a las propuestas del gobierno. La experiencia del salario mínimo marcó un hito que da pie para la recomposición de la oposición en el Parlamento, ahora se siente más tranquila sobre su capacidad de sentarse frente al gobierno esto lo van a usar en la reforma tributaria.

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