Luis Valdés, CEO de Principal International: "Ya van demasiados cambios en las reglas del juego en un período muy corto de tiempo"

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El ejecutivo ve que el ente público que propone la reforma previsional es casi imposible de explicar, y dice que es similar al modelo de china, donde "ha dado mil problemas" e incluso se está cambiando el sistema para ir a más privados. Además, cree que ya es tiempo de aprobar los proyectos que han sido discutidos por mucho tiempo (tributaria y pensiones) para que termine la incerteza del marco regulatorio en el país.


Hace ocho años, el ingeniero industrial Luis Valdés asumió como presidente de Principal International, por lo que es considerado como uno de los chilenos que ocupa uno de los cargos más altos en una empresa financiera del extranjero. Como CEO de la filial que consolida los negocios de pensiones y ahorro de largo plazo en países emergentes del consorcio estadounidense Principal Financial Group, en la práctica el ejecutivo vive en EE UU, pero constantemente visita países donde tienen operaciones alrededor del mundo. Hace dos semana terminó un largo tour por China, Tailandia, e Indonesia, la semana pasada llegó a Chile, y esta semana partió a Brasil. "Tenemos mucho trabajo que hacer en México, Brasil y Chile, por lo que no estamos mirando otro país de la región por el momento. Por activos administrados, con México, Brasil y Chile ya somos el operador más grande en Latinoamérica en pensiones", comenta. Por ello, sigue de cerca la discusión por la reforma de pensiones que se está dando en Chile.

¿Cómo ve la discusión que se ha dado en la reforma previsional?

-Hay dos formas de responder esa pregunta, ser políticamente correcto y decir que esta reforma está bien, no es tan mala, y lo otro es dar una opinión más técnica: es bastante difícil de explicar la reforma tal como está actualmente, si es que no es casi imposible de explicar desde el punto de vista técnico.

¿Por qué?

-Desde el punto de vista de políticas públicas, hay que tratar de hacer dos cosas simultáneamente en un sistema de pensiones: primero, que el sistema sea lo más efectivo y eficiente posible para que cada centavo de ahorro se transforme en mayor pensión. Segundo, que se haga al menor costo posible. Esto es tremendamente importante, y la reforma como está, no cumple ni maximiza ninguno de estos dos caminos.

¿Cuál es la solución?

-La mejor forma en que todos estos recursos se transformen en pensión futura es que sea administrado por las AFP y por la plataforma actual, porque si se deja todo constante, este 4% de cotización no genera ni un costo adicional para el afiliado. Esto quiere decir que si se sube la cotización del 10% al 14%, en el mediano a largo plazo las pensiones serán un 40% superiores. Matemáticamente es así. En cambio, si este 4% de cotización adicional se destina a un ente que tiene algunos componentes con seguros, algo de reparto, y donde tal vez toda la cotización adicional ya no va directamente a cuentas individuales, ya hay un 4% de contribución adicional que no va a generar un 40% de aumento de las pensiones, porque habrá una pérdida en los costos de administración, porque tal como va a existir este CASS, también habrá administradores de activos adicionales, todo eso será un sobrecosto. Es por esto que, técnicamente, a los ojos de quienes diseñan sistemas de pensiones, esta propuesta hace poco sentido. Podría tratar de entender que tenga algunos temas políticos entremedio, pero técnicamente no es un diseño que maximice la función de ahorro pensión, y que disminuya los costos del sistema.

¿Le preocupa que se esté legislando más por lo político que por lo técnico?

-Desde lo técnico, la respuesta es sí. Uno entiende que el mundo está constituido por propuestas técnicas y que después son discutidas en el Congreso, pero a veces parece que las ganas de hacer cosas por lo político, sobrepasan y se llevan la discusión más técnica que debe primar. Mi opinión incluso es que el 4% es insuficiente. Entonces, esta es una reforma que tiene un diseño extraño, por decir lo menos, con un 4% que va a ser insuficiente... Buscaría que no sea solo un 4% para las cuentas individuales, y que se hagan dos cosas. Una, que no sea tan tímido en el tiempo, y dos, que se generen parámetros que se puedan ajustar en el sistema sin necesidad de tener que pasar nuevamente por la discusión parlamentaria.

¿Lo dice porque no se sube la edad de jubilación?

-Lo digo por lo siguiente: el gran problema de los ajustes que se hacen en los sistemas de pensiones es que lamentablemente siempre se producen bajo un gran nivel de presión política, ¿por qué? Porque siempre es un tema importante, pero no es urgente hasta que no resulta ser un problema político. Entonces, cuando se produce la discusión en medio de la urgencia, todo está teñido de temas políticos. En esta discusión lo que se echa de menos es retirar este riesgo en el futuro, porque el 4% es insuficiente y será insuficiente... y si no se establece un sistema que tenga mecanismos flexibles hacia el futuro, para ajustar el 14% y las edades de jubilación, esta discusión se va a repetir cuando nuevamente sea un problema político, y este justamente ha sido el serio problema de las grandes discusiones de pensiones.

Sobre la edad de jubilación, ¿es suficiente poner incentivos para postergar la edad de retiro, como propone la reforma, o es necesario subirla?

-Nuevamente este es un tema complejo de entender, porque la verdad es que todos los países de la OCDE están aumentando sus edades de jubilación. Uno tiene que ser pragmático en estas cosas, y no necesariamente es algo políticamente muy popular subir las edades de jubilación, pero hay que entender cuál es la realidad demográfica de los países. Esta es una propuesta que en la mirada futura parece tímida y que no genera ni resuelve el problema hacia adelante respecto de que sea un sistema flexible y que se pueda ajustar.

¿El diseño que propone el gobierno con el ente público se asemeja a algún modelo internacional?

-Sí, hay algunos modelos que tienen estos entes centralizados, pero han dado muchos problemas.

¿Como por ejemplo?

-Por provincias básicamente, es el caso de China, donde ha habido entes públicos administradores de los sistemas de pensiones y ha dado mil problemas en términos de transparencia, de quiénes son los administradores de los activos, cómo se invierten los activos, cuán transparente es el sistema de los participantes. El gobierno chino está haciendo un proceso enorme tratando de rediseñar el sistema, para moverse a incorporar administradores privados, ¡estoy hablando de China!, de ir desarmando el sistema en el primer pilar, y tratar de transferir contribuciones a los pilares dos y tres, que son pilares privados. Este es solo un ejemplo, pero la gran mayoría de las reformas están apuntando a buscar mayor diversidad en los prestadores de los servicios de pensiones, disminuir el riesgo político en la administración de los sistemas, y buscar empresas privadas que participen de los mercados de pensiones, sobre todo en la administración de activos.

Considerando el límite político que es que las AFP no pueden administrar el 4% adicional, ¿la solución que propuso el gobierno es la mejor, o sería preferible una AFP estatal, por ejemplo?

-Al discutir la AFP estatal, la pregunta que uno se tiene que hacer es: ¿para resolver qué problema? La AFP estatal técnicamente no resuelve ningún problema. El ente como está planteado no mejora la solución del problema. Entonces, aquí me voy a mover al cuadrante político, de AFP estatal o ente público. Si ese fuese el problema, que no estoy seguro que lo sea, uno podría pensar que una AFP estatal, que cumpla las reglas del juego, que se rija por todas las leyes y normas, que opere de forma independiente, que tenga el gobierno corporativo que tienen todas las AFP y que sea supervisada, vigilada por la Superintendencia de AFP, puede ser.

¿Están esperando que se resuelva la disputa de las aseguradoras con el SII por seguros con ahorro y que esté lista la reforma para seguir invirtiendo, o ven que las condiciones están bien y que hay certeza jurídica?

-Una cosa es la incerteza jurídica, que las leyes se apliquen y se cumplan como están dichas; y lo otro es que se legisle y no te gusten las leyes. Entremedio está cuando se discuten por largo tiempo leyes que son cruciales para el desarrollo económico del país, como por ejemplo, la reforma tributaria. Este es un capítulo que tiene que terminar pronto, porque primero estuvo la reforma tributaria al principio del gobierno anterior, después vino la reforma a la reforma, y ahora viene el arreglo a la reforma de la reforma. Esto es demasiado tiempo con incertezas respecto de cuál va a ser el marco regulatorio, los temas de impuestos son extraordinariamente relevantes. Esta situación efectivamente causa ruido, porque ya van demasiados cambios en las reglas del juego en un periodo muy corto de tiempo.

En ese sentido, ¿cómo están viendo al país para invertir a largo plazo?

-También se ha pasado mucho tiempo discutiendo sobre las pensiones, y muchos proyectos fallidos en este tema, porque la administración anterior tuvo un proyecto, el cual se escribió, se trabajó y, finalmente, ahora hay otro proyecto. Lo que uno espera, en definitiva, es que no se aprueben los proyectos de la noche a la mañana, pero que finalmente se llegue a acuerdo. Cuando estas discusiones perduran demasiado en el tiempo, con esta incerteza que no es necesariamente jurídica, pero es incerteza respecto de cuál va a ser el diseño final y a qué hay que atenerse, efectivamente esto genera preguntas.

¿Y retrasa inversiones?

-Genera preguntas y retrasa inversiones, no cabe la menor duda que con el tema tributario la gente se queda mirando y quiere saber qué va a pasar, y en temas como leyes de la naturaleza de las pensiones, la gente se queda quieta. Hay que entender que dependiendo de cómo estén construidos los sistemas de pensiones, genera efectos colaterales en los mercados de capitales, entonces los países no son neutros respecto a los sistemas de pensiones que tengan.

¿Con las reformas que impulsa el gobierno se da una señal de que el país va por buen camino?

-Mi opinión es técnica: a nosotros no nos gusta el proyecto de pensiones tal como está. Si estas dos discusiones terminaran, y terminan pronto, independientemente de que a nosotros nos guste o no la solución, es un mejor escenario que el actual, sin lugar a dudas, y yo creo que el gobierno lo tiene bastante claro. Las reformas laboral, de pensiones y tributaria son tres grandes temas que efectivamente afectan y condicionan las decisiones.

En el tema laboral, ¿40 o 41 horas?

-Hay que generar un mercado más flexible, el mercado laboral chileno es muy poco flexible y permite pocas combinaciones de trabajo. Eso hay que modificarlo. No tengo una opinión clara respecto a las 40 o 41 horas, pero sí respecto de la flexibilidad que el mercado laboral tiene que tener.

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