PIB japonés cayó 6,3% en 4T de 2019 y crece temor a una recesión

Imagen Japon
En Japón se habla del fenómeno del "karoshi", o la muerte por exceso de trabajo.

Se trata del mayor revés desde el segundo trimestre de 2014, que estuvo gatillado por un alza de impuestos.


La economía de Japón se tambaleó hacia una posible recesión, después de sufrir un fuerte golpe por un aumento de los impuestos al valor agregado en el último trimestre de 2019, quedando vulnerable al brote de coronavirus que también está afectando la actividad del archipiélago.

El PIB nipón se contrajo a un ritmo anualizado de 6,3% en el cuarto trimestre del año pasado, desde el trimestre anterior, la mayor caída desde un aumento de impuestos anterior en 2014, según una estimación preliminar realizada por la Oficina del Gabinete el lunes.

Los economistas encuestados habían pronosticado una caída de 3,8%, señalando el impacto adverso de los mayores tributos, la débil demanda mundial y el paso de un tifón. El resultado, mucho peor de lo esperado, mostró que parte de la confianza del gobierno en las medidas para amortiguar el golpe estaba fuera de lugar.

Este magro desempeño también plantea la posibilidad de que con el brote de coronavirus aún extendiéndose, el primer ministro Shinzo Abe tenga que considerar otra ronda de gasto adicional para apoyar el crecimiento, poco más de dos meses después de su paquete de estímulo más reciente.

"Me estoy preparando para otra contracción en el primer trimestre de Japón. Simplemente no hay factores positivos para construir un pronóstico de crecimiento", dijo Mari Iwashita, economista jefe de mercado de Daiwa Securities, señalando que la economía probablemente esté cayendo en recesión.

El experto espera que el gobierno genere otro presupuesto adicional, una vez que quede claro que la economía se ha mantenido en una especie de caos en el trimestre en curso.

La administración de Abe y el Banco de Japón esperaban un impacto menor de la subida de impuestos en comparación con la experiencia de 2014, cuando redujo la economía en más del 7%, considerando que el alza esta vez fue menor. Los alimentos quedaron exentos y el gobierno implementó una serie de contramedidas destinadas a suavizar las fluctuaciones de la demanda.

Sin embargo, Takashi Shiono, economista de Credit Suisse, plantea que el problema estuvo en que los descuentos en el gasto, a través de transacciones sin efectivo, tuvo poco impacto en el segmento de mayor edad de la población. En ese marco señala que las cifras ponen de manifiesto la vulnerabilidad del consumo interno.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.