Durante los últimos meses, el aumento sostenido en el precio de compra y arriendo de las viviendas, sumado a la escasez de los materiales de construcción, han dibujado un panorama sobre el cual hoy es posible proyectar un incremento en los costos del sector inmobiliario que dificulte aún más el escenario. En este contexto, hay quienes se encuentran trabajando en lo que será la hoja de ruta del nuevo real estate en Chile y proponen una solución tecnológica y sustentable frente a los próximos desafíos del sector inmobiliario ¿De qué manera? A partir de la unión de grandes firmas y compañías emergentes.

PropTech nació el año 2016 en Europa, para luego extenderse hacia Asia y África, y en 2018 llegó finalmente a Latinoamérica de la mano de México, Colombia y Perú. Aquí, en Chile, la idea surgió hace seis meses atrás como resultado de una serie de reuniones que sostuvo Carlo D’agostino, director de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), CEO de SCapital y el principal ideólogo del gremio en el país, con diferentes startups, miembros de directorios de inmobiliarias y edificios corporativos.

De esta manera y tras un período de conversaciones, 25 representantes de estos sectores -entre ellos Nicolás Cox, presidente CBRE Chile y Argentina; Héctor Osorio director de Extensión de la UAI; y Valentina González, gerente de proyecto de Socialab- dieron vida a PropTech Chile, un gremio que hace aproximadamente dos meses se instaló en el mercado con el objetivo de impulsar el trabajo conjunto entre startups, firmas inmobiliarias y constructoras para que estas últimas “vean los casos de éxito que están pasando afuera, articulen sus modelos de negocio, y se puedan mover hacia el Siglo XXI”, según cuenta D’agostino.

“La startup mira a Goliat, y Goliat mira a la startup como David, y no conversan”, dice, por lo que el foco de este proyecto está en impulsar el rendimiento humano, de los productos y un mayor retorno de la inversión a partir de la innovación y el trabajo mancomunado que podría beneficiar a ambos sectores: Por el lado de las inmobiliarias, su vinculación con firmas emergentes podría significarles el abaratamiento de costos; mientras que por la parte de las startups, su mayor ventaja apunta hacia una fuente de financiamiento.

Pues si bien, en el país existen las condiciones necesarias y el apoyo para comenzar un emprendimiento como el proyecto Capital Semilla de Corfo, o el fondo Capital Abeja que impulsa negocios femeninos, las startups, a medida que comienzan a crecer, se enfrentan a dificultades como reconocer el momento exacto en el cual solicitar financiamiento.

“En Chile el levantamiento de venture capital está lejano, siendo que el país tiene un poder adquisitivo, las grandes compañías podrían hacer corporate venture capital, pero todavía falta el empuje”, comenta D’agostino. Por lo que uno de los ejes de trabajo del gremio apunta justamente a una ruta de financiamiento donde los miembros de la organización establezcan una instancia de conversación con fondos venture capital para definir “cuándo se debería pedir dinero y a quiénes”.

Y a esto se suma la formación de una red de Corporate Venture Capital (CVC) que facilitará el desarrollo, la innovación y la investigación, elementos fundamentales en la construcción de ciudades inteligentes.

De esta manera, PropTech Chile ofrece ayuda a las startups a través de un laboratorio que verifica su funcionamiento y el cumplimiento de objetivos, y demostrar así que son capaces de colaborar con las inmobiliarias en la optimización del gasto. “Nuestro desafío es crear una atmosfera de un ecosistema donde su partida pueda tener una ruta más cierta, que se le facilite la vida, y los acompañamos hasta su internacionalización”, explica el presidente de la organización.

“Los bancos van a apoyar planes donde haya planes de descarbonización, por lo que las compañías van a tener que hacer una estrategia que tenga que ver con eso, con la economía circular, y que no dañe el medioambiente”, explica D’agostino. Por lo que el road map de la organización apunta a la construcción de un plan estratégico a partir de una iniciativa públicoprivada.

“Los países desarrollados están cambiando la forma y el fondo y, queremos sumarnos a la tendencia, apoyándonos en tres pilares fundamentales: cliente en el centro; decisiones y estrategia puesta en datos; y economía circular”, cuenta el director de la Asech.

Y desde la organización aseguran que están abiertos frente a combinaciones de nuevas formas de pensar, soluciones y procesos “para impulsar la creación de valor y acelerar la transformación del negocio”, como son los proyectos de innovación abierta. En esta línea, señalan que “estas iniciativas deberán apoyar la colaboración a través de un modelo que parta de unas oficinas centrales que cubran las siguientes áreas: co-working, colaboración virtual, aceleradora de empresas, incubadora, centro de excelencia y fab labs”, señalan.

Y no descartan SpinOff con colaboración con empresas expertas, pero “siempre desde afura de las empresas”, tal como dice D’agostino, pues la idea es hacer investigación, desarrollo e innovación con aportes de las empresas a través de corporate venturing capital.