¿Cómo salir del conflicto?

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El respeto es una de estas cualidades básicas que se requiere en las empresas modernas. Históricamente se ha esperado que la actitud respetuosa fluyera hacia los tomadores de decisiones, pero hoy es igualmente necesario que los líderes de las organizaciones sean considerados con las opiniones -por distintas que estas sean- de sus equipos.


Mucho se habla hoy de la importancia de ir más allá del conocimiento y la técnica y que empresarios, ejecutivos y trabajadores manifiesten habilidades blandas en sus relaciones interpersonales. Pero es precisamente en ambientes convulsionados y tensos, cuando estas cualidades sucumben y los que -a pesar del ruido ambiente- siguen manteniéndolas, tienen el riesgo de ser considerados excesivamente blandos, entreguistas o sometidos.

Sin embargo, los que en este escenario se desmarcan de la mirada tradicional y se convierten en verdaderos agentes positivos, pueden lograr atenuar el ambiente hostil al interior de sus organizaciones y son los que aportan ideas que permiten encausar el malestar o la incertidumbre.

El respeto es una de estas cualidades básicas que se requiere en las empresas modernas. Históricamente se ha esperado que la actitud respetuosa fluyera hacia los tomadores de decisiones, pero hoy es igualmente necesario que los líderes de las organizaciones sean considerados con las opiniones -por distintas que estas sean- de sus equipos. El respeto es mucho más completo que la simple "tolerancia", porque esta última tiene el sesgo de aguantar casi obligado las diferencias. En contraste, la actitud respetuosa exige un sentimiento profundo de valoración de las opiniones de los demás, que crea equipos más horizontales y fomenta el intercambio de ideas.

Otro elemento esencial en las relaciones profesionales es la empatía. Pese a ser mencionada hasta el hartazgo y haberse convertido en la palabra de moda en esta crisis, la empatía sigue escaseando en la sociedad chilena. Al revés del respeto, históricamente se ha esperado empatía de los líderes, pero es igualmente esencial que toda la organización despliegue la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Qué distintas son las decisiones cuando se conocen las circunstancias, los miedos y las metas de quienes nos rodean, lo que exige tiempo y genuina preocupación.

En el escenario más probable, las circunstancias económicas serán más desafiantes el próximo año. Es fácil, entonces, entramparse en discusiones inconducentes y exacerbar el ambiente de conflicto. Es responsabilidad de todos seguir buscando instancias de conversación y esforzarnos por escuchar con atención, no como una simple impostura momentánea para sortear la crisis. Al final, las mejores ideas pueden venir precisamente de los que por mucho tiempo ignoramos.

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