South32 Ltd. acordó pagar US$1.550 millones a unidades del grupo Sumitomo por una participación del 45% en el proyecto de cobre Sierra Gorda en Chile, lo que aumentará su exposición a un metal que tiene una gran demanda por su papel clave en la transición a energías limpias.

“Estamos remodelando activamente nuestra cartera para un mundo con bajas emisiones de carbono y la adquisición de una participación en Sierra Gorda aumentará nuestra exposición a los productos básicos importantes para esa transición”, dijo el director ejecutivo de South32, Graham Kerr, en un comunicado. “La transacción expande nuestra presencia operativa y de desarrollo en las Américas y brinda exposición a un activo de larga duración con una gran base de recursos”.

Sumitomo dijo a principios de este mes que estaba considerando vender su participación en Sierra Gorda. Sumitomo Metal Mining Co. y Sumitomo Corp. juntas poseen el 45% del proyecto, y la polaca KGHM Polska Miedz SA posee el resto. La minera con sede en Perth pagará el acuerdo mediante una combinación de efectivo y una línea de crédito de US$1.000 millones.

La actividad empresarial en el sector del cobre se ha recuperado a medida que las mineras globales buscan expandir su presencia en el metal para aprovechar una perspectiva alcista de la demanda a largo plazo. En septiembre, Sandfire Resources Ltd. acordó comprar un complejo minero de cobre en España de Mubadala Investment Co. y Trafigura Group Pte por aproximadamente US$1.900 millones.

Kerr dijo en agosto que buscaría agregar más cobre a su cartera, para sumarlo a los proyectos Ambler Metals y Hermosa del grupo en Norteamérica. Las acciones de la empresa, que se escindió de Grupo BHP en 2015, cotizan actualmente cerca de un máximo de 18 meses.

Sierra Gorda

Los activos de cobre son apreciados por las mineras más grandes del mundo, que tienen una visión a largo plazo de que el uso en ciudades y vehículos eléctricos expandirá la demanda, mientras que los nuevos suministros del metal están restringidos.

Aún así, Sierra Gorda es una mina relativamente pequeña, con bajas grados de cobre y una historia problemática. Anteriormente, la mina fracasó sistemáticamente en alcanzar los objetivos de producción y sus dos propietarios se vieron obligados periódicamente a aportar fondos adicionales al proyecto.

South32 también acordó realizar pagos adicionales de hasta US$500 millones, una vez que se alcancen las tasas de producción y los precios umbral de cobre durante el período 2022-2025.