La escalada alcista que ha tenido el dólar, alcanzando un nuevo récord ya cercano a los $890, abrió nuevamente el debate sobre si el Banco Central debe intervenir el mercado cambiario. Primero, el expresidente del ente rector, Vittorio Corbo, fijó una postura clara al señalar que no están las condiciones para que una acción del instituto emisor tenga efectos sobre la divisa estadounidense.

Y desde el propio Banco Central también hubo un pronunciamiento: el vicepresidente del organismo, Pablo García, puso paños fríos respecto de una medida de ese tipo, puesto que dijo que el dólar está respondiendo a movimientos en base a sus fundamentos económicos.

“El régimen de flotación ha funcionado muy bien. Este permite acomodar el 90% de las cosas que le pasan a la economía. Hay algunas cosas que no se pueden acomodar, porque son más permanentes, por eso estamos hoy día con lo que tenemos y no con un tipo de cambio más apreciado”, sostuvo al participar en una charla del Club Monetario de la Universidad Finis Terrae.

En esa instancia argumentó que “la decisión de intervenir habitualmente se hace cuando uno detecta que hay un movimiento que está siendo no solamente inusual, sino que además fuera de fundamento o dañino para la macro”. No obstante, esa situación que describe no es la que hoy está primando en el escenario económico.

Por lo anterior, García afirmó que en un escenario donde la Fed suba agresivamente las tasas, implicará que las economías emergentes van a tener que acomodarse con depreciaciones cambiarias: “Ese va a ser el mundo de los próximos años”.

Mario Tellez/La Tercera

Nueva Constitución

En su exposición también fue consultado por la incertidumbre que genera la nueva Constitución en la economía y la inversión. En este punto, García señaló que una parte significativa de lo que desde el ente emisor ven que pasa en el país ya está reflejado en las variables financieras relevantes.

“Que el tipo de cambio esté depreciado (peso bajo), que las tasas de interés a largo plazo estén donde estén, que los créditos hipotecarios sean más caros, todo el universo de variables financieras refleja el estado actual de nuestro país. No es algo que depende de un resultado en particular en un día de septiembre. Eso va a revelar información adicional, pero las encuestas dan algunas luces”, apuntó.

García aseveró que el proceso de reducción de la incertidumbre es algo que toma tiempo y que no depende del Banco Central necesariamente. “Nosotros podemos contribuir a la parte de estabilización financiera y de precios, pero hay un montón de iniciativas de parte de todos nosotros en Chile para tratar de reducir esos grados de incertidumbre y va a depender de todos nosotros”.

Y subrayó que “es un proceso que va a tomar su tiempo. Tiene que ir decantando y son procesos sociales”, sostuvo el vicepresidente del Banco Central.

Retiro del estímulo en curso

Uno de los últimos temas que abordó en su charla fue sobre las medidas que ha tomado el ente emisor frente a la mayor demanda por dinero que hubo el 2020 y 2021. “Tuvimos una mayor preferencia por liquidez que motivó que hubiera un gran aumento de la demanda por dinero que, por supuesto, fue satisfecha con una política monetaria que se tornó más expansiva”, dijo.

García comentó que dichas perturbaciones de demanda y de oferta agregada son las que han provocado las fluctuaciones en lo que ha sido la inflación. Aquello, indicó, se debió a tres grandes razones: la pandemia del Covid-19 y el impacto en la producción, la incertidumbre que ello conllevó y los retiros de los fondos previsionales. En suma, señaló que 2020 y 2021 fueron dos años en que la demanda por dinero fue “extraordinariamente elevada”.

Al ser consultado por cómo el Banco Central actúa frente a un nuevo escenario en que la demanda por dinero ha caído, el vicepresidente del ente emisor aseguró que “subiendo las tasas de interés”. En ese sentido, planteó que “parte del enredo que ocurre en el mundo avanzado es posiblemente por algún retraso en tomar ese camino de que las tasas de interés tienen que ir gradualmente subiendo. Quizá una ventaja fue que nosotros partimos con eso antes”.

Explicó que “la forma en como uno retira el incremento de liquidez es con políticas monetarias más restrictivas”, y señaló que la ventaja de Chile, al ser un país pequeño, es que el ciclo financiero y el inflacionario difícilmente difieren, como sí ocurre en economías más grandes como Estados Unidos.

García afirmó que la reacción de la demanda por dinero y la oferta -que está cayendo- es el espejo de tasas de interés más altas. “Vemos cómo las cuentas corrientes están cayendo y cómo los depósitos a plazo van subiendo y eso es un M1 que se contrae. Es reflejo de la política monetaria en sí misma. Y nosotros tenemos una contracción económica en las proyecciones”.