A medida que más niños se infectan con Covid-19, los doctores le están prestando más atención a los potenciales efectos de largo plazo.

En los adultos, uno de los efectos más complejos del Covid han sido los así llamados “casos de largo aliento”, en los cuales la gente cuya enfermedad inicialmente parecía moderada termina presentando síntomas por meses y, algunas veces, va empeorando con el paso del tiempo. Ahora, a medida que los doctores advierten que los niños quizás sean más vulnerables al virus de lo que se creía inicialmente, los investigadores también están mirando más de cerca los síntomas de largo plazo en los menores.

Los niños ahora representan cerca del 9% de todos los Covid-19 en Estados Unidos, mientras que en marzo llegaban a 2%, según el más reciente reporte semanal de la Asociación de Hospitales Infantiles y la Academia Americana de Pediatría. El número de casos de niños con Covid-19 se ha duplicado desde el 9 de julio, totalizando 406.109 al 13 de agosto, según los reportes de 49 estados.

Los doctores dicen que la mayoría de los menores experimentan una enfermedad leve o, incluso, no muestran síntomas de Covid-19. Pero algunos están reportando síntomas que persisten por semanas y otros desarrollan síndromes post virales. Los síntomas reportados incluyen fiebre, tos, dolores de cabeza, dificultades para respirar y problemas gastrointestinales.

“Es un área importante de estudio, porque ciertamente aún estamos aprendiendo demasiado sobre el virus, particularmente sobre su impacto en los niños”, indica Sean O’Leary, vicedirector del Comité de Enfermedades Infecciosas de la Academia Americana de Pediatría y quien está experimentando en persona síntomas a largo plazo de Covid-19. “Al menos de forma aguda es menos severo en los niños, pero también necesitamos comprender si existen potenciales consecuencias de los efectos a largo plazo”.

Un desafío de rastrear síntomas de largo plazo en niños es que el testeo ha sido inconsistente. En las primeras semanas de la pandemia, era difícil conseguir tests de Covid-19 para menores. El número de tests realizados en niños ha aumentado durante los últimos cinco meses, pero ha declinado en las recientes semanas. Hasta ahora, la discusión sobre los niños y el Covid -centrada, por ejemplo, en la reapertura de las escuelas- se ha enfocado más en los riesgos de la transmisión en la comunidad que en los potenciales efectos de largo plazo.

Matthew Kelly, profesor asistente de enfermedades pediátricas infecciosas en el Centro Médico de la Universidad de Duke, supervisa un registro de más de 400 niños en Carolina del Norte que han dado positivo por Covid o quienes han tenido un contacto cercano que también se ha infectado.

Hasta ahora, los niños menores de 14 años parecen recuperarse rápidamente y también muestran menores síntomas, según resultados preliminares del registro publicado hace algunos días en el servidor medRxiv y que aún no ha sido sometido a revisión de pares.

Crédito: Vperemen.com/Creative Commons.

Los pacientes entre 14 y 20 años presentaron un rango de síntomas similar al que han experimentado los adultos, incluyendo reacciones respiratorias y otras similares a las que se ven en la influenza, como dolores de cabeza y malestares musculares. Y si bien la mayoría de los adolescentes tuvieron síntomas que desaparecieron en una semana, 25% siguió presentándolos después de 12 días y 10% seguía con tos, fiebre y falta de respiración luego de 17 días.

Hasta ahora la principal complicación en los niños con Covid es el síndrome inflamatorio multisistema (MIS-C), un serio cuadro donde diferentes partes del cuerpo, incluyendo el corazón y el cerebro, pueden inflamarse, causando fiebre, dolores estomacales, sarpullidos y síntomas gastrointestinales. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) se han presentado al menos 570 casos de MIS-C. Los menores usualmente presentan el síndrome entre dos a cuatro semanas después de haber tenido Covid-19 y a menudo terminan hospitalizados.

El doctor Kelly especula que el MIS-C es probablemente la faceta extrema de un espectro de síndromes inflamatorios post infecciosos que los niños experimentan tras el Covid-19. “Esa es la variante más severa...pero parece existir un grupo más grande de menores que desarrollan enfermedades inflamatorias menos severas de lo que se ve en el MIS-C”, señala.

Gabriela Maron, miembro asociado del departamento de enfermedades infecciosas del Hospital de Investigación Infantil St. Jude en Memphis, Tennessee, y Ronald Dallas, un investigador clínico de la misma institución, supervisan y manejan otro registro pediátrico de Covid-19. Hasta ahora incluye cerca de 4.000 casos de niños y jóvenes menores de 21 años con Covid confirmado por laboratorios.

En la mayoría, los síntomas desaparecieron en un promedio de tres días después. Pero entre el octavo día y el 28, cerca de 199 menores de los casi 2.500 niños cuya información de largo plazo había sido recopilada seguía reportando síntomas.

Tania Dempsey es una internista y doctora de medicina integrativa en Purchase, Nueva York, que se especializa en desórdenes autoinmunes. Ella tiene un par de pacientes adolescentes a los que les ha diagnosticado síndrome de activación mastocitaria, un desorden del sistema inmune que ella cree fue activado por una infección de Covid-19.

“Pienso que se está volviendo más claro a medida que más niños se enferman que existe una cohorte de menores cuyos sistemas inmunes van a reaccionar inapropiadamente y a activar un grado creciente de inflamación”, dice la doctora Dempsey.

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Mary Pflum Peterson, una escritora y productora de televisión en la ciudad de Nueva York, ha tenido síntomas persistentes tras ser diagnosticada con Covid en marzo. Su hijo Roman Peterson (13) fue diagnosticado con Covid en abril basándose en sus síntomas y la exposición a su madre, dice la señora Peterson. Dos de sus otros dos hijos también se enfermaron pero se recuperaron en días.

Roman tuvo fiebre por cuatro semanas, dolor de pecho, falta de apetito, dolor de garganta y dolores de cabeza severos. Durante meses, experimentó un ritmo cardíaco acelerado. Ahora se está sintiendo mejor, pero sigue presentando dolores de cabeza periódicos, tiene náuseas y mareos.”Son dolores de cabeza muy molestos”, dice. “Los sufro cada dos o tres días”.

“Siento que la gente piensa que el Covid sólo es malo para los ancianos y aquellos que tienen otras enfermedades. Realmente te quita toda la energía”, dice Roman.

“¿Esto podría causar daño a largo plazo o permanente? Nadie lo sabe aún”, dice la señora Peterson. “No es tan simple como algunos de nosotros quisiéramos pensar”.

Debido a que los casos en los niños son raros y los tests a menudo se han realizado de manera menos frecuente, ha sido más difícil descifrarlos. Casey Whiston-Hodnett dice que su hija Joeyanna, de 13 años, se enfermó por primera vez en marzo y luego comenzó a sentirse un poco mejor en mayo. Luego comenzó a deteriorarse nuevamente en junio y a comienzos de julio fue hospitalizada en el Hospital de Niños de Boston.

Joeyanna no pudo ser testeada por Covid hasta junio, más de tres meses después de haberse enfermado, lo cual generalmente es demasiado tarde para detectar el material genético del virus. Esra Meidan, su reumatóloga pediátrica en el Hospital de Niños de Boston, dice que los tests de anticuerpos han resultado negativos, pero los expertos dicen que esas pruebas también presentan problemas de fiabilidad.

La doctora Meidan la ha diagnosticado con varias condiciones que ella cree fueron provocadas por dos infecciones virales separadas, la primera de las cuales pudo haber sido Covid-19. Una de las condiciones es neurológica y se llama disautonomía, la cual ocurre cuando el sistema nervioso autónomo presenta un desbalance. La alteración puede ser desatada por virus y está siendo vista en muchos adultos con Covid-19 que presentan síntomas de largo plazo.

“Siempre estoy cansada y tengo dolores de articulaciones severos, malestares musculares, dolor de pecho y de estómago”, indica Joeyanna.

Ha perdido más de 4,5 kilos y apenas puede comer debido al intenso dolor estomacal, cuenta su madre. “Esto la ha cambiado totalmente. Ni siquiera puede levantarse del sillón”, dice la señora Whiston-Hodnett. “Ellos me dicen que se va a recuperar, pero al mirarla me pregunto cuánto tiempo va a pasar”.