Boeing y Airbus estudian el comportamiento de coronavirus durante los vuelos

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La industria busca cómo reducir los riesgos de la pendemia que detuvo el tráfico aéreo casa por completo.


Las compañías Boeing y Airbus EASDY están investigando el comportamiento del nuevo coronavirus al interior de los aviones de pasajeros como parte de un esfuerzo de la industria para disminuir los riesgos que llevaron al tráfico aéreo al borde la paralización. Su trabajo incluye académicos, ingenieros y expertos médicos que examinarán las nuevas medidas para prevenir el contagio de la enfermedad dentro de los aviones, según fuentes de las compañías y personas involucradas en esta discusión.

El esfuerzo de las líneas aéreas por entender mejor los riesgos de viajar durante la pandemia, se da también a partir de un intento por tranquilizar a los pasajeros, nerviosos de que las mascarillas o el aire filtrado de la cabina los protejan realmente del contagio. El tráfico aéreo global se fue desplomando a medida que los gobiernos cerraban fronteras y ordenaran a los eventuales viajeros a quedarse en sus casas.

Boeing ha dicho que está desarrollando modelos computacionales que simulan el entorno de una cabina, el cual busca contribuir con información para la toma de decisiones de las aerolíneas, y autoridades de la salud y regulatorias, en cuanto a prevenir los contagios. “Estamos tomando medidas para conocer mejor cualquier riesgo potencial”, dijo un portavoz de la compañía.

The company logo for Boeing is displayed on a screen on the floor of the NYSE in New York

A su vez, Airbus dijo estar intercambiando información con universidades de Estados Unidos y de otros países. Según la compañía, los ingenieros de Airbus también están explorando otros métodos para reducir el contagio del virus en los aviones, incluidos materiales de autolimpieza, un desinfectante que puede durar cinco días y dispositivos sin contacto en los baños.

La Administración Federal de Aviación (FAA) ha estado en contacto con Boeing, Airbus y los experto de los Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) para evaluar los riesgos del contagio de coronavirus en los pasajeros y cómo poder mitigarlos, según dijeron fuentes cercanas a este proceso.

Si bien los oficiales de la FAA ha patrocinado por años las investigaciones para medir y reducir el ingreso de vapores de combustible y aceite en las cabinas de avión, esos esfuerzos no han logrado descifrar el comportamiento del nuevo coronavirus al interior de los aviones, señalan las mismas fuentes.

Los CDC dice que sus expertos participaron en una conversación con la FAA y la Boeing acerca de recomendaciones relacionadas al Covid 19 y viajeros. A pesar de que se sabe mucho sobre los sistemas de ventilación de los aviones y cómo se pueden propagar los patógenos durante el vuelo, los investigadores dicen que aun están aprendiendo cómo se comporta el coronavirus en distintos entornos.

“Hay mucho desconocimiento ahora”, sostiene John Scott Maschke, un microbiólogo porfesor de la escuela de salud pouvlica de la Universidad de Washington, quien ha sido consultado por la Boeing sobre formas para frenar los contagios.

El asunto se vuelve más urgente al tiempo que cada vez más personas están comenzando a volar de nuevo. Las aerolíneas han dicho que las reservas se comienzan a levantar después de semanas de una demanda casi inexistente, y están volviendo a programar vuelos después un recorte de hasta 90% de lo habitual. El viernes anterior al fin de semana largo por el Memorial Day en Estados Unidos, la Administración de Seguridad de Transporte detectó cerca de 349 mil personas, -todavía un 88% bajo el promedio del año pasado-, pero la mayor cifra desde marzo.

Entre las alternativas que Boeing esta considerando, estaría la entrega de becas para académicos que investiguen esta materia, sostienen fuentes cercanas al fabricante. La compañía ha dicho que investiga nuevas tecnologías para aumentar la seguridad, incluido el uso de luz ultravioleta como desinfectante y recubrimientos antimicrobinos para las superficies que se tocan con mucha frecuencia.

Karl Linden, un ingeniero ambiental profesor de la Universdad de Colorado, Boulder, señaló que Boeing ha expresado su interés en una potencial proyecto en esa Universidad que podría determinar la dosis necesaria de luz ultravioleta para desinfectar un avión entre un vuelo y otro.

Algunos expertos dijeron que combatir el virus durante los vuelos es un desafío debido a la incompatibilidad de los viajes aéreos comerciales con el distanciamiento social. Si bien los investigadores coinciden ampliamente en que el aire de cabina reemplazado con frecuencia por los aviones y los filtros fuertes son efectivos para eliminar los patógenos, es posible que no ayuden a alguien sentado cerca de un pasajero infeccioso que tose.

“El distanciamiento social es imposible en un avión”, dijo Qingyan Chen, profesor de ingeniería de la Universidad de Purdue que recientemente discutió el tema con Boeing.

Los estudios de epidemias anteriores, como el Sars y la gripe aviar, sugieren que los pasajeros de aviones que se sientan cerca de pasajeros infecciosos tienen el mayor riesgo. Los expertos dijeron que exigir que los pasajeros usen máscaras debería reducir significativamente el riesgo de propagar el virus al estornudar, toser o hablar.

“Si todos usan una máscara, entonces hay muy poco que salga al aire”, dijo Linsey Marr, profesora de ingeniería en Virginia Tech, a quien Airbus contactó recientemente para obtener información sobre el tema.

Los CDC han dicho que el virus parece propagarse, principalmente, de persona a persona dentro de un rango de aproximadamente seis pies, a través de gotas excretadas al toser, estornudar o hablar. Charles Haas, profesor de ingeniería ambiental en la Universidad de Drexel, dijo que se necesita más investigación para saber si las partículas en el aire dentro de los aviones u otros espacios interiores, podrían propagar el virus más allá de un área limitada.

Aeropuerto de Wuhan, el pasado 8 de abril. FOTO: AP

Las aerolíneas han intensificado los esfuerzos de limpieza, desinfectando baños, bandejas y asientos entre vuelos. Algunos están distribuyendo toallitas sanitarias a los pasajeros. La CDC han dicho que la transmisión al tocar superficies contaminadas es un modo de infección posible, aunque no la primaria.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata), un grupo comercial, ha recopilado informes de miembros de la tripulación que se han infectado en el trabajo. Pero indicó que de los 18 transportistas principales que encuestó recientemente, ninguno informó casos de sospecha de transmisión entre pasajeros. La encuesta dio con tres episodios de sospecha de transmisión durante vuelos, entre enero y marzo, de pasajeros a miembros de la tripulación. Y, también, cuatro casos en que los pilotos podrían haber transmitido la enfermedad a otro piloto antes, durante o entre vuelos.

Por separado, los funcionarios de salud pública canadienses no encontraron evidencia de transmisión después de monitorear a la tripulación y a 25 viajeros que se habían sentado cerca de un pasajero infectado en un vuelo de enero.

Investigadores en Francia sospechan que una persona fue infectada en un vuelo de febrero a ese país, desde la República Centroafricana. Otro estudio reciente relacionó algunos casos en China con la transmisión en vuelo.

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