El científico que popularizó el término "calentamiento global"

Wallace Broecker

El geólogo Wallace Smith Broecker, también conocido como "el abuelo de las ciencias del clima", falleció el pasado lunes en Nueva York, siendo recordado como un pionero en el estudio del calentamiento global y los océanos.


En agosto de 1975, Wallace Smith Broecker, geocientífico del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty y de la Universidad de Columbia, publicó en la revista Science un artículo titulado Cambio climático: ¿Estamos al borde de un calentamiento global pronunciado? En la publicación afirmaba que el hecho de que la temperatura global estuviera descendiendo había llevado a los observadores a dejar de pensar en el calentamiento como efecto del aumento de CO2 en el planeta.

Si bien el término "calentamiento global" ya había sido acuñado en una nota periodística de 1957, sería el artículo de Smith el que popularizaría el término.

Smith Broecker -también conocido como "el abuelo de las ciencias del clima"-, murió ayer a los a los 87 años después de dejar un legado con sus investigaciones sobre las consecuencias que tendría el aumento de CO2 en el planeta. Además, reconoció la idea del "cinturón transportador oceánico", la cual relaciona el comportamiento oceánico con el clima.

"Es posible que estemos al borde de un período de calentamiento rápido de varias décadas. El registro del núcleo de hielo de Groenlandia sugiere fuertemente que el enfriamiento actual es uno de una larga serie de fluctuaciones climáticas naturales similares", explicaba en ese entonces.

Agregó que dicho enfriamiento llegaría a su fin durante la próxima década. "Una vez que esto suceda, el efecto del CO2 tenderá a convertirse en un factor importante y en la primera década del próximo siglo podremos experimentar temperaturas globales más altas que las de los últimos 1.000 años".

Michael E. Mann, director del Centro de Ciencias del Sistema de la Tierra de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE.UU.), dice a Qué Pasa que Broecker contribuyó en diversas áreas de la geoquímica, química oceanográfica y paleoclimatología. "Algo que se volvió cada vez más raro en ciencias: un verdadero hombre renacentista", dice. "Siempre mantuve un gran respeto por él y por el importante rol que tuvo en la ciencia y en la comunicación de ésta", agrega.

Además, Broecker descubrió el vínculo entre la circulación oceánica y el cambio climático, con el denominada "cinturón transportador oceánico", el que hace referencia a la interconexión de las aguas de los océanos de acuerdo a su densidad –basada en su temperatura y salinidad- y al rol que cumple como estabilizador del clima.

"El transportador oceánico parece ser impulsado por la sal que queda detrás como resultado del transporte de vapor de agua a través de la atmósfera, desde la cuenca del Atlántico al Pacífico. Un subproducto de su operación es el calor que mantiene las temperaturas anormalmente cálidas del aire de invierno que disfruta el norte de Europa", explicó en su publicación de 1987.

El objetivo de dicho artículo fue, según el científico, demostrar que "los cambios en la circulación termohalina del Atlántico fueron responsables del abrupto y largo cambio climático experimentado en el Atlántico norte durante el último periodo glaciar".

Respecto a esto, Mann enfatiza: "Broecker por sí solo popularizó la idea de que la circulación oceánica podría experimentar un 'punto de inflexión' como resultado del cambio climático. Ayudó a comunicar esto al público y también a los responsables políticos sobre la posibilidad de cambios climáticos abruptos 'sorpresas'".

"Su metáfora, de que nuestra quema de combustibles fósiles y el calentamiento del planeta era como 'picar a una bestia enojada con palos', sigue siendo una imagen potente y duradera cuando se trata del papel que juega la incertidumbre en el riesgo del cambio climático. La incertidumbre no es nuestra amiga y Broecker ayudó a establecer y comunicar ese hecho", comenta Mann.

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