La investigación, lanzada este mes por la consultora británica A Bird’s Eye View, que encuestó a ciudadanos de siete países -Reino Unido, Francia, Italia, Perú, Indonesia, Nigeria y Chile-, mostró que las personas creen que la pandemia del coronavirus puede ser una oportunidad para transformar la sociedad, el medioambiente y la economía.

Casi las tres cuartas partes de los encuestados (71%) en los siete países creen que la “nueva normalidad” cambiará la sociedad de forma permanente. El 85% opina que la crisis es un cambio “acelerado” que tenía que suceder de todos modos, mientras que el 25% desestima esa postura y dice que regresará la “normalidad anterior”.

“En diferentes culturas y sociedades, las personas comparten una visión notablemente consistente: quieren una recuperación del coronavirus que no solo se centre en arreglar la economía, sino que tome medidas audaces para arreglar nuestro medio ambiente y mejorar nuestra sociedad”, explica Helena Wayth, CEO de A Bird’s Eye View.

Chile es el país participante del estudio más propenso a pedir el fin de la desigualdad social. El 60% de los encuestados nacionales dicen que ese es un tema prioritario y quieren que las autoridades políticas y las comunidades se unan para abordarla. Más de dos tercios esperan que las empresas proporcionen salarios y condiciones de trabajo más justos, el 57% declara que le gustaría que el gobierno establezca una red de seguridad social más fuerte y el 53% que se mejore la distribución de la riqueza en la sociedad.

“A pesar de las brutales realidades de la pandemia, las personas en todo el mundo siguen siendo sorprendentemente optimistas. Comparten una unidad de espíritu y esperanza, de la crisis pueden ver un enorme potencial de cambio”, dice Helena Wayth, de la consultora A Bird’s Eye View.

“Antes de que el coronavirus comenzara a tener impacto, Chile ya enfrentaba trastornos sociales y demandas de cambio. Meses de protestas demostraron un claro deseo de una sociedad más igualitaria, y con el referéndum constitucional de octubre en el horizonte, no sorprende que Chile encabece nuestra encuesta por exigir soluciones a la desigualdad social”, dice Eduardo Aranda, socio chileno para el proyecto de investigación.

Los resultados del estudio de la consultora británica dan cuenta de que en todos los países a pesar del temor por las dificultades financieras que está acarreando la pandemia, el 72% de las personas dijeron sentirse positivas sobre el futuro. “A pesar de las brutales realidades de la pandemia, las personas en todo el mundo siguen siendo sorprendentemente optimistas. Comparten una unidad de espíritu y esperanza, de la crisis pueden ver un enorme potencial de cambio”, dice Wayth.

La comunidad chilena y cómo se imaginan el mundo

De los siete países encuestados, Chile es donde más se cree que la comunidad jugará un rol clave en la recuperación de la pandemia, con un 87% que opina eso, mientras que es el país donde en menor medida se cree que serán relevantes el sector corporativo (58%) y las autoridades religiosas (5%).

“La gente en Chile tiene claro que los desafíos del país no pueden ser resueltos sólo por el gobierno nacional. Están igualmente convencidos de que el gobierno regional y la comunidad deben liderar la recuperación. Esto puede ser un desafío para el régimen centralizado en Santiago, que deberá delegar el poder, los recursos y la autoridad a un nivel que no se había visto en décadas”, opina Aranda.

“Desde la atención médica hasta el bienestar y la distribución de la riqueza, los chilenos quieren ver los recursos, oportunidades y salvaguardas del país compartidos de manera más equitativa. El coronavirus solo reforzará este deseo”, anticipa Aranda.

Los resultados chilenos tienen también un fuerte componente en “hacer comunidad”. Es el país donde más se reporta (66%) que de ahora en adelante se dará más importancia a las relaciones y colaboración con familia, amigos, comunidad y colegas, y donde más personas afirman que van a reevaluar sus valores en torno al gasto y el consumo después de la pandemia (52%). En ese sentido, más de la mitad de los chilenos (58%) cree que la sociedad se volverá menos individualista y más comunitaria.

“Desde la atención médica hasta el bienestar y la distribución de la riqueza, los chilenos quieren ver los recursos, oportunidades y salvaguardas del país compartidos de manera más equitativa. El coronavirus solo reforzará este deseo”, anticipa Aranda.

A modo de resumen, el informe entrega tres ítems donde se enfocan las esperanzas de cambio en cada país después de la pandemia. En el caso chileno son: “Solidaridad, un retorno de los valores humanos” (que comparte con Francia, Italia, Reino Unido y Perú), “reforma gubernamental y política” (que también es asociada a Italia y Nigeria) y “equidad social y distribución de la riqueza”, siendo el único país del estudio que se le asocia a ese ítem.

En base a los resultados el informe deja una pregunta sobre su análisis de Chile: “¿Cómo el gobierno puede adoptar un enfoque más descentralizado para aprovechar el conocimiento y la capacidad de los múltiples actores y trabajar juntos para abordar elementos clave de la inequidad social y el medioambiente?”

“¿Aprovechamos esta oportunidad para resolver el cambio climático, brindar a las personas en el mundo en desarrollo los sistemas de salud y asistencia social por los que claman, redefinir lo que significa para una empresa ser un buen ciudadano? ¿O nos duplicamos, nos enfocamos en arreglar nuestra economía rota y dejamos las preguntas más grandes para otro día?”, afirma Wayth.

El mundo

En perspectiva mundial, el cambio social es una prioridad principal: el 82% de los encuestados dice que los problemas sociales han crecido en importancia desde la pandemia de coronavirus. Más de dos de cada cinco (43%) afirman que la desigualdad social les importa.

En los países desarrollados, la justicia es un tema crítico. Casi la mitad (47%) quiere que el gobierno entregue salarios más justos y mejores condiciones de trabajo para maestros, trabajadores de la salud y otros en sectores esenciales. Un 48% cree que las grandes empresas deben mejorar los salarios y las condiciones de trabajo y el 37% exige que mejoren la distribución de la riqueza en la sociedad.

El medioambiente es también muy importante. El 69% dice que los problemas ambientales se han vuelto más importantes desde que comenzó la pandemia. Más de la mitad de las personas dice que la contaminación (62%), el cambio climático (59%) y la escasez de recursos naturales (58%) son problemas importantes que afectan su vida cotidiana.

“Esto presenta enormes desafíos y oportunidades para los gobiernos, las comunidades y las empresas. ¿Aprovechamos esta oportunidad para resolver el cambio climático, brindar a las personas en el mundo en desarrollo los sistemas de salud y asistencia social por los que claman, redefinir lo que significa para una empresa ser un buen ciudadano? ¿O nos duplicamos, nos enfocamos en arreglar nuestra economía rota y dejamos las preguntas más grandes para otro día?”, se pregunta Wayth.

Personas transitan con mascarilla en la costanera del río Pedro de Valdivia, en la capital de la Región de Los Ríos.

Un 46% de las personas espera que la protección del medio ambiente tenga mayor prioridad a medida que planificamos la recuperación y hay grandes expectativas de las empresas de liderar el cambio, el 61% quiere que las empresas mejoren su impacto ambiental y social.

Aunque la economía sigue ocupando un lugar destacado en la agenda. Un 56% de las personas dicen estar preocupadas por cumplir con sus compromisos financieros y el 54% teme al desempleo.

Además, existe una creencia en el poder y la importancia de la tecnología, dos tercios (65%) espera que la tecnología acelere los cambios en la forma en que vivimos, trabajamos y socializamos.

Por último, se impone una gran carga de expectativa a los gobiernos nacionales: en casi todos los países encuestados, es el gobierno nacional, por encima del gobierno local, las ONG, las organizaciones internacionales, las empresas y las instituciones financieras, que se consideran críticos para la recuperación pospandémica.

Sin embargo, las personas se muestran escépticas sobre la capacidad de los gobiernos para crear el cambio que quieren ver. Un 48% está preocupado por la corrupción, el 45% por la transparencia y el 39% cuestiona si su gobierno está “funcionando bien”, particularmente en Indonesia (53%) y Nigeria (51%).

La encuesta fue respondida por 1.000 encuestados de 18 años o más, entre el 5 y el 22 de mayo de 2020.