Coronavirus en el mundo: 60 mil fallecidos, y Nueva York marca récord de muertos en un día

Aunque hay más de un millón de personas contagiadas, la cifra representa sólo una parte, pues un gran número de países hace pruebas de diagnóstico sólo en casos graves. Para la ONU, "lo peor está por venir".


La pandemia del nuevo coronavirus superó hoy los 60.000 muertos en el mundo, una tercera parte de ellos en Europa, desde su aparición en diciembre en China.

En total, hasta esta mañana se habían registrado 60.457 decesos, de los cuales 44.132 son en Europa, el continente más afectado. Con 14.681 muertos, Italia es el país del mundo con más muertes, seguido de España (11.744), Estados Unidos (7.159), Francia (6.507) y Reino Unido (4.313). Un total de 1.130.204 casos han sido declarados en el mundo, la mitad de ellos en Europa (610.846).

El número de muertos en el estado de Nueva York, epicentro de la pandemia de coronavirus en Estados Unidos, trepó a 3.565 tras registrarse un récord de 630 decesos en las últimas 24 horas, informó el gobernador, Andrew Cuomo.

El número de casos confirmados creció a 113.704, con 63.306 solo en la ciudad de Nueva York. Según Cuomo, el peak de la epidemia aún no se ha alcanzado, pero está más cerca.

Alivio europeo

Aún así, luego de tres semanas de confinamiento casi generalizado, Europa empezó a recobrar el aliento. España y Francia registran una desaceleración desde hace tres días, e Italia, el país europeo más castigado, con casi 14.700 muertos, vive la misma tendencia desde hace una semana.

Las autoridades españolas anunciaron el sábado 809 fallecimientos en las últimas 24 horas, la segunda reducción consecutiva en los balances diarios de muertes. En total, ese país registró 11.744 fallecidos por coronavirus y 124.736 contagiados.

El país, al igual que otros en el mundo, está inmerso en una carrera contrarreloj para encontrar el material médico que falta en los hospitales, como por ejemplo equipos de protección y respiradores.

Silencio y lágrimas en China

A diferencia de Europa, Estados Unidos y otras regiones del mundo, China, donde surgió el virus en diciembre pasado, vuelve lentamente a reactivarse y este sábado homenajeó a sus 3.326 muertos por coronavirus, entre ellos algunos trabajadores sanitarios a quienes el gobierno honró con el título de "mártires".

"Siento mucha pena por nuestros colegas y pacientes que murieron. Espero que puedan descansar bien en el cielo", dijo, conteniendo las lágrimas, Xu, una enfermera de Wuhan, ciudad donde surgió el patógeno, que comienza a emerger de la drástica cuarentena de más de dos meses.

Las sirenas antiaéreas del país sonaron a las 10 horas locales, y de inmediato las personas hicieron una pausa. El tráfico se detuvo en las calles, al tiempo que trenes, automóviles y navíos hacían sonar sus bocinas.

Polémica por las máscaras

Estados Unidos, con unos 262.000 casos, está desplazando a Europa como epicentro de la pandemia y se prepara para lo peor, construyendo hospitales de campaña desde Los Ángeles hasta Miami o Nueva York, con miles de camas adicionales de cuidados intensivos.

En 24 horas, el país contabilizó el viernes 1.480 muertes, un récord absoluto, mientras que el número total de fallecidos supera los 7.100. La Casa Blanca prevé un número posible de muertes de entre 100.000 y 240.000 en el país.

Los científicos del gobierno de Donald Trump creen que el nuevo coronavirus probablemente se transmita cuando las personas hablan y respiran, no solo cuando tosen o estornudan, por lo que aconsejan ahora el uso de mascarillas.

Hasta la fecha, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido más prudente al respecto. Sin embargo, las declaraciones de los responsables de Estados Unidos han relanzado el debate y la confusión sobre el uso de esta protección, hasta ahora reservada al personal sanitario y a las personas contagiadas.

“Lo peor está por venir”

Aunque más de un millón de personas en todo el mundo se ha visto contagiado por la COVID-19, la cifra representa sólo una parte de los contagios, pues un gran número de países hace pruebas de diagnóstico sólo en casos graves.

Las medidas restrictivas deben mantenerse, aseguran las autoridades sanitarias, en momentos en que la mitad de la humanidad está sujeta al confinamiento, a veces muy estricto, lo que acarrea catastróficas consecuencias económicas y sociales.

En América Latina, donde las medidas de confinamiento son difíciles de cumplir pues gran parte de su población vive del trabajo informal, uno de los mayores dramas se vive en Ecuador, con escenas aterradoras de ataúdes o cuerpos cubiertos con sábanas en calles en la ciudad de Guayaquil.

En este país con 3.368 casos confirmados y 145 muertos, el gobierno dispuso el viernes el uso de una plataforma tecnológica para vigilar a los contagiados, pues -dijo- al menos un 40% incumplió el aislamiento obligatorio.

Con 359 muertes y 9.056 casos confirmados hasta ahora, Brasil es el país latinoamericano más afectado, pero su presidente Jair Bolsonaro rechaza las medidas de cuarentena y distanciamiento social, lo que le ha valido fuertes críticas.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, asegura que "lo peor está por venir" pues la COVID-19 está llegando a países en conflicto y regiones paupérrimas como Siria, Yemen o la Franja de Gaza.

Otra gran preocupación son los campamentos de refugiados. En la isla griega de Lesbos, donde está el campo de migrantes más poblado de Europa, con 19.000 personas, Hasmad, un afgano de 36 años, se pregunta: "¿Para qué sirve usar una mascarilla de protección si comparto el baño con 100 personas?".

En todo el mundo, comienzan a avistarse las primeras consecuencias de una crisis financiera que se prevé inmensa y que ha hecho ya que decenas de miles de personas hayan perdido su trabajo.

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