Estudio detecta presencia de metales pesados en la cordillera

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Científicos realizando mediciones durante la investigación.

Revista Nature difundió una inédita investigación, realizada por expertos locales, sobre la contaminación de la nieve en la cordillera de los Andes.


En marzo, un grupo de expertos de las universidades de Santiago, de Chile, Católica, de Magallanes, Andrés Bello y del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza) publicó "Carbono negro en la criósfera andina", un pionero e inédito reporte que detectó, por primera vez, antecedentes de contaminación en la nieve de la cordillera de los Andes, descubriendo altos niveles de hollín.

Ahora, un nuevo estudio, continuación del anterior, que incluyó mediciones en más de 2.500 kilómetros de la cordillera -desde Putre hasta Osorno-, y publicado en la revista Nature's Scientific Reports, confirmó los resultados del primer informe y alerta sobre los posibles efectos de la contaminación en el agua de deshielo que abastece a la población del país.

Los expertos chilenos hallaron concentraciones significativas de trazas contaminantes en distintos puntos de la cordillera, especialmente en las zonas del desierto de Atacama y la región central. Sin embargo, dichas trazas aún están lejos de alcanzar altos niveles de toxicidad y por el momento no representan una amenaza para la salud humana, detalla el informe, aunque sí suponen una clara advertencia.

A través de mediciones de la composición química detectaron presencia de metales en la nieve, en diferentes grados de concentración.

"Esta contaminación puede tener origen en la combustión, especialmente de motores a diésel y en otras actividades industriales, pero también en el uso de estufas a leña, muy comunes en la zona sur", explica el doctor Raúl Cordero, líder del proyecto y miembro del Departamento de Física de la Universidad de Santiago de Chile.

Cordero añade que el principal descubrimiento del estudio es que la contaminación no puede explicar por sí sola el retroceso de los glaciares ni la pérdida de cobertura de nieve observada en todos los Andes durante las últimas décadas. Ambos, la pérdida de nieve y el retroceso de glaciares, dice, son consecuencia de los efectos del cambio climático.

Las muestras de nieve andina fueron recogidas por sucesivas expediciones en los últimos tres años. El equipo conformado por 20 personas de seis instituciones trabajó a 6.000 metros de altura en el norte, tolerando temperaturas bajo cero. "Fue un enorme esfuerzo colaborativo, digno de destacar", agrega Cordero.

Ninguna sorpresa

Las mayores concentraciones de metales fueron detectadas en el Norte Grande (desde Putre hasta Pampa la Ola) y en puntos de Chile Central (desde La Parva hasta Curicó).

Cordero indica que los resultados no son sorpresivos, considerando la actividad minera del norte y el tamaño de Santiago. Tanto la actividad industrial como las grandes ciudades producen contaminantes transportados por los vientos hacia la cordillera y terminan depositándose sobre la nieve. Las concentraciones de elementos detectados en las muestras en Putre, San Pedro de Atacama, Pampa la Ola, La Parva, Valle Nevado, Cajón del Maipo y Curicó son compatibles con enriquecimiento antrópico, es decir, contaminación originada en actividades humanas.

Asimismo, los modelos de trayectoria usados por los científicos confirman una fuerte influencia de Santiago sobre la nieve cordillerana. Las retrotrayectorias en el centro y en el norte del desierto de Atacama también sugieren influencia de fuentes cercanas a grandes minas.

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