Como un engaño. Así trabaja una de las vacunas que busca proteger a las personas del contagio del nuevo coronavirus Sars-CoV-2 y que esta semana logró el permiso para iniciar pruebas en humano, ensayo clínico que se realizará en Alemania en los próximos días.

La farmacéutica Pfizer y BioNTech (empresa biotecnológica alemana) desde el 2018 venían trabajando en un vacuna contra el virus de la influenza y es esta misma base la que utilizarán ahora para el desarrollo de una vacuna contra el virus causante de Covid-19: el mensaje.

Cuando los virus ingresan al organismo, buscan una especie de llave para entrar a las células y una vez dentro, replicarse así mismos para seguir contagiando.

El trabajo que vienen desarrollando ambas compañías utiliza el ARN mensajero del virus, es decir, la señal que usa el nuevo coronavirus para producir la proteína y la infección, pero que ahora producirá una proteína que en lugar de contagiar, estimulará al sistema inmune para producir anticuerpos contra el SARS-CoV-2.

“Lo que se hace es usar la información genética del virus, buscar una molécula de su ARN mensajero para producir una proteína y a partir de esa información, un anticuerpo que proteja del virus”, explica Alejandro Cané, especialista en pediatría y enfermedades infecciosas pediátricas y jefe de asuntos científicos y médicos para América del Norte de la división de vacunas de Pfizer.

El ARN mensajero que se utiliza en esta vacuna, no trabaja con el virus completo, sino solo con una parte de la información genética de él, por lo que tampoco puede causar la enfermedad, ni siquiera en forma atenuada.

“Cuando se piensa en el desarrollo de una vacuna, desde que se piensa la vacuna hasta que llega al mercado, pasan entre cinco y siete años, desde el origen a la publicación”, explica Cané, encargado de supervisar todas las actividades médicas y científicas relacionadas con la vacunas en la región.

Actualmente se encuentran trabajando con cuatro candidatos de ARN mensajero, es decir cuatro variantes de un prototipo de vacuna que ya comenzarán a probar luego que Alemania autorizará el ensayo clínico en humanos. Este es el cuarto ensayo que se aprueba en el mundo para una vacuna que prevenga el contagio con el virus.

La vacuna, fue bautizada con el nombre de BNT162 y será probada en 200 adultos sanos para evaluar su seguridad y la respuesta del sistema inmune. Antes, ya se había probado en modelo animal (ratones) con éxito.

Una de sus ventajas es precisamente que con el modelo de ARN mensajero, se puede producir una vacuna rápidamente a gran escala y en grandes volúmenes.

“Es difícil predecir cuándo estará lista la vacuna. Si todo sale bien, y la agencia europea, la FDA y la OMS, es probable que pueda estar lista a fin de año y a escala en el primer cuarto del próximo año”, dice Cané.

A mediados de mayo, el ensayo se realizará en Estados Unidos. En China, la vacuna también se esta testeando, ya que la BioNTech tenía un acuerdo previo con ellos. Son los mismos componentes de la vacuna que se está probando en personas de distintos lugares y con distinta información genética, agrega el jefe de asuntos científicos y médicos para América del Norte de la división de vacunas de Pfizer.

Acceso

La farmacéutica norteamericana dice estar comprometida con la accesibilidad de la vacuna, algo que según Cané, también es extensible a otros laboratorios, situación de unidad y preocupación mundial que se ha logrado en esta pandemia.

“En situación de pandemia, hay muchas vacunas que están hoy en investigación, diferentes compañías y estrategias. En 18 meses más, si no es Pfizer, será otra compañía (la que logre una vacuna). No es una carrera comercial, estamos todos juntos contra el virus, y es primera vez que algo de este tipo”, apunta Cané.