El poder de las mascarillas

La mayoría hoy las usa. La mayoría no cuestiona su efectividad. La mayoría sospecha que sirven. Pero lo que esta semana aprendimos es qué tan efectivas son las mascarillas.

Un estudio publicado en la revista científica The Lancet, dirigido por la U. McCaster (Canadá) y en la que participó el médico chileno, Ignacio Neumann, concluyó que las mascarillas, combinado con el uso de máscaras faciales y respetar el distanciamiento social, disminuyen a solo un 2% la posibilidad de contagiarse del coronavirus.

“Fue muy sorpresivo. Pensamos que las mascarillas eran menos efectivas”, dijo Neumann a Qué Pasa.

De hecho, solo usar la mascarilla, reduce a solo 3% la posibilidad de contraer el coronavirus, mostrando su gran efectividad.

El ébola de nuevo

No tiene rasgos de pandemia, pero la alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) generó pánico: el organismo confirmó un nuevo brote de ébola en el Congo, un país que ya lucha contra el nuevo coronavirus y con el mayor brote de sarampión del mundo.

El Congo aún no puede declarar el fin oficial de su epidemia de ébola, que desde agosto de 2018 ha matado al menos a 2.243 personas.

Lejos de eso, las autoridades de salud confirmaron seis nuevos casos, incluidas cuatro muertes, en el norte, cerca de Mbandaka, anunció este jueves el director general de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus.

“Este es un recordatorio de que el Covid-19 no es la única amenaza de salud que enfrenta la gente”, señaló Tedros.

Las víctimas fallecieron el 18 de mayo pero los resultados de las pruebas de laboratorio para confirmar el ébola fueron entregados el fin de semana, de acuerdo con el ministro de Salud congoleño, el médico Eteni Longondo. La OMS señaló que ya tiene equipos en la zona.

El anuncio marca la undécima ocasión que el ébola afecta dicha provincia desde que se descubrió el virus por primera vez en el Congo en 1976. Hace apenas dos años, un brote provocó la muerte de 33 personas antes de que fuera puesto bajo control en cuestión de meses.

Híbrido

Una de las tantas incógnitas que aún persisten en la bitácora del coronavirus es su origen, una interrogante que no se vincula solo con completar la hoja de vida del patógeno, sino también, mejorar el tratamiento de personas infectadas y la creación de una vacuna.

Pero ahora, un estudio científico internacional, en el que participaron investigadores de la U. de Duke, la U. de Texas, la U. de Nueva York y del Laboratorio Nacional de Los Alamos de EE.UU. y la U. de Jilin, de China, arribó a una nueva tesis sobre su cuna biológica: según el estudio, el Sars-CoV-2 sería un híbrido.

Según la investigación, el Sars-CoV-2 sería en realidad un híbrido genético: una combinación entre dos virus separados que intercambiaron genes en algún lugar del camino.

La tesis se funda en que la superficie del Sars-CoV-2 está cubierta de proteínas con forma de púas, que le ayudan a “aferrarse” a las células que infecta, una especie de “velcro biológico”.

Mientras todo su código genético coincide con un virus murciélago, la porción del genoma de Sars-CoV-2 que crea esas proteínas con formas de púas, no. Y esta estructura parece provenir de un coronavirus del pangolín, según una investigación publicada en la revista Science Advances.

Antes de saltar de los animales a los humanos, los investigadores creen que ambos coronavirus participaron en un proceso llamado “recombinación” para crear un híbrido que ahora está causando una pandemia en el planeta.

“Las recombinaciones entre coronavirus son posibles", dijo Nicolás Muena, investigador de la Fundación Ciencia & Vida, en un reportaje publicado en Qué Pasa. Aunque es más habitual entre virus, como el hanta, o la influenza, aclara que al menos desde 1992 existe literatura médica de recombinación entre coronavirus.

Lo más preocupante, reflexionaron los autores del estudio, es que afuera, estas peligrosas recombinaciones, siguen produciéndose.